El bumerán de la ley de Ajuste Cubano
Desde el mismo instante en que la Ley de Ajuste fue aprobada por el Congreso de Estados Unidos, con la cláusula de ¨pies secos, pies mojados¨, el gobierno de La Habana la denunció como una legislación asesina que provocaría la muerte de personas que tratarían por todos los medios de abandonar la Isla para intentar alcanzar el llamado ¨sueño americano¨.
Inútiles fueron las denuncias de Cuba para que fuera eliminada, debido a que impulsaba la emigración ilegal, el tráfico y contrabando de personas hacia Estados Unidos, ayudaba a escapar a ejecutores de delitos en la Isla y además era discriminatoria en relación con los millones de personas en América Latina, Asia y Europa que no adquirían esos derechos.
El objetivo era también debilitar al gobierno cubano con un robo constante de cerebros, personas formadas profesionalmente por la revolución que salían de la Isla con elevados conocimientos.
Cientos de personas, en su mayoría jóvenes, embrujados por los cantos de sirenas, se lanzan aun al mar en frágiles embarcaciones, contactan con traficantes de personas o viajan a terceros países para, en travesías sumamente peligrosas, tratar de alcanzar las fronteras estadounidenses donde les dan, por ser cubanos, “asilo político”.
No son pocos los que tras cometer delitos como robos, desfalcos y hasta asesinatos salen clandestinos del territorio nacional cubano y son recibidos con los brazos abiertos en Estados Unidos.
Como se desprende, Washington no podrá establecer disciplina en su propio territorio mientras exista esa Ley y continúe financiando, incentivando y perfeccionando los métodos de transmisión radial que incesantemente alientan las salidas ilegales, como parte de la guerra política y psicológica contra Cuba.
Pero ahora no es solo el Gobierno cubano el que denuncia esa injusta y dañina ley, sino los más intolerantes y ultraderechistas cubanoamericanos que fueron los que impulsaron y presionaron para que esa legislación se mantuviera todos estos años.
En periódicos, radio y televisión, estos nuevos analistas aseguran que durante años existen cubanos que han cometido fraudes, aprovechándose de los privilegios que la ley de inmigración de Estados Unidos les otorga.
Al parecer están descubriendo el agua fría, pero la respuesta es que comprenden que esa emigración es básicamente económica, nada política y que obviamente están perdiendo los votos que durante decenios les han permitido mantener sus estatus quo en Miami.
Anteriormente no les importaba los que morían tratando de cruzar el encrestado mar caribeño, ni los que eran extorsionados, torturados y hasta asesinados por los llamados coyotes cuando trataban de atravesar la frontera mexicana hacia Estados Unidos.
Desde que los presidentes de ambos países, Raúl Castro y Barack Obama, anunciaron el 17 de diciembre pasado el inicio de conversaciones para restablecer relaciones diplomáticas, los ultraconservadores cubanoamericanos se han dado cuenta que la Ley de Ajuste se les ha convertido en un bumerán que les golpea irremediablemente. Habló para Radio Miami, Hedelberto López Blanch.
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