Desde las remotas épocas donde comenzaba la vida, los seres vivientes semejaban casi una igualdad total. Los peces, los mamíferos, las aves, los reptiles, los batracios, en fin hasta llegar al ser humano cuyo físico en ambos sexos indistintamente eran semejantes.
En el futuro a las sociedades les sucedían igual. Los esclavos eran todos muy parecidos, así mismo los ricos entre sí y los pobres en todo el planeta indistintamente.
Así las cosas la ley de la vida llega a su punto más crítico cuando se arriba a solo conocerse dos clases sociales: Los explotados y los explotadores. Donde se llega a desplazar la igualdad para convertirse todo en una aguda, criminal, destructora, enfermiza y muy terrible desigualdad social.
El mundo se va modernizado y se van creando sistemas de gobierno que usan diversas mañas para poder controlar y a la vez mejorar y aumentar los desarrollos. Conllevando así una creciente desigualdad social.
Al llegar a los días de hoy nos encontramos que hay países que han mejorado en eliminar esas desigualdades mucho más que otros. El asunto se ha convertido en continental, donde Europa – norte y centro – se lleva los primeros lugares.
Una Organización No Gubernamental (ONG), conocida por Oxfam ha realizado un estudio sobre este particular elemento, la desigualdad, usando a 152 países como materia prima para crear estos indicadores que les llevamos más adelante. De ellos los redujeron a solo 35 naciones consideradas desarrolladas, con la particularidad que en Latinoamérica solo se tomó en cuenta una, México, pudiendo haber incluido otras como Brasil, Argentina, Chile, por solo citar unos pocos de ellos. Estos indicadores señalan las contribuciones gubernamentales en subsidiar algunos derechos humanos.
Los indicadores principales de entre cientos que se usaron para esta especie de encuesta, fueron tres: Gasto Social, Progresividad Fiscal y Derechos Laborales. Donde y cuando no necesariamente habría que ser superior en las tres conjuntamente, sino que cada cual llevaba una cifra calificativa optima para ocupar su lugar en la lista.
Por ejemplo en primer lugar se considera a Suecia, con unos números muy positivos pero no en total. Gasto Social 9; Progresividad Fiscal 5 y Beneficios Laborales 8. Sin embargo Bélgica le sigue por el mismo orden de los tres indicadores así: GS 4, PF 1, ambos inferiores al primer lugar, pero en cuanto a DL cuenta con un 20.
Dinamarca en tercero con 8 – 6 – 12, etc. hasta llegar a solo un país de habla castellana en Europa, España con 16 – 20 – 31, en el lugar 24. Y de Latinoamérica solo México con 31 – 32 – 34, ocupando el último lugar, el 35. Estados Unidos curiosamente ocupa un lejano lugar 21 con una calificación así: GS 25; PF 13 y DL 27.
Insistimos en que solo se fijan tres criterios: Uno el gasto en Educación, Sanidad y Política Social. En qué medida se maneja la redistribución de la renta; como los gobiernos apoyan los derechos de los trabajadores, como ejemplo el salario mínimo y beneral y los beneficios por maternidad y paternidad, etc.
Recordemos que se trata solo de los Gastos Públicos, Fiscalidad y Mercado Laboral. Entre los diez primeros solo europeos se llevan esos lugares. Después entra Japón con el lugar 11 y así sucesivamente los demás.
Les habló, “Desde Miami” Roberto Solís.










