Traducido desde el más allá por Max Lesnik
Cuba fue por muchos años la “azucarera del mundo” de ahí que nuestros padres y abuelos incorporaran a su lenguaje cotidiano referencias al dulce producto derivado de la caña de azúcar del que dependía por entonces la economía nacional.
¡Sin azúcar no hay país!, decían los dueños de los Centrales azucareros mientras los que sudaban la camisa cortando en los campos la dulce planta se lamentaban en su mísera pobreza: “La caña está a tres trozos” lo que equivalía a decir que estaban al borde de la indigencia.
Fue un presidente cubano, Ramón Grau San Martín quien acuño una frase azucarera en el léxico de la vieja política de la isla : ¡Hay dulce para todos!, lo que significaba que en tiempos de elecciones habría suficiente dinero para comprar los votos de los electores que concurrieran a las urnas a votar por el Partido de gobierno, en este caso el “Autentico” que había traicionado la esperanza del pueblo cubano para entronizar la más bochornosa corrupción en la ministración pública.
¡Hay dulce para todos!, repetían gozosos los muñidores electorales citando la frase de “El Divino Galimatías” como popularmente se había bautizado al Presidente Grau San Martín. Y el dinero corría a raudales entre los corruptos politicastros de la época que hacían de la democracia cubana una caricatura grotesca de Sodoma y Gomorra.
¡Llegó la “Divina Pastora”, decían entonces haciendo referencia a que el dinero corruptor ya estaba en las calles haciendo buena la promesa presidencial de que había dulce para todos.
Así era en gran parte la estampa viva de la Cuba de ayer. Algo queda de aquello cuando leemos una información periodística señalando que el Congreso norteamericano controlado por el partido Republicano, ha incluido en el Presupuesto de la nación para este año 2018 la suma de 30 millones de dólares para “promover la democracia en Cuba”. En otras palabras que habrá dulce para todos los que desde la disidencia opositora en la isla, sigan el libreto que desde Washington y Miami se les tiene asignado por los que pagan y mandan.
¡A correr lacayos del norte que les paga y desprecia, que llegó la Divina Pastora con dulce para todos!
Si eso no es intervención extranjera en la política interna de una nación soberana que a este Duende le inunden de M su tumba fría.
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.











