Equipajes, cajas y paquetes

   Hace mucho tiempo que los equipajes, sobre todo para los países del tercer mundo como Haití, Santo Domingo, Honduras, Cuba y otros de Hispanoamérica, han dejado de ser las habituales maletas de viajes que desde antaño se usaban para estos menesteres. Los ya famosos “gusanos” – de lona o telas gruesas, poco peso  y por su forma más bien alargada –  que antes se les veía solo a los militares cuando viajaban, hoy son el pan y agua del diario periplo de muchos viajeros desde el sur floridano hacia abajo del mapamundi.

A comienzos de las década  de los noventa, cuando se comenzaron a incrementar los viajes a Cuba, solo se veían un par de aparatos para envolver en plásticos presionados a las cajas y bultos que usaban los emigrados  haitianos para viajar a su nación de origen, en el aeropuerto de Miami. Escaso era ver maletas tradicionales con  estos viajeros considerados gente pobre en su inmensa mayoría. Así tampoco se usarían estas envolturas en las otras líneas de transporte aéreo para  dentro y hacia fuera de Estados Unidos.

Ahí dio comienzo un nuevo procedimiento que se extendía a los cubanos que recién comenzaban a hacer lo mismo ya que Cuba había abierto una pequeña brecha en sus entradas de los nacionales que vivían en Estados Unidos,  cerradas por ambos países desde hacía algunos años.  Así los bultos o gusanos que usarían los cubanos incrementaban esas envolturas de plásticos, para evitar los posibles robos en ambos destinos – Miami y La Habana, extendidos después a varios puntos de la isla – además de hacer ver que el bulto o equipaje, envueltos a presión, no parecieran tan grandes a la vista de los aduaneros a su llegada a Cuba.

Esto se incrementa en la medida en que se amplían las frecuencias de poder viajar hacia y desde la isla, desde  la década de los noventa,  hasta llegar a los días de hoy en que se realizan unos diez vuelos diarios desde varios puntos en el Sur de Florida y casi todos los viajeros envuelven sus paquetes/equipajes en los plásticos de marras.

Como dato interesante les informamos que cada viejero promedio cubano lleva entre dos y tres v¿bultos, los cuales se les cobran $ 20 por envolverlo y otros $ 20 por llevarlo en el viaje edemas de $ 2. por cada libra adicional después de las tradicionales 44 autorizadas por viejero. Así mismo Deben pagar en  Cuba 10 CUC por dada kilogramo adicional despues de 30 autorizados (unas 66 libras) a entrar fuera de aranceles (unos $ 6 por libra extra.

La compañía que empezó desde cero a envolver estos “paquetes”, aumento sus recursos para poder dar respuesta a las demandas de cientos de pasajeros que necesitaban sus servicios diarios. Empezaron a cobrar unos seis o siete dólares por bulto hace años  y ya hoy cuesta $ 20. También el “envolvedor” que opera cada equipo, tiene una pesa con la  que ayuda al pasajero a no pasarse de lo autorizado por equipaje,  evitando que al llegar al mostrador a chequear  su vuelo le viren el bulto por pesar demasiado, como antes ocurría. Cada bulto no debe exceeder las 66 libras.

Este servicio lo integran decenas de equipos en el MIA pertenecientes a la única compañía (o monopolio) que realiza estas operaciones, “Safe Wrap” (Envoltura Segura, en español), que por cierto deja a las arcas del Condado unos $ 10 millones anualmente, según se ha informado  y a la vez estimula a los políticos con sustanciosas donaciones de campaña electorera cada vez que hay elecciones de cualquier nivel.

Pero a alguien se le ocurrió hacerle la competencia a este sistema “único” de envolturas a los “bultos” y surgieron algunos puntos en el Condado Miami Dade, que empezaron a envolver  los “paquetes” de equipajes y que cobran entre $ 6. y $ 7. por bulto, con la misma calidad y seguridad de los del Aeropuerto, usando equipos mecánicos similares a la competencia. Inclusive los hay montados en “vanes” cerrados que les dan el servicio a domicilio por el mismo precio. En ambos casos incluyen el pesaje para asegurar aun más ese “beneficio”. Estamos hablando de un tercio del precio en el aeropuerto.

Pues bien la cosa explotó, ya que las entradas de Safe Wrap se redujeron y la queja vino a la mata, o sea al Condado, dueño de MIA. Se produjeron conjeturas de que el plástico que se usaba por fuera era de inferior calidad y que hasta entorpecía el manejo de los equipajes, que no se deslizaba igual al usado por el susodicho  “monopolio”. unos encima de los otros. Se llevaron las pruebas de calidad y resultó que ésta  es la misma del uno o el otro negocio.

Claro que se ponían en juego las ganancias del caso de Aeropuerto que pondría en reducción los diez milloncitos que se aportan y las donaciones de campañas electoreras. El caso se llevó a votación y como era de esperar diez comisionados votaron  por la eliminación de la competencia y solo dos votaron a favor de permitirla. Sorpresivamente el alcalde Carlos Giménez vetó la propuesta casi convertida en ley. Y así anda la cosa en esta parte del país de oferta y demanda y de una supuesta justicia empresarial que permite la competencia. Veremos cómo termina esta bronquita. O bajan radicalmente los precios en el Aeropuerto en los embalajes de bultos y cajas de pasajeros, o la cosa picará y se extenderá largo y tendido.

Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.