El argot cubano es infinitamente genial, suave, hermoso, explicito, pero sobre todo muy cubano y sus atributos lo hacen que adquiera formas de calificativos y nombres muy originales. Hay una palabra de la cual debo confesar que ignoraba su existencia, antes que un afectivo familiar me la explicara ayer. Se trata de “metatranca”. El úiltimo más reciente e ingenioso es «cuentapropista» (trabajador por cuenta propia independiente de otros – el estado por ejemplo-).
Metatranca, pudiera considerarse ésta, quizás nueva palabra del cubaneo; como algo enrevesado, sofisticado teóricamente sin legítimas pruebas; tan simple explicado de manera complicada innecesariamente, etc., – cubana al fin – este nombre que hasta ayer yo no conocía, de solo oírlo ya nuestra criolla imaginación casi que lo interpreta.
Meta, que realmente viene del griego, “más allá de lo simple” – ej: “metafísica”, explicación racional de lo irreal; unido a “tranca” (viga de madera o metal para asegurar algo, una puerta, etc.) – que proviene del celta – , hace menos difícil su comprensión.
También otros aseguran que “metatranca” se puede aplicar en España a una borrachera o embriaguez. En Cuba hay un medio de transporte al que también se le conocería como ”metatranca” y son los «almendrones» (autos viejos de más de 60 – 70 años) que aun funcionan. Los excesos en largos discursos que aburren después de un tiempo de escucharlos, se les califica de ”matrancazos”, a lo cubano.
Se dice por algunos letrados, y otros que ni siquiera se asemejan a estos, pero que les gusta meterse en cualquier tema, que: En Cuba el más emblemático de los cultores de la “metatranca” fue el fallecido Rufo Caballero. Don Rufo elevó el arte de no decir o decir a medias, a cumbres tan depuradas, que cualquiera de las cosas que haya dicho podría ser interpretada de tantas formas como individualidades puedan encontrarse bajo el cielo y sobre el suelo. Ese arte de sortear la oración afirmativa sencilla de fácil comprensión para todos, fue su más cara y dedicada vocación.
Allá va esto amigos, ahí les va mi primer metatancazo, que por cierto no existe en los diccionarios de Real Academia de la Legua Castellana.
Les habló, “Desde Miami, Roberto Solís.









