La meta: Cuba y los cubanos
El cubano de la diáspora se ha convertido por razones obvias en uno más de la familia de esos más de 13 millones que hay entre la isla y el resto de mundo. Principalmente en Estados Unidos, donde los hay en mayor cuantía después de Cuba y sobre todo Miami, que es al lugar del mundo donde viven más después de La Habana.
Ese cubano y cubana que se fueron a buscar “mejores horizontes”, hoy por hoy se aprovechan de las ventajas de las nuevas regulaciones migratorias tanto de la isla como de esta nación y en cantidades de asombro viajan, se comunican y ayudan a los suyos cada día más que el anterior. Las remesas y envíos de cualquier cosa aumentan, los viajes se multiplican. Ahora de ambas partes y ese criollo se las agencia para poder cumplir con sus deseos considerados insatisfechos por mucho que logren. La cubanía y la familia como parte de esta, es algo sublime.
Ya pasan de medio millón lo que regresan de visita cada año y algunos a quedarse y llevar una especie de doble residencia (o vida) en ambos lugares, Cuba y Estados Unidos, el sur floridano principalmente.
El diario “Sun Sentinel” en su versión en español, “El Sentinel”, ha realizado un reportaje bastante completo sobre la actividad que por algunos puede considerarse “delictiva”, que realizan muchos cubanos en búsqueda de seguir visitando por periodos cortos de tiempo – y a veces ni tanto – a su gente en Cuba. Se trata de las personas que reciben ayudas monetarias y de otras índoles, del gobierno. Por ejemplo los actuales cubanos refugiados, recién llegados y los que llevan varios años aquí, que se encuentran “deshabilitados” o que son ancianos mayores de 65 años y que nunca han trabajado ni aportado al fisco, reciben como estipendio mensual individual cantidades que sobrepasan los $ 730.00 en efectivo, una tarjeta para alimentos de casi $ 200.00 y atención gratuita al cuidado de su salud – esto no tiene precio calculable -. Viven muchos de ellos en apartamentos baratos que no sobre pasan un mínimo porcentaje de sus entradas, los llamados “Plan Ocho” o para bajos recursos. Donde en muchas ocasiones se les renta para una o dos personas y viven en estos varias más subrepticiamente, incluyendo recién llegados o descendientes familiares.
Los privilegios de los cubanos ya están molestando a los demás emigrantes que no cuentan ni remotamente con una mínima parte de los beneficios a cubanos. Nueve de cada diez extranjeros que reciben beneficios, son cubanos al menos en Florida.
En el reciente año fiscal que terminó en septiembre 30, hubo una entrada con beneficiaos de 40,329 nuevos cubanos contra 2,159 de otros países. Los gastos ocasionados por los cubanos fueron de casi $ 700.00 millones esto incluye ayuda a ancianos y discapacitados, asistencia federal a refugiados, alimentos por tarjetas, ayuda social a familias pobres, efectivo provisional a los refugiados por sus primeros ocho meses en el país. A todas las otras comunidades juntas el gasto fue de solo $ 41.1 millones.
Una pareja de ancianos mayores de 65 años, que nunca trabajaron aquí, recibe $ 1,457 mensual además de la ayuda ilimitada de atención médica. Los otros extranjeros nada.
El asunto de punta es que en una importante porcentaje estos cubanos “ayudados“ por sus privilegios de haber nacido en la isla, regresan cargados de mercadería para sus familiares, gastándose sus ahorros o sirviendo de “mulas de paquetes” que les resuelven los gastos de viajes y de estancia en la isla, en esos periplos. Inclusive los hay que se pasan largas temporadas en Cuba, teniendo alguien que les cobre los depósitos federales en su banco aquí y se lo envían a la otra orilla y así siguen su doble vida.
Por ejemplo los costos para refugiados en Florida solamente en el 2015, fue de casi $ 301 millones para los cubanos y los siguientes veinte países juntos, entre diez de Hispanoamérica y otros diez del resto del mundo, oscilaron entre Haití, el más agraciado después de Cuba, con un gasto de solo $ 16.9 millones y Jamaica con solo unos $ 167,000. Solo seis recibieron una ayuda en gastos de más de un millón de dólares en ese año. .
Lo más interesante y que llama la atención es que muchos de estos “súper beneficiadas” cubanos, aceptaron y se acogieron al Acta de Ajuste Cubano, aún vigente, y que en algún momento se declararon perseguidos políticos, realizando su primer delito, mentir bajo juramento y así sucesivamente con el uso de las “ayudas” para gastarlas en viajes personales incluyendo en muchos casos el recibir medicamentos por sus planes de salud y enviarlos a la isla.
La información lograda por ese diario de Broward, es recomendable para los que les interese el tema. La Ley de Juste Cubano, cada vez le queda menos vida y no solo por parte del gobierno estadounidense que desea eliminarla por razones obvias también por la presión de los millones de emigrados de otras naciones que se sienten discriminados bajo los privilegios de los cubanos.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.
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