En medio del genocidio en Gaza, los asesinatos de líderes palestinos en Líbano y Teherán, así como el intercambio de amenazas entre Israel, Irán, Hezbollah, Hamas y Hutíes, la Armada de Estados Unidos envía a Oriente Medio al portaaviones USS Abraham Lincoln, líder de un Grupo de Batalla formado, entre otros buques de apoyo, por los destructores USS Spruance y USS o-Kane dotados de misiles Tomahawk, que pueden portar cabezas nucleares. El buque cuenta con unos 70 aviones de última generación y un escuadrón de helicópteros
La nave de 5000 millones de dólares, llega para sumarse a uno de sus gemelos, con potencial de fuego y escolta análogo, el USS Theodore Roosevelt, que con sus apoyos se encuentra desplegado en la zona. Al Grupo de Batalla, obviamente desmesurado, se sumó el submarino USS Georgia, armado con más de 100 torpedos y 154 misiles Tomahawk, que pueden portar cabezas nucleares.
Estos tres grandes buques, son movidos por energía nuclear. Así, la Armada de los Estados Unidos que, según se afirma, con unas 500 naves en activo, despliega en línea de batalla a dos de sus nueve portaviones nucleares de última generación y uno de sus 72 submarinos.
Obviamente, las poderosas naves que figuran entre los medios militares más temibles del mundo, dotados de grandes capacidades nucleares, así como de autodefensas y apoyos que los hacen prácticamente imbatibles y que, en el pasado reciente han participado en las grandes operaciones realizadas por Estados Unidos en Oriente Medio, se despliegan no en calidad de moderadores para impedirla guerra, sino como apoyo a Israel.
El despliegue militar de los Estados Unidos en Oriente Medio altera decisivamente las correlaciones de fuerza y ofrece un amparo político y militar a una de las partes, que desequilibra decisivamente la región. En materia de ataque, el contingente aeronaval desplegado amenaza a Irán con cientos de aviones, submarinos y destructores, todos lanzamisiles con capacidad para operar desde accesos lejanos. A la vez que crea barreras electrónicas contra los misiles, drones y aviones de Irán.
La abrumadora y por momentos grotesca exhibición de fuerza estadounidense resuelve a favor de Israel la cuestión de la distancia de 2.000 kilómetros entre Israel e Irán al proporcionar al estado sionista los apoyos y la protección necesaria para el reabastecimiento de los aviones en el aire, cosa con la cual Irán no podría contar. Un dato relevante es que, durante la invasión a Irak el USS Abraham Lincoln, sus aparatos realizaron 15.500 incursiones y trasvasaron 450 toneladas de combustible, en la mayor operación de reabastecimiento en el aire de todos los tiempos.
Eventualmente Estados Unidos pudiera permitir que los cazas de Israel utilicen las pistas de sus portaaviones. Adicionalmente el apoyo de inteligencia y exploración satelital proporcionado a Israel le concede enormes ventajas en la selección de blancos en cualquier locación e importantes insumos para tomar puntería.
A todo ello se suman los apoyos logísticos y de infraestructuras que pueden aportar los aliados de la región y que, si bien no los facilitarían a Israel, no vacilarían en ofrecerlos a Estados Unidos que, en este caso, no es lo mismo, pero es igual. Un importante disuasivo son las capacidades nucleares de Israel, caso de que efectivamente las tuviera, que no pueden ser igualadas por ninguno de sus contendientes que no disponen de ellas.
Estados Unidos que no ha ejercido suficiente presión para detener a Israel que, a la vista de todo el mundo, en una grosera exhibición de impunidad, masacra a la población de Gaza, moviliza ahora sus mayores recursos militares para proteger a Israel que está a punto de protagonizar otra guerra y otra masacre de proporciones bíblicas. Desde antes de que se dispare el primer misil o vuele el primer avión, pudiera intuirse que se trata de una mega provocación para golpear decisivamente a Irán.
Tal vez prejuzgamos y la fuerza enviada por Estados Unidos logre disuadir a todos los presuntos protagonistas y las perspectivas del desastre humano y material que produciría un choque de tales fuerzas logre que, por la razón y no por la fuerza, se contengan las amenazas y se moderen los actores. Ojalá fuera así. Allá nos vemos.