Max Lesnik: El objetivo de las sanciones de EU contra Cuba es rendir por hambre al pueblo cubano

Foto Roberto Koltun

 

Publicamos otro fragmento de la entrevista de Salim Lamrani* a Max Lesnik, en sus respuestas encontramos la verdad del diferendo entre Estados Unidos y Cuba. EL texto es un legado para las presentes y futuras generaciones de los pueblos cubano y norteamericanos 

SL: ¿Por qué Estados Unidos sigue imponiendo sanciones económicas a Cuba, más de un cuarto de siglo después del final de la Guerra Fría?

ML: Al inicio, las sanciones económicas se impusieron tras la decisión de Cuba de nacionalizar algunas empresas estadounidenses. Pero conviene recordar que la hostilidad, o por lo menos la desconfianza, de Estados Unidos hacia Fidel Castro es anterior al triunfo de la Revolución. Washington lo hizo todo para impedir que Fidel Castro llegase al poder y apoyó a Fulgencio Batista hasta los últimos momentos. Tras la huida del dictador, Estados Unidos impuso una junta militar pero ésa duró apenas unas horas y fue destrozada por la ola popular y revolucionaria. Es importante recordar esta realidad histórica.

Desde esa época, la Revolución está en el poder y Estados Unidos ha tomado todas las medidas posibles e imaginables para intentar derrocarla. Toda la retórica diplomática elaborada desde 1959 para justificar el estado de sitio contra Cuba es una sucesión de pretextos que no resisten el análisis. Washington evocó así las nacionalizaciones, luego la alianza con la Unión Soviética, después la ayuda de Cuba a los movimientos revolucionarios a través del mundo, luego el partido único y después los derechos humanos. En realidad, Estados Unidos espera una rendición total y definitiva del pueblo cubano, cosa que no ha ocurrido en más de medio sigo y que, a mi parecer, no ocurrirá.

SL: No obstante, Washington normalizó las relaciones con China y Vietnam y puso término a las sanciones contra estos países. ¿Por qué es distinto con Cuba?

ML: La política de sanciones contra Cuba –cuyo objetivo es rendir por hambre al pueblo cubano– ha fracasado. Y creo que a Estados Unidos le cuesta dar prueba de lucidez al respecto y admitir esta realidad. El mantenimiento de las sanciones tiene como objetivo impedir el desarrollo del país y el vecino del Norte se niega a reconocer su error y mantiene un estado de sitio obsoleto y cruel que suscita el oprobio de la comunidad internacional, incluso de los aliados más fieles de Estados Unidos.

Pienso que más temprano que tarde Estados Unidos tendrá que levantar las sanciones contra Cuba. Hasta el presidente Barak Obama se ha pronunciado contra esas sanciones y ahora será el Congreso norteamericano el que tendrá que tomar la iniciativa interpretando el sentimiento del pueblo de Estados Unidos.

SL: ¿Cuál es el impacto de las sanciones económicas en la comunidad cubana de Estados Unidos?

ML: Las sanciones económicas constituyen no sólo una agresión al pueblo de Cuba sino que afectan también al pueblo americano. Impedir que un ciudadano estadounidense viaje a un país que se encuentra a 90 millas es un atentado contra un derecho humano constitucional.

Del mismo modo, la comunidad cubana de Estados Unidos sufre pues para viajar a Cuba, tierra de nuestros antepasados donde nacieron más del 80% de los cubanos que viven en territorio americano, hay que enfrentar toda una serie de obstáculos administrativos que impone Washington.

Por ejemplo, bajo el mandato de George W. Bush, los cubanos de Estados Unidos sólo podían viajar a su país de origen dos semanas cada tres años. Ello, en el mejor de los casos, pues había que conseguir un permiso del Departamento del Tesoro. Para obtener dicha autorización, había que demostrar que uno tenía a un miembro directo de la familia en Cuba. Para todos, una tía, un primo o un sobrino son miembros directos de la familia. Pero la administración Bush dio una definición de la familia que sólo se aplicaba a los cubanos. Así, sólo formaban parte de la familia los abuelos, los hermanos, los hijos y los cónyuges. Entonces, un cubano de Coral Gables que sólo tenía a una tía en Cuba no podía viajar a su país de origen. Imagínese el impacto que tuvo sobre la familia cubana cuando sabemos que la familia es la base de la sociedad. En Cuba, el concepto de la familia es importante y amplio pues no sólo forman parte de la familia los que están vinculados por la sangre, sino también los que están vinculados por la amistad.

Esa aberración política tuvo el apoyo de la extrema derecha cubana de Florida, que siente un odio visceral por el pueblo de Cuba. No se trata sólo de una voluntad de revancha hacia los hermanos Castro, sino de una aversión real hacia la población cubana pues apoya mayoritariamente al Gobierno.

SL: ¿Qué responde a quienes dicen que las sanciones económicas son una simple cuestión bilateral entre Cuba y Estados Unidos y que La Habana puede desarrollar sus relaciones comerciales con el resto del mundo?

ML: Esas afirmaciones no resisten ni un solo instante el análisis. Decir que Cuba puede comerciar con el resto del mundo es ignorar el carácter extraterritorial de las sanciones económicas. Permítame darle unos ejemplos. Desde 1992, a todo barco que entre en un puerto cubano se le prohíbe entrar en un puerto estadounidense durante seis meses. ¿Cuál es la consecuencia para Cuba? Debe pagar sumas astronómicas, superiores a las del mercado, para convencer a los transportadores internacionales de que le traigan mercancía. Recuerde que Estados Unidos es el primer mercado del mundo.

