El simposio internacional La Revolución cubana: Génesis y desarrollo histórico, concluye hoy luego de tres jornadas de intensos debates sobre esta etapa, que según expertos, se conoce pero poco se ha estudiado.
Cerca de 70 investigadores, historiadores, sociólogos, politólogos y otros especialistas de más de 20 países se dan cita en el capitalino Palacio de las Convenciones para intercambiar sobre temas relacionados con la historia de la isla durante los últimos 60 años, de la cual existe poca documentación.
Un momento excepcional del encuentro fue la conferencia magistral impartida este miércoles por el teólogo brasileño Frei Betto, que contó con la presencia del primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Betto alertó sobre la necesidad de formar las nuevas generaciones sintiéndose parte de la Revolución cubana. En declaraciones a la prensa, el fraile dominico rechazó el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, en tanto consideró las restricciones sufridas en este país como un factor de la resistencia de los cubanos.
Durante el evento estuvieron presentes temas como la cooperación cubana con Angola; el internacionalismo, la política exterior de la Revolución y la colaboración médica con países africanos.
Además, las comisiones de trabajo profundizaron en las raíces del proceso revolucionario; historia, patrimonio y ciencia; el proceso nacional liberador en los años 50 del pasado siglo y la estrategia político-militar del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
En los paneles se trataron algunos de los impactos sociales que generan las transformaciones actuales en Cuba; la visión externa de esos cambios y la evolución institucional en el llamado período especial.
Miguel Díaz-Canel: “el futuro está en las ideas”
Durante el simposio, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político y Primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, afirmó que el futuro de Cuba está en las ideas y, por lo tanto, “en la historia y en nuestra cultura”.
Refirió que la Isla no se va a distinguir solo por tener una economía que pueda aportar más o menos riqueza material, sino por la manera en que la misma sea más fuerte y se distribuya con equidad y justicia social.
Eso únicamente puede alcanzarse, acotó, desde una cultura de la solidaridad, de la emancipación, de la justicia social, como dijo Frei Betto, y con una plataforma emancipadora de pensamiento que contrarreste la pseudocultura que hoy atiborra los mercados.
Mencionó como otros propósitos en los que descansa el futuro del país “que no seamos consumistas, que podamos proponer ante el consumismo la alternativa de compartir, y que ante la vanidad podamos poner como alternativa, la solidaridad y la cooperación entre todos”.
Debemos lograr, aseveró, que nos distingamos no por lo que poseamos materialmente, sino por lo que desde el punto de vista espiritual aportemos a partir de nuestro conocimiento y de nuestra cultura, y que eso lo podamos compartir, concluyó.
(Con información de Agencias)
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