Traducido del Más Allá por Max Lesnik
Una página policiaca
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Cuando este Duende era chiquitico y del mamey-para decirlo en una frase muy cubana- y me refiero a la Cuba anterior a la Revolución, en los periódicos de la época había una sección periodística que era de las más leídas por los cubanos: la “página policiaca”. En ella aparecían todos los hechos delictivos cometidos el día anterior relatados minuciosamente por los reporteros especializados en la materia, que ilustraban sus informaciones
con fotografías del escenario del crimen y por supuesto con la foto del delincuente y su prontuario delictivo con el fin de informar de lo acontecido a la vez que marcaba para
el resto de su vida al transgresor de la ley que quedaba envuelto en el bochorno. De ahí en adelante el ladrón, ratero, asaltador, asesino o hampón de mala muerte, quedaba marcado para siempre.
Por supuesto, había otra clase de delincuente de marca mayor que no aparecía nunca en las páginas policiacas., Eran quizás unos más dañinos a la sociedad que los anteriores, porque gozaban de evidente impunidad. Me refiero a los ladrones del erario público, que lo mismo podía haber sido Presidente de la república, que Senador, Congresista Alcalde, Ministro de gobierno, o aprovechado inspector del Ministerio de Hacienda. Esos delincuentes de altura en cambio tenían el castigo de ser señalados como ladrones de cuello y corbata por el Periodico cubano denuncia un robo
entonces Senador Ortodoxo Eduardo Chibás a través de la emisora CMQ a las 8 de la noche de cada domingo. Eran los tiempos en que los políticos- presidentes o dictadores- se hacían millonarios con el dinero robado al tesoro nacional ý Chibás se enfrentaba a la corrupción imperante con su consigna de “Vergüenza contra Dinero”.
Comprendo que haya quienes vean en las “paginas policíacas” algo de un pasado fuera de moda. Sin embargo soy de los que cree que sería de gran utilidad social en la Cuba actual resucitar al menos en la Internet un resumen
con fotografías y detalles de los transgresores de la ley de manera que quien cometa un acto delictivo además de la sanción legal correspondiente, dictada por los tribunales de justicia se vea señalado ante la opinión pública como un delincuente que pagará con el bochorno la vergüenza de haber defraudado a sus conciudadanos respetuosos de la ley.
Se acabaría así eso hoy muy común en la Cuba actual en la que un funcionario venal es destituido de su cargo por un delito cometido cumple una sanción penal sin que se entere de ello la opinión pública cubana y después reaparece en otro cargo gubernamental, o se convierte en un “Disidente” pagado del extranjero, o se va de Cuba en balsa para
renacer disfrazado de “patriota anti-castrista” en cualquiera de los programas
nocturnos de los Canales Cloacas de Miami.
Con una bien informada página policiaca donde aparezcan retratados los violadores de la ley ningún delincuente común podría disfrazarse de “patriota” para
seguir dándonos gato por liebre. Termino mi crónica de hoy con la consabida introducción que dice “A quien pueda interesar”. Ahí se las dejo y los pongo a pensar.
Y hasta mañana martes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.