Pete Seidman: hay que redoblar el vigor, el coraje y la visión de Max Lesnik

A Max Lesnik del norteamericano  Pete Seidman lider de la Coalicion contra el Bloqueo de EU a Cuba

MENSAJE DE LA COALICIÓN DE MIAMI PARA PONER FIN
AL BLOQUEO DE EE.UU. A CUBA

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Nos unimos a muchas otras organizaciones e individuos para dar
un último saludo a Max Lesnik. Presentamos nuestros más profundos
respetos a su familia, cuyo amor lo ayudó a mantenerse fiel a su
juventud. Max fue un soldado que murió con las botas puestas. Hasta el
final, fue un líder de la lucha por unir la emigración patriótica de los
cubanos en acciones contra el bloqueo de Estados Unidos a su país.
Fue un líder que comprendió que, para que esta noble causa
triunfara, debía trascender la comunidad cubana y sumar aliados que
también libraban su propia lucha en las entrañas de la bestia. Fue así
como conocimos a Max, como un compañero de lucha contra el bloqueo
y por los derechos democráticos de todos los ciudadanos de este país a
viajar, a visitar a sus familias y a conocer Cuba por sí mismos, libres de
las anteojeras de la propaganda llena de odio.
No siempre estuvimos de acuerdo con Max. Y en caso de
desacuerdo, podía luchar con todas sus fuerzas para asegurar la victoria

de sus propuestas. Pero él dio un ejemplo en estas batallas de tomar las
ideas muy en serio. Y ser responsable a la hora de juzgar las ideas en
función de los resultados. De esta manera, valió la pena discutir con
Max, porque todos podrían llegar a aprender a largo plazo y, por lo tanto,
ser más efectivos en nuestra causa común.
La maquinaria de odio de Miami, esos seguidores a sueldo de los
restos de una Cuba sometida, tuvo el descaro de llamar
terrorista a Max Lesnik.¡Aquellos que hicieron estallar aviones,
bombardearon hoteles, organizaron invasiones y asesinatos
(bombardearon al propio Max en un esfuerzo por aterrorizarlo y
silenciarlo)! Tuvo el descaro de acusarlo de ser un terrorista.
¡Pero Max estaba muy lejos de ser un terrorista! Incluso fue
demasiado generoso en su fe de que, a través de las elecciones, algunas
voces de la razón hacia Cuba podrían triunfar. Por supuesto, también era
realista al respecto. Nunca dejó lejos de su alcance el mantenimiento de
un movimiento en la calle, creyendo que el poder no concede nada sin
una demanda. Para él, no era el terrorismo individual, sino la acción
unida de las mayorías de la población, la clave del cambio progresista.

Max se va a los 94 años. Muchos de los que trabajamos con él
también estamos envejeciendo.
Creemos que la mejor manera de honrar a Max es asegurarnos de
que su ejemplo y sabiduría se transmitan a las generaciones más jóvenes
de cubanos, cubanoamericanos y no cubanos por igual. Tenemos que
asumir la responsabilidad de continuar su lucha. Nuestra coalición de
Miami Para Poner Fin Al Bloqueo se compromete a trabajar con otros
para asegurarse de que las luchas de Max por una acción unida contra el
bloqueo continúen. Estamos en una nueva época, una que nos pide
igualar e incluso tratar de redoblar el vigor, el coraje y la visión de Max.

MESSAGE FROM MIAMI COALITION TO END THE U.S.
BLOCKADE OF CUBA (3/14/25)
We join with many other organizations and individuals to give a
final salute to Max Lesnik. We pay our deepest respects to his family,
whose love helped him stay true to his youth. Max was a soldier who
died with his boots on. Up to the end, he was a leader of the fight to
unite the patriotic emigration of Cubans into actions against the U.S.
blockade of their country.
He was a leader who saw that if this noble cause was to win, it had
to reach out beyond the Cuban community to enlist allies also struggling
inside the belly of the beast. It was in this way that we came to know
Max, as a fellow fighter against the blockade and for the democratic
rights of all citizens of this country to travel, to visit their families, and
to learn about Cuba for themselves, free of the blinders of hate-filled
propaganda.
We didn’t always agree with Max. And in disagreement he could
fight mightily to ensure the victory of his proposals. But he set an
example in these battles of taking ideas very seriously. And being
responsible in judging ideas against results. In this way, arguing with
Max was worth it, because everyone could come to learn in the long run
and thereby become more effective in our common cause.
The Miami hate machine, those paid henchmen of the remnants of
a servile Cuba, had the nerve to label Max Lesnik as a terrorist. Those
who blew up airplanes, bombed hotels, staged invasions and
assassinations (bombed Max himself in an effort to terrorize and silence
him)! Had the nerve to accuse him of being a terrorist.
But Max was so far from a terrorist! He was even overly generous
in his faith that through elections, some voices of reason towards Cuba
might triumph. Of course, he was also a realist about this. He never let
far from his reach the maintenance of a movement in the
street—believing that power concedes nothing without a demand. Not
individual terrorism, but the united action of majorities of people, was
for him the key to progressive change.

Max is gone at age 94. Many of us he worked with are aging as
well.
We think the best way to honor Max is to make sure that his
example and wisdom are passed on to younger generations of Cubans,
Cuban-Americans, and non-Cubans alike. We need to shoulder
responsibility for continuing his fight. Our coalition pledges to work
with others to make sure that Max’s struggles for united action against
the blockade continues. We are in a new time, one that calls for us to
match and even try to redouble Max’s vigor, courage, and vision.

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