Señales peligrosas desde Rusia, anunciar ejercicios militares con armas nucleares


El pasado 7 de mayo, con la firma de Anton Troianovski su corresponsal en Moscú, The New York Times afirmó que: “Rusia manda una señal a Occidente al anunciar ejercicios militares con armas nucleares”. De ese modo el diario vinculó la probable entrada de tropas de la OTAN en territorio ucraniano con el empleo de armas nucleares por parte de Rusia.
Una situación análoga no existía desde la Guerra de Corea, cuando el general Douglas MacArthur, comandante de las tropas de Estados Unidos, propuso al presidente Harry Truman utilizar bombas atómicas contra China que, introdujo alrededor de un millón de efectivos en aquel teatro de operaciones donde, oficialmente combatían tropas de Corea del Norte contra Estados Unidos.
Entonces, cómo puede estar ocurriendo ahora, MacArthur puso en la balanza estratégica, bombas atómicas contra hombres. Truman no sólo no aceptó la propuesta sino destituyó al legendario general que había conducido las operaciones en el Pacifico durante la II Guerra Mundial.
La diferencia es que ahora la alusión no procede de un jefe militar, sino de la más alta dirección de Rusia y se acude a la mención de armas nucleares tácticas o “no estratégicas”, un eufemismo destinado a crear la sensación de que el menor alcance y capacidad destructora de las municiones, determina la naturaleza del arma nuclear.
Aunque son de menor potencia y alcance, las armas nucleares tácticas diseñadas para ser utilizadas por medios convencionales tales como cañones, obuses, torpedos, minas, cargas submarinas, así como morteros de relativamente corto alcance contra objetivos locales, como campamentos y agrupaciones de tropas, aeródromos y bases navales, grandes buques y formaciones de batalla en el mar, fábricas y almacenes de armas y municiones y otros blancos.
Si bien el rendimiento de las armas nucleares tácticas (10-100 kilotones) es menor que el de las estratégicas, siguen siendo temibles y algunas pueden igualar la capacidad destructora de las utilizadas en Hiroshima y Nagasaki. Estas certezas llevaron a James Mattis, ex secretario de defensa de Estados Unidos a afirmar: “No creo que exista tal cosa como un “arma nuclear táctica”. Cualquier arma nuclear utilizada en cualquier momento es un cambio de juego estratégico”, cosa que obviamente ocurrirá en Ucrania donde, a partir de su utilización, la guerra adquirirá otro carácter.
El hecho de que Rusia haya transferido algunas de las 1800 armas nucleares tácticas con que cuenta a Bielorrusia con 1084 kilómetros de frontera con Ucrania y los aviones y misiles capaces de ser portadores, cosa comprobada en recientes maniobras, pudiera tentar a la OTAN a hacer lo mismo dando lugar a una peligrosa escalada. Un hecho relevante es que Ucrania difícilmente las utilice contra su propio territorio.
Las primeras armas nucleares tácticas que nunca han sido utilizadas en combate, fueron creadas por las superpotencias nucleares en los años cincuenta del pasado siglo XX cuando lograron reducir el tamaño de las ojivas para poder emplearlas con medios convencionales como cañones, torpedos, morteros y aviación táctica. Según se conoce en los años sesenta Estados Unidos las almacenó en bases de la OTAN en Europa, mientras en 1962, la URSS las llevó a Cuba.
Según un estudio basado en “juegos de guerra”, una simulación realizada por la Universidad de Princeton, utilizando datos reales ha calculado que un conflicto entre Estados Unidos y Rusia que comience con armas nucleares tácticas, pudiera escalar rápidamente ocasionando más de 90 millones de muertos y heridos en las primeras horas”.
Lo que difícilmente ocurra será lo sucedido en 1945 cuando Estados Unidos ejercía el monopolio de las armas nucleares y Japón no pudo ripostar. Hoy día el primero en usarlas deberá contar con la destrucción mutua asegurada. Definitivamente, en materia nuclear lo mejor es no comenzar. Allá nos vemos.

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