¿Cuándo conoció a Fidel Castro?
ML: Conocí a Fidel Castro en la Universidad de La Habana, en la entonces Plaza Cadenas, frente a la Facultad de Derecho. Nos conocimos en un banco donde se encontraban los estudiantes para hablar de la actualidad política y para organizar las manifestaciones contra los gobiernos de la época, sea contra el aumento de los precios de los artículos de primera necesidad, de precio de la electricidad, del precio del transporte público.
Ingresé a la Universidad en 1948. Fidel ya estaba en la Facultad y estaba implicado políticamente en la vida estudiantil. Yo deseaba conocer a los diferentes líderes de la juventud que mantenían una posición vertical frente a la corrupción y el gansterismo de la época.
Fidel era un joven rebelde con inquietudes políticas. Entendí desde el primer momento que se trataba de alguien que sería el futuro líder de una Cuba distinta o un mártir. Creo que no me he equivocado. Fidel entró en vida en el Panteón de los libertadores latinoamericanos.
SL: ¿Cuáles eran las principales características de Fidel Castro?
ML: Fidel era a la vez un político de gran magnitud, un pensador y un visionario lúcido. Logró edificar una Cuba distinta y una América Latina diferente. A nosotros los cubanos nos cuesta darnos cuenta de que somos los motores de un proceso de emancipación, con nuestros aciertos y nuestras errores. Pero hay una constancia en el camino que señalo José Martí a finales del siglo XIX. Fidel Castro logró catalizar el entusiasmo y las frustraciones de varias generaciones para construir una Cuba revolucionaria.
SL: ¿Podría contarnos una anécdota ilustrativa de la personalidad de Fidel Castro?
ML: Recuerdo que en la Universidad, en este famoso banco frente a la Escuela de Derecho, confraternizamos en la fundación de un comité que se llamaba “Comité 30 de Septiembre contra el Gansterismo”.
Era el año 1949, bajo la presidencia de Carlos Prío Socarrás, marcada por los enfrentamientos entre bandas violentas que se disputaban en las calles de La Habana la hegemonía en el seno de la burocracia del Estado. Esos grupos procedían de los elementos revolucionarios que participaron en la lucha contra Machado y Batista. Luego, empezaron a enfrentarse para conseguir migajas del poder.
Para obtener la paz social, el Gobierno estableció el “Pacto de las pandillas”, otorgando cargos bien remunerados en la administración –botellas, como se decían en la época– a los líderes de esos grupos, que se dejaron sobornar. Esos grupos amenazaban entonces a los estudiantes de la Universidad y a los miembros de la Juventud Ortodoxa, que eran los únicos en denunciar la corrupción gubernamental.
La Universidad era la bandera de los valores de la República, heredados de Julio Antonio Mella, fundador del Partido Comunista Cubano y Antonio Guiteras, el alma de la Revolución de 1933. El Gobierno deseaba aplastar a esta resistencia universitaria, usando a los gánsteres contra los estudiantes. Incluso hubo algunos líderes estudiantiles que se dejaron sobornar.
SL: ¿Cuál era el papel de este comité?
ML: Su papel era denunciar públicamente al gansterismo y las amenazas contra la Universidad. Reunimos una Asamblea donde todos los presidentes estudiantiles de las facultades estaban presentes. Este Comité tenía una dirección colegiada integrada por los dirigentes de la Juventud Ortodoxa –de la cual yo formaba parte– y dirigentes juveniles socialistas.
Fidel Castro era miembro del Comité 30 de Septiembre y designado para denunciar quiénes eran los que recibían dinero del Gobierno. Fidel siempre tuvo mucha habilidad para descubrir lo que estaba entre bambalinas. En este caso preciso, Fidel Castro tomó la palabra en nombre del Comité 30 de Septiembre y denunció uno por uno a todos los corruptos y a los gánsteres estipendiados por el Gobierno, revelando incluso la naturaleza de la “botella”.
Los gánsteres se encontraban cerca de la Universidad y se enteraron de la realidad. Era una denuncia valiente por parte de Fidel, que enumeraba los nombres y mostraba documentos para respaldar sus afirmaciones. Los bandidos estaban enfurecidos e informaron a los miembros del Comité que iban a pagar con la vida la denuncia. Fidel recibió la noticia mientras hablaba. Pero, lejos de callarse, habló con más virulencia, insistiendo en los nombres de cada persona corrupta.
SL: ¿Qué ocurrió después?
ML: Ello engendró un enorme escándalo pues habíamos desenmascarado a los bandidos. Cuando terminó la Asamblea nos reunimos para saber cómo íbamos a salir de la Universidad. Yo era dirigente de la Juventud Ortodoxa y tenía cierto prestigio pues estaba vinculado a Eduardo Chibás. Había que salvar a Fidel Castro, que se encontraba en peligro de muerte. Yo sabía que no tomarían el riesgo de asesinar a Fidel si se encontraba conmigo. Eduardo Chibás, el líder del Partido Ortodoxo, estaba vivo en aquella época y tenía un programa de radio dominical que seguían todos los cubanos. Asesinar a Fidel con el riesgo de matar al líder de la Juventud Ortodoxa era demasiado peligroso para el Gobierno. Finalmente pudimos salir de la Universidad sin muchos problemas, aunque Fidel tuvo que quedarse escondido en mi casa durante varias semanas.