Del mismo modo, si una empresa extranjera quiere exportar sus productos a Estados Unidos, debe demostrar al Departamento del Tesoro que sus productos no contienen un solo gramo de materia prima cubana. ¿Cómo hace Cuba entonces para exportar su producción al resto del mundo con semejantes obstáculos? De la misma forma, Cuba no puede importar nada del resto del mundo que contenga más de un 10% de componentes estadounidenses. Dado el liderazgo técnico y tecnológico de Estados Unidos, disponen de un monopolio en muchos sectores. El ejemplo más emblemático es el sector de la medicina. Estados Unidos es líder mundial en este campo y Cuba no puede importar ninguna medicina ni ningún equipo médico producidos en Estados Unidos o que contengan más del 10% de componentes estadounidenses. Tomemos el caso del sector aeronáutico. La inmensa mayoría de los aviones contienen productos estadounidenses y no pueden operar en Cuba. Ésa es la realidad.

SL: Según Washington, la política de sanciones es la mejor forma de restablecer la democracia en Cuba.

ML: Es ridículo pensar que las sanciones económicas pueden tener resultados positivos para Estados Unidos. Se trata de un arma criminal contra el pueblo de Cuba y no tendrá ninguna salida favorable. No habrá cambios políticos en Cuba orquestados desde el exterior. Los cubanos jamás lo aceptarán. Incluso durante el periodo de la Unión Soviética, Moscú no pudo controlar la política nacional e internacional de Cuba. Pretender que las sanciones van a modificar la posición de los dirigentes cubanos es dar prueba de ignorancia. Los cambios en Cuba han tenido lugar desde 1959 por la ley natural de la vida, pero se han hecho sólo por la voluntad de los propios cubanos.

En cuanto a la democracia, ¿qué tipo de democracia desea exportar Estados Unidos? ¿La de Miami donde el vicio, la corrupción, la compra y venta de votos son moneda corriente, donde los lobbies eligen quién será el próximo presidente? Estoy seguro que los cubanos no favorecen este tipo de democracia. Ya vivieron eso cuando Batista.

SL: Cuba no ha indemnizado las propiedades estadounidenses nacionalizadas.

ML: Que Estados Unidos presente la cuenta. Los cubanos presentarán también la cuenta de los daños ocasionados por las sanciones económicas y la política de agresión desde 1960 y sacaremos la verdadera cuenta de todo ello. Creo que le tocará a Washington sacar el cheque.

SL: ¿Cuáles serían los beneficios para el pueblo estadounidense en caso de levantamiento de las sanciones económicas?

ML: Primero, los ciudadanos estadounidenses recuperarían de nuevo su derecho a viajar a cualquier país del mundo. Hace más de medio siglo que se les priva de este derecho constitucional. Luego, permitiría restablecer los lazos fraternales entre ambos pueblos que un diferendo político que divide a ambas naciones rompió. Los ciudadanos estadounidenses descubrirán que Cuba es sin duda el único país del mundo donde jamás se ha quemado una bandera americana. Los diplomáticos estadounidenses que están en Cuba recorren las calles de La Habana sin necesidad de protección. El pueblo cubano siempre ha dado prueba de buena voluntad hacia el pueblo americano.

Desde un punto de vista económico, las empresas americanas serían los grandes beneficiarios de una supresión de las sanciones y podrían disfrutar de las oportunidades que ofrece un país de 11,2 millones de habitantes que se encuentra a 90 millas de Cayo Hueso.

SL: Estados Unidos evoca regularmente la situación de los derechos humanos en Cuba.

ML: Hablar de modo selectivo de los derechos humanos en Cuba, como instrumento político y propagandístico, es absurdo y grotesco. No pasa un día sin que ocurran masivas violaciones de los derechos humanos en el mundo, incluso en Estados Unidos, sin ninguna comparación posible con lo que podría pasar en Cuba, sin que reaccionen Washington ni los medios occidentales.

Cuando un agente de policía en Estados Unidos comete un atropello contra un ciudadano, la responsabilidad es de los servicios municipales. En cambio, cuando ocurre en La Habana, inmediatamente acusan al Gobierno de los “hermanos Castro” y le echan la responsabilidad. Este doble rasero no es aceptable. Se usa una lupa para diseccionar los defectos de Cuba y nos olvidamos a propósito de que esos mismos defectos existen en las más grandes democracias occidentales.

¿Qué autoridad moral tiene Estados Unidos para disertar sobre la cuestión de los derechos humanos cuando ha creado un centro de tortura en Guantánamo, prisiones secretas en todo el mundo y procede a ejecuciones extrajudiciales en Irak y Afganistán? Todo eso es público.

SL: ¿Cuál es la principal conquista de la Revolución Cubana?

ML: Sin duda alguna, la soberanía. Si Fidel tuviera que cambiar de nombre, habría que llamarlo Soberanía. Por primera vez en su historia, Cuba es soberana e independiente.

*Salim Lamrani Profesor, escritor y periodista francés, imparte cursos en la Universidad París Descartes y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

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