El profesor Humberto, más que cine, arte y cultura, nos legó también la virtud de la alegría, el optimismo, su amistad y cubanía, con un alto sentido del humor. En este breve compedio de opiniones va el homenaje de quienes tuvimos el privilegio de tenerlo en sus clases, charlas y talleres como aquel que nos impartió sobre Oliver Stone y su famosa pelicula Platoon (1986), tuvimos que hacerle un trabajo investigativo sobre ella, recuerdo que en la primera muestra que le presenté no le gustó para nada, tuve que repetirle el trabajo dos veces más, hasta que lo consideró bien. Era ,muy exigente en sus clases, una enciclopedia en los temas de cine apartir de ahi, fuimos amigos al punto que luego me ayudó mucho en el documetal «la razón del hombre» La Cultura cubana, pierde a un intelectual de primera linea. Jamás olvidaremos su rectitud y sus ternura por el cine y en especial por la Filial de Cine, Radio y Tv. Ahora les dejo con la opinión de Ernesto Agustín Vera González, Aroldo García, Manuel Alejandro Rodriguez Yong, Cesar Hidalgo Torres y Julio Cesar Llamos
por Ernesto Agustín Vera González
FALLECIÓ EN HOLGUÍN HUMBERTO GONZÁLEZ CARRO: Los que estudiamos en la Universidad de las Artes, Holguín tendremos siempre una deuda de gratitud con este hombre sencillo, alegre, dicharachero, pero honesto y respetuoso. Profesor de varias generaciones del audiovisual cubano, intelectual de una amplia cultura general, reconocido crítico de cine y pedagogo de esos que se te quedan para siempre. Fue profesor y Decano por más de una década de la Filial oriental de la Universidad de las Artes en Holguín. Tenía el don de exigir y dejarse respetar y quererse a la vez. Natural de Banes, el terruño que siempre amó , era graduado en Letras y Literaturas Hispanoamericanas en la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba). Mi respeto más hondo y sincero para este cubano puro que tenía el mismo carácter detrás de su mesa de trabajo, en un aula o un pasillo.
Dificilmente una conversacion en la infancia toque el tema de la muerte, a esa edad ni siquiera se piensa que ahi esta ella, con la absoluta seguridad, mas que cualquier otra cosa de la vida, de que su momento va a llegar, y puede ser pronto, o pueden pasar decadas, pero va a llegar.
En la infancia, en la adolescencia, en la juventud, solo se piensa en el presente, y hacer feliz ese presente.
A Humberto Gonzalez Carro, a su tia, a su madre, los tengo como familia cercana desde nuestra infancia lejana en el tiempo.
Y aunque los caminos del quehacer cotidiano nos impiden el frecuente encuentro que quisieramos, a perosnas asi, no las recordamos, porque sencilalmente siempre las tenemos presente.
Hace pocos dias, quiso la casualidad que pudieramos conversar unos minutos, via telefonica, yo, en la recepcion de laa television Holguinera, y el, en su casa Holguinera, rodeado del inmenso amor de su esposa Isabel Reynaldo.
Y conversamos de todo un poco, y bromeamos como siempre lo hicimos, desde que el me bautizo como el «Guabayo» y yo a el como «El Cuervo» hace mucho mas de sesenta abriles…
Y me dijo de sus achaques, y les conte de los mios, y de la familia, y del trabajo, y d e la vida, y entonces , como despedida solo le dije,,,dale, levantate que todavia hay Cuervo para rato.
Y me habia equivocado totalmente, esa tarde escuchaba su voz por ultima vez, y su risa de siempre por ultima vez, y su » Aroldito» por ultima vez.
Caray Cuervillo, esa maldad tuya no me la imaginaba siquiera… con esas bromas pesadas no se juega carajo.
Cuando esta manana Edelkis me avisa, solo se que me eche a llorar, como el amigo de la infancia, de la adolescencia, de la juventud y de la vida. Y como en una secuencia filmica, digna de ti, me vi, nos vimos, alla en nuestro Banes, en nuestra escuela, en nuestra vida toda.
Perdoname Cuervo, hoy no pude ir a tu encuentro. Me faltaron fuerzas.
Porque se que hoy no te hubieras reido como siempre hacias conmigo, hoy no me hubieras dicho Guabayon, hoy no hubieraas sido tu.
Y tu, Humberto Gonzalez Carro, eras unico, sencillamente UNICO.
Querido Humberto desde el domingo ando pensando que decirte y aún no me sale otra palabra que no sea GRACIAS.
Gracias por ser tan auténtico, tan humilde, jaranero y sincero. Gracias por tu manera tan auténtica de ejercer el magisterio. Por tus malas palabras y tus bromas. Por tener esa mente tan abierta. Por tu sentido práctico de la vida. Por ser un hombre bueno y justo. Hoy somos much@s l@s que a pesar de la tristeza de tu partida no podemos dejar de agradecer la huella que dejaste en cada un@ de quienes fuimos tus alumnos en el Instituto Superior De Arte Filial Holguín. #Holguin ha perdido a otro de sus mejores hijos.
Que la tierra te sea leve. Que recibas el descanso eterno y brille por siempre para ti la luz perpetua
por Cesar Hidalgo Torres
Sus clases de historia del cine eran más entretenidas que todos esos libros tan doctos y como esos libros, las clases de Humberto eran iguales de bien informadas.
Hoy mismo, a esta hora mientras lo lloramos, Humberto debe estar organizando un Cine Club con los ángeles del cielo. Les va a hablar de los grandes clásicos de la cinematografía y también de las películas de quinta, porque esas también son parte de la historia. Y del cine porno, que también se hace y se consume porque somos gente sensible, decía, pero eso no quita que también estemos hechos de deseos que casi nunca podemos satisfacer por querer ser tan humanos, olvidando al animalito que también somos. El diablo no existe, decía, lo que existe es el miedo de la gente a ser ellos mismos, tan diferentes a los manuales de moralina.
Querido Humber, desde hoy los angelitos del cielo serán tan felices como tú nos hiciste en clases, en la escuelita que fundaste en la tierra: FAMCA HOLGUIN.
POR Julio Cesar Llamos
Quiero recordarte con esa sonrisa cómplice, tus comentarios jocosos y tu ejemplo de padre amantisimo.
AGRADECIMIENTO eterno por ser más que el Decano, fuiste un padre para nosotros, inoculaste el amor por el Cine y sobre todo nos diste «la libertad» como la más importante herramienta.
Mi pésame a mi querida Isabel, a Ryan y el resto de la familia. Tus alumnos te amamos Humber, buen viaje !