El sueño de la derecha de Miami
Dice un viejo refrán que Dios escribe con renglones torcidos de manera que algunos que dicen ser muy cristianos hacen la lectura equivocada de lo que creen que viene de fuente divina.
Algo así es lo que viene ocurriendo con la extrema derecha cubana de Miami que de nuevo vuelve a equivocarse apostando por el nuevo Presidente norteamericano Donald Trump en la esperanza de que sea este y no el pueblo soberano de Cuba el que dicte el destino futuro de la siempre rebelde nación caribeña.
No fueron a aplaudir a Trump en su calidad de cubanos patriotas , sino que lo hicieron sumisos al compás de un himno y una bandera extranjera como súbditos enanos del coloso de norte que los humilla y deprecia.
Ya hay más de un lúcido exilado cubano anti-castrista que ha salido a decir que el abrazo de Miami al nuevo presidente de Estados Unidos no solo conduce al error sino que pudiera significar el último estertor de una muerte segura del llamado exilio histórico cubano que resulta ser la estampa más descolorida que viva, de la Cuba de ayer.
Dicho en otras palabras. Por puras razones de conveniencias políticas en busca del apoyo y votos en el Capitolio de Washington del Congresista Mario Díaz Balart y del Senador Marco Rubio, el Presidente Trump endurece su posición contra Cuba tratando de echar hacia atrás el reloj de la historia.
Serán los cubanos de la isla y los que viven en Estados Unidos los que pagaran las consecuencias de tan torpe decisión adoptada por el nuevo inquilino de la Casa Blanca con el apoyo minoritario de la más rancia y envejecida camarilla de carcamales de histérico sabor batistiano, con música de bien desafinado violín con himno y bandera extranjera.
Hicieron la apuesta equivocada. No por gusto Dios escribe con letra torcida.
Les habló para Réplica de Radio-Miami su director Max Lesnik.










