¿Se diluye el Miami cubano?

Traducido desde el más allá por Max Lesnik

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    Si las cosas siguen como van, con las nuevas restricciones  migratorias para los  compatriotas  de la  isla,  el  tradicional “Miami cubano” estará  pronto a desaparecer-más temprano que tarde por esa causa-   a lo que se suma la persistente invasión   de otros grupos de  latinoamericanos que se están asentando en el sur de La Florida atraídos  también por  el  clima benigno de estos entornos,  añadido además   el  hecho  de que el idioma  castellano es tan predominante  que para vivir aquí  no es imprescindible  hablar  el idioma inglés como sucede en el resto de las ciudades  de Estados Unidos.

Se nota esta realidad en las programaciones  de la radio y la televisión en español, donde cada vez la audiencia  es  más diversa  que cubana, quedando más reducidos los programas  políticos   anti-castristas  para ser sustituidos  por  un  público latinoamericano que prefiere los espacios  deportivos, de entretenimiento, de variedades musicales   o los cursis  novelones  que resultan más ameno que el constante bombardeo de propaganda  sucia  que por años  y años  han trasmitido  las  emisoras  Cloacas  de Miami para  satisfacer las frustraciones políticas  de la extrema  derecha cubana impenitente.

Poco les  queda de  vigencia en nuestra  comunidad a voces  repugnantes  como  la  de la “Redonda Ninoska” o el “Triple Feo” Pérez  con sus monsergas de tiempos  de la “Guerra Fría” por más  que se quieran reciclarse como “Trumpistas”  de nuevo cuño, ignorando  que el  hábito no hace  al monje.

Y en la prensa impresa ahí tenemos al “Miami Herald  en  Español ”“cada día  más  raquítico en páginas  y en  contenido, lo que augura un colapso  no   muy lejano, que si no fuera  por  la ayuda que le  presta El  País de Madrid  en dinero  y circulación en conjunto ya hace rato que dormiría  el  sueño eterno al lado  de mi tumba fría en el Cementerio de la  calle 8 a un par  de cuadras  del Versalles.

En fin, que del “Miami Cubano” revuelto y brutal de Cloacas  y  dimes  y  diretes  poco o nada quedará dentro de poco,  como no sea un recuerdo vago anotado en la memoria de alguno que otro   escuálido sobreviviente  que le trasmitirá  sus  más  caras vivencias  a    futuros cronistas, que  por  supuesto  tendrán  con toda seguridad,  como  punto de  partida  y referencia obligada esta columna periodística  de  este  humilde  Duende de Miami.

¿Se diluye el Miami Cubano? Por  ese camino vamos y para bien de Cuba y  los  cubanos.

Y hasta la  próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría .Bambarambay.

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