Y se hizo la paz en Colombia para dejar atrás años de guerra fratricida en la que la muerte fue el signo de una época trágica de la historia de ese hermano país latinoamericano.
Pero como en todo conflicto humano en el proceso de paz de Colombia hay ganadores y perdedores. Entre los primeros está por encima de todos el pueblo colombiano que bajo el signo de la reconciliación nacional podrá en lo adelante avanzar en democracia y seguridad hacia un mejor destino nacional.
Están también en el campo de los ganadores- y no decimos vencedores- El Presidente Juan Manuel Santos, que supo a todo riesgo de su prestigio avanzar por el camino de la conciliación y no por el sendero del odio y la venganza, como también ganan los guerrilleros de las FARC al dejar atrás el camino de la violencia y el Presidente cubano Raúl Castro que abrió a Cuba al honroso rol de país anfitrión del proceso de paz, aportando además su buena voluntad e influencia con el grupo guerrillero de las FARC para que se forjara en La Habana un acuerdo entre las partes en conflicto que para muchos parecía imposible.
Y detrás de Raúl, Fidel, que siempre apostó por la paz en Colombia junto al gran ausente de este acontecimiento histórico, el laureado Premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez.
En el bando de los perdedores figuran en primer lugar el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, cegado por el odio y el resentimiento y un tanto de envidia contra el Presidente Santos, como negando la realidad de que una paz imperfecta es mucho mejor que una supuesta guerra perfecta. Y junto al ex Presidente Uribe en el bando de los perdedores están los extremistas de derecha, los de Colombia, los de Miami y los de todas partes, que son los militantes del odio.
Bienvenida la paz en Colombia. Que América se anotó otra victoria.
Y hasta mañana jueves amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.