¿ Quién dirige la política exterior de E.U.A. ?
Desde hace mucho, pero mucho tiempo, el poder compartido de una especie de nueva raza o capa social crecida en el Sur de Florida, llena de prebendas, privilegios y millones de dólares, que juntos brindan un poder especial, ha logrado meterse de lleno en las decisiones políticas y económicas en el área de las relaciones exteriores con todo lo que tenga que ver con esa pequeña islita del Caribe llamada Cuba. Y con su soberanía.
No tendremos que hacer mucha historia, de cuando desde las primeras oleadas llegaban en camadas los camajanes, millonarios, ex militares y esbirros de la dictadura batistiana, con los que habían compromisos muchos en Estados Unidos hacia ellos, junto con una nueva política de “mal vecino” que nacía, reproducía y se imponía entonces, llegan a colarse de lleno en las decisiones gubernamentales estos “necesarios” protagonistas del mal contra la isla. Los gobiernos de turno les van dando mucha ala, pero al parecer llagan momentos en que se les van de la mano y sobrepasan expectativas de meterse de lleno en mucho de lo que no se deben meter.
Después de otros intentos de mando, llega un personaje (ya fallecido) lleno de poder detrás del trono, es el más vivo ejemplo histórico, que fue fabricado por el imperio y se les salió de las casillas. Jorge Mas Canosa, llega a erigirse como la todo poderosa “deidad” con todo los atributos para recibir las alabanzas por sus acciones y respaldos (y negocios). La política norteamericana hacia Cuba, se convierte en dirigida por un grupúsculo con especiales influencias. Los mamotretos desde los sabotajes terroristas y económicos, incluyendo fallidas operaciones como la de Girón y otras salvajemente perpetradas así como posteriores leyes como el Bloqueo, el Acta de Ajuste Cubano, la codificación de leyes de presión para aislar al pueblo cubano, son parte de un larga historia donde la influiencia cubanoamericana ha jugado un primordial papel.
Salvo estrechos periodos de acercamientos – Carter, Clinton y ahora Obama – Cuba siempre ha padecido de la Espada de Damocles pendiente sobre la cabeza de cada uno sus habitantes. Todo debido a que existieron, y hoy aun los hay, personeros que se han convertido en arrogantes dueños y señores de los destinos de esa nación si de Estados Unidos dependiera.
Ahora, después del 17 de diciembre pasado, se han desbocado algunos auto considerados lidercillos – Rubio y Compañía – creyendo que están aún en los años post Guerra Fría y derrumbe del Campo Socialista, y creyéndose seguros de que con su influencia – ¿? – pueden continuar dirigiendo los destinos de toda una nación en su política exterior, se abalanzan contra Cuba y sus nuevos logros con su vecino del norte.
Este senador federal, cabildero del mal, aspirante a presidente, se cree que aún se puede seguir manejando a antojos de los poderes especiales, lo que se le venga en ganas. Al parecer no desea pregonar su ignorancia y su falta de juicio en enfrentarse a una realidad inevitable, en cuanto a las definitivas relaciones diplomáticas (comerciales y económicas eventualmente) con Cuba, asumiendo una posición contraria a todo razonamiento, que pudiera al final perjudicar su posición política y desprestigiarlo como desconocedor de una estrategia adecuada al momento y su posible fracaso, por un fanatismo incontrolable, le podrían llevar a ser perjudicado mucho en el cercano futuro y a un costo demasiado alto .
Les habló “Dese Miami”, Roberto Solís