Si sumáramos rodos lo intentos, algunos logrados otros pendientes y otros no, antes por las agresiones contrarrevolucionarias y militares exteriores, los sabotajes, después bloquear y finalmente desestabilizar la Revolución Cubana, contra el gobierno, las entidades estatales, el comercio externo, la PIB del país, los logros sociales, la educación, la seguridad social, la salud, los derechos a un techo y a un trabajo y muchas otras cosas más, las cifras monetarias dedicadas por el imperio estadounidense, creo que jamás cabrían en la pantalla de una computadora corriente.
Pero los años transcurren y ya se cuentan por casi seis décadas tratando de impedir que el pueblo cubano siga buscando su destino. Inclusive desde que la insurrección andaba por toda la isla tratando de derrotar al tirano Batista, ya los gobiernos yanquis empezaban sus artimañas para impedir a toda costa, el triunfo revolucionario que traería un gobierno independiente en la isla. Los resultados van siendo cada vez más negativos en esta ecuación.
Para los ya conocidos recalcitrantes de Miami, su era va terminando. Una por razones biológicas. Los viejos se van para no regresar. Otra por que la nueva generación de emigrantes – los desde 1,980 – 90 y hasta hoy – son verdaderos emigrantes. Los batistianos, los esbirros, los acaudalados explotadores de otrora ya no existen y solo cambian de domicilio para este lado del mapa, la gente común, que nunca tratarían de hacer daño.
Entre los intentos, unos fallidos, otros no tanto, de introducir nueva mañas contra los cubanos, estuvieron las provocaciones de Radio y TV Martí, con presupuestos de decenas y más decenas de millones de dólares (30 – 40 por año) de los contribuyentes estadounidenses.
Se utilizaba para emitir esas señales, primero un globo aerostático, que se fue a bolina, después un avión muy equipado, entre Florida y Cuba. Pero las autoridades cubanas desarrollaron una intercepción muy eficaz, para evitar su entrada a la isla. Felizmente el pasado 7 de julio, esto dejó de funcionar también y ese artefacto aéreo se encuentra aparcado en el aeropuerto de Opalocka, en Miami, a un costo de casi $ 80 mil al año por su custodia y cuidado.
De esta y no de otra forma se dio punto final a fracasado proyecto de Radio y TV Martí. La radio que no se oye y la televisión que nunca se vio.
La pobreza aumenta al ritmo de la riqueza.
Ya es comprobado por estudios serios y de entero crédito, que en el planeta, uno de cada tres habitantes está en la pobreza total. Teniendo en cuenta que somos unos 7,350 millones de personas, de estas 2,450 millones viven en la extrema pobreza. O sea mucha falta de comida, techo, atención médica, trabajos, bienestar social, etc.
Dos mil millones viven con menos de un dólar al día – el 27 % de la población mundial – y 3,675 millones – el 50 % de todos – lo hacen con $ 10 al día. Por lo que solo el 23 % de la humanidad sobrevive mejor que los demás.
El abismo de la brecha entre ricos y pobres es cada vez más ancha y profunda en esa grieta natural, no así si fuera una montaña en su lugar como gran obstáculo a pasar. Claro que no es igual subir y atravesar una gran montaña, para lograr el otro lado, que brincar por encima de un abismo o ir abajo y subirlo por el otro lado. Es así la desproporción del terreno entre pobres y ricos, con una desigualdad casi imposible de atravesar.
Pero hablado de diferencias de estas cosas, viajamos a otros indicadores que por su similitud nos atraen.
Una institución muy seria la OCDE usando OXTAM INTREMON, como fuente, hace una lista de las 150 ciudades de la nación entera mejor administradas. Esto ya se convierte en tema político. Florida ocupa con las suyas los lugares muy distantes. Tallahassee el 101; Tampa 103; Jacksonville 104; Orlando 105; Miami un raquítico lugar 106; Fort Lauderdale el 113, y si sucesivamente. Estos hacen que Florida sea uno de los estados que más mal administran sus ciudades
Las diez mejores están en Estados distantes como, Idaho, Utah, Montana, Kentucky, N. Carolina, Indiana, etc. Como curiosidad agregaremos que hace un par de años (+/-) ingresaron unas 10,673 nuevas compañías en la economía floridana, pero en el siguiente año, ahora, se ha dado de baja 16,293. Estos y muchas cosas más nos brinda un panorama del lugar a donde nos hemos mudado desde Cuba.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto
Solís.
