El área ocupada por la base naval de Estados Unidos en la provincia cubana de Guantánamo, no es parte de Estados Unidos, ni propiedad de ese país, sino de Cuba que, en 1903, bajo fuertes presiones, la arrendó a Estados Unidos para establecer en ellas una estación naval y carbonera; no para cárcel ni centro de tortura.
Sólo porque es un imperio que actúa por la fuerza, a pesar de la oposición del gobierno cubano que, en 1961 denunció el Tratado de 1903, Estados Unidos conserva la base naval de Guantánamo. Al respecto, lo acordado por ambos gobiernos es categórico:
“Artículo I. La República de Cuba arrienda por el presente a los Estados Unidos por el tiempo que las necesitare para el objeto de establecer en ellas estaciones carboneras o navales, las extensiones de tierra y agua situadas en la isla de Cuba que a continuación se describen…” Artículo III: “Los Estados Unidos reconocen por su parte la continuación de la soberanía definitiva de la República de Cuba sobre las extensiones de tierra y agua arriba descritas…
En reconocimiento de que se trata de un arriendo, y no de una sesión, como parte del Tratado de marras, ambos gobiernos pactaron una renta de 2.000 dólares en monedas de oro que, en 1934, momento en que se precisó el contenido del Tratado, equivalían a 4.085 dólares estadounidenses. Entonces se esclareció que el cambio o la terminación de esa renta requeriría el consentimiento de ambos gobiernos, o el abandono de la propiedad por Estados Unidos. ¹
En su metamorfosis, el imperio americano ha arrastrado a la base naval de Guantánamo, negociada para albergar estaciones navales y carboneras instalaciones asociadas a los requerimientos de entonces, uno de ellos el Canal de Panamá cuya construcción comenzó en 1904.
Obviamente, contar con una base naval en el extremo oriental de Cuba desde la cual podía resguardarse el Canal de Panamá, distante 1.318 km; así como custodiar los buques mercantes que desde el océano Pacífico, navegando por las costas de Cuba, accederían a los puertos estadounidense del Golfo de México y la costa este de los Estados Unidos.
Otro de los cometidos declarados de la instalación que ha cumplido 122 años, era abastecer de carbón, agua y otras vituallas a las naves que cubrían esa ruta. Entonces, cuando ya se trabajaba en lo que sería el Canal de Panamá, la defensa de la ruta y el apoyo a la obra deben haber estado en el ambiente.
En el contexto de la época, concurrió que, después de haber vencido a España, Estados Unidos se perfiló como el principal actor internacional y, con los territorios arrebatados a México, la adquisición de Alaska y la ocupación de Filipinas, se convirtió, hasta hoy en la única potencia de tres océanos (Atlántico, Pacifico y Ártico)
Desde entonces, cuando Estados Unidos se definió como un país imperialista de nuevo tipo, las bases militares en el extranjero constituyeron un pilar de su doctrina militar, la primera de ellas y consiguientemente, la más antigua fue precisamente la de Guantánamo en 1903. Actualmente suman unas 700 en 80 países de los cinco continentes.
La ambigüedad del estatus legal de la base naval de Guantánamo, cuyo territorio, aunque es parte de Cuba a quien se le reconoce la soberanía, es administrado por Estados Unidos que, a partir de una torcida interpretación la ha convertido en cárcel para recluir en ella a terroristas, encerrarlos sin instruirlos de cargos ni aplicarles el debido proceso, incluso torturarlos, porque no están ni nunca han estado en territorio de los Estados Unidos.
Tan absurda e inadmisible fue la situación jurídica creada que, en 2004 la Corte Suprema de los Estados Unidos, al juzgar el caso Rasul contra Bush, rechazó el argumento y falló a favor de que los prisioneros en Guantánamo tuvieran acceso a cortes estadounidenses, aludiendo que Estados Unidos tiene el control exclusivo sobre la Base de Guantánamo.
El caso es que, de cumplirse la voluntad omnímoda del presidente Donald Trump, Cuba albergará la mayor prisión de los Estados Unidos, ubicada en la base naval que ilegítimamente, opera en Guantánamo, la cual con 30 000 internos duplicará la mayor de sus prisiones federales.
Es abusivo que, a pesar de poseer 122 instalaciones penitenciarias federales, Estados Unidos, aprovechando la impunidad de que disfruta, utilice como cárcel una base militar en Cuba, con la que mantiene un intenso, antiguo y total diferendo, el cual esta decisión obviamente intensificará. De preferir las instalaciones militares en el extranjero, Estados Unidos podría utilizar una de las 700 que posee en 80 países.
A estas alturas, no se conoce a quiénes Donald Trump pretende enviar a Guantánamo, por cuánto tiempo, ni cuál será su situación jurídica. ¿Se tratará de emigrantes ilegales, personas humildes y decentes que merecen un trato civilizado? O de criminales convictos altamente peligrosos, no sólo para Estados Unidos sino para Cuba.
En cualquier caso, como base Guantánamo es ilegal, y como cárcel aberrante. Se trata de un abuso de poder sobre otro y de acciones que a la ilegalidad suman perversidad. Luego les cuento más. Allá nos vemos.
¹ Desde 1959 el Gobierno revolucionario de Cuba nunca ha cobrado esa renta
Guantánamo
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