La emigración en el mundo entero ha sido como un movimiento continuo, como las olas del mar. Esta forma de mudarse de uno a otro país es un fenómeno muy comprensible ya que el hombre, como ser universal, busca siempre mejorar sus condiciones de vida y lo expresa moviéndose con sus proles, en muchos casos inclusive dentro de la misma nación.
En el caso de Cuba no escapa a este asunto para nada. Algunos ejemplos nos lo muestran.
Desde muchos años atrás, por ejemplo los noventa del siglo XIX, la emigración se reduce “por patriotismo”. Mucha gente que había emigrado sobre todo a Estados Unidos, regresa a la isla a participar en su lucha por la independencia del yugo español. Otros deciden no viajar para acá. En esos precisos años solo emigran 5,532 cubanos. Comparado con el 1870 en que lo hicieron 12,000 criollos y en 1880 casi el doble.
Hoy en día esta porción norteña continental, acoge a unos 1.5 millones de cubanos – sin contar sus descendientes – y claro está el Sur Floridano en el lugar más adecuado por su cercanía y abundancia latina, además de ser más económico viajar aquí que a otros estados del norte u oeste, donde viven cubanos también, no obstante.
Después de 1959 ya la barriada de Westchester supera a Hialeah con residentes cubanos así como hoy hay criollos regados por todas partes. En Georgia hay 26 mil; en New Jersey casi 100 mil; así mismo en Nueva York y California otros 100 mil cada cual ; Texas más de 60 mil; en las áridas tierras de Nevada, unos 22 mil. Hasta en Hawaii, en medio del Océano Pacífico, viven más de 1,600 “cubiches”.
Los años y épocas de mayor incidencia de viajeros emigrantes desde Cuba fueron, en el 1959 donde y cuando se marcharon los delincuentes que ostentaban el poder con Batista. Los siquitrillados capitalistas y los terratenientes, etc. y cuando el país se declara “socialista” y se les entregan armas al pueblo para defenderse de Estados Unidos. Entonces tenía unos seis millones de habitantes. Se fueron unos 270 mil; en 1970, 253 mil; en 1980 unos 180 mil (cuando Mariel en ese año viajaron 125 mil hacia este país); en los noventa unos 85 mil, incluyendo la andanada de los 94 y 95 cuando se autorizaron a viajar en balsas y botes unos 35 mil. Ya este año 2017, la cosa cambia rotundamente este año 2017, cuando se suspenden los privilegios de “pies secos / pies mojados” y se reduce a casi un par de decenas de cubanos llegados ilegalmente hasta ahora a estas tierras para quedarse.
Las emigraciones por etapas y grupos de cubanos fueron variando hacia Estados Unidos de acuerdo a los cambios que se lograban entre los emigrados ya establecidos que influían por un grupito de exilados de poder, en las legislaciones estadounidenses en referencia con Cuba, para vergüenza para las propias administraciones de E.U.
La atracción del “revuelto y brutal” se hacía más popular. La propagandas yanquis que se permitía en Cuba – los filmes -que mostraban una sociedad súper avanzada en modernidad, fue uno de los factores de buscar el supuesto sueño americano, que después de llegar acá se vuele pesadilla. A los viajeros de Cuba hacia Miami para visitar sus familias, por unas breves semanas, se les brindan una vida llena de complacencias y a su regreso a la isla, “hacen los cuentos”. Cosa que se revierte en un poco tiempo después, cuando deciden quedarse vivir permanentemente acá en sus segundos viajes. La cosa entonces es muy distinta.
Junto a todo esto se mejora la cosa con la intromisión en Cuba de los cuentapropistas, que sumando ya más de medio, más sus familiares, disminuye le búsqueda de mejorar sus economías, razón por la cual se reducen también notablemente las únicas causas más probables de la emigración en Cuba.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.
