Max Lesnik es uno de mis héroes entrañables. Por Carlos Lazo

Hoy murió Max Lesnik. Dicen que nadie nace para ser semilla. Pero Max es de los que se van y de algún modo quedan.
Max es simiente, luz, ejemplo que nos acompaña. Aquí va, en su honor, un texto que dediqué a él, hace algún tiempo.
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Max Lesnik es uno de mis héroes entrañables. Buen cubano, buen padre, buen esposo, buen amigo.
El otro día me lo encontré de nuevo, en la Caravana de Miami, alzando su voz contra el bloqueo. ¡Tan viejo y tan joven Max! Sentí que su sonrisa llevaba la alegría acumulada de muchos años. Era la misma risa de cuando Max era apenas un jovencito y participaba en las luchas estudiantiles, en la Universidad de la Habana, contra Batista.
Me abrazó, y sentí otra vez el grandísimo orgullo de estar compartiendo la Historia, con mayúsculas. Yo estaba frente a una leyenda viva.
En sus ojos percibí el mismo estoicismo, la misma rebeldía y transparencia que demostró en 1960, cuando se marchó de Cuba por discrepar del rumbo que tomaba el proceso cubano.
Max siempre ha sido un hombre honesto, sin pelos en la lengua.
Muchos años después de aquella partida, su amigo, Fidel Castro, le preguntaría: “¿Por qué te fuiste?”. Max le respondió: “No me gustó que Cuba se alineara con la Unión Soviética”.
Es un privilegio poder darle las gracias a un hombre como él, un gigante de 90 años que sigue coherente y en la batalla.
Este es el mismo hombre que fundó, en Miami, la revista Réplica. El “hombre de las dos Habanas”: la «pequeña» Habana de Miami y la Habana grande, de la Isla.
Es el mismo que, en Estados Unidos, sobrevivió a numerosos ataques terroristas. Lo trataban de asesinar para acallar su voz y para detener su lucha. Y en él, siempre la misma obsesión: ¡Cuba! ¡Cuba! ¡Cuba! ¡Cuba antes y Cuba ahora!
Este domingo abracé al fundador de la Alianza Martiana. Hace décadas, en la emigración, Max Lesnik y otros cubanos dignos, fundaron esa organización de mujeres y hombres diversos.
Desde entonces, soñaban con “una mejor relación entre el gobierno norteamericano y los pueblos de Nuestra América”. Se oponían al bloqueo. En aquella Alianza no se rechaza ni se discrimina a nadie, ni por razones de credo ni por ideología.
Lo abracé, sabiendo que él es precursor de estos Puentes de amor por los que transitamos hoy.
En esos puentes, Max va delante, quitando maleza y abriendo caminos.
Max irradia esa luz que llevan los que no dejan de batallar nunca.
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Descanse en paz maestro.🥰🇨🇺
Carlos Lazo
Organizador de Puentes de amor
8 de marzo de 2025

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