Gira presidencial de Miguel Diaz-Canel Últimos detalles de un viaje a la luz Por: Arleen Rodríguez

Por: Arleen Rodríguez DerivetAlejandro Azcuy Domínguez

La gira presidencial por Argelia, Rusia, China y Turquía era un Viaje a la luz: íbamos hacia el este, por donde el Sol aparece pero, también (pensamos) hacia el principio del fin de muchas dificultades y carencias, la luz entre las primeras. Foto: Alejandro Azcuy Domínguez.

Quizás ya han pasado muchos días. Quizás esto no es periodismo. Pero no quisiera dejar inconclusa esta crónica de viaje. Hay detalles que sólo encuentran sitio en el texto reposado del después. Perdón por la demora. El jetlag existe.

Debo empezar por recordar que eran duros los días (y las noches) cuando salimos de Cuba. Entre apagones por plantas que entran pero salen enseguida del sistema, nada importa más que la luz, aunque tanto como ella, preocupa y ocupa también al gobierno el tema de los abastecimientos, por aquello de que sólo una oferta por encima de la demanda, presionará los precios abusivos a la baja. Y porque nuestros mercados están seriamente desabastecidos. Negarlo sería mentirnos.

No fue difícil advertir desde los preparativos, que todos los destinos (Argelia, Rusia, China y Turquía) tenían en común el tema energético. Unos por disponer de hidrocarburos y otros por contar también con tecnologías propias o más o menos de ambos.

La otra conclusión era más obvia aún: bajo las críticas condiciones que enfrenta el país, una gira presidencial cubana debía tener una fuerte motivación económica, aunque tuviera a la vez una altísima razón política.

Fue así que el grupo de WhatsApp de los comunicadores involucrados en el viaje se identificó antes de partir, con un nombre muy cercano al de Viaje a la luz. Porque íbamos hacia el este, por donde el Sol aparece pero, también (pensamos) hacia el principio del fin de muchas dificultades y carencias, la luz entre las primeras.

Argelia dio los primeros destellos, al decidir su gobierno el reinicio de los envíos de combustible que en algún momento se detuvieron por acumulado de deuda o de sus intereses. Por eso fue tan importante que, al terminar las conversaciones oficiales, el Presidente Abdelmajid Tebboune anunciara la cancelación de los intereses y la reestructuración de la deuda de Cuba con plazos más flexibles.

A esas buenas noticias se sumaron la decisión de donar una planta fotovoltaica para La Habana, que tributará a todo el sistema (SEN); nuevos convenios para servicios de Salud, producción y comercialización de medicamentos y de cooperación en otros diversos campos.

Todavía recuerdo el impacto que provocó en los reporteros, descifrar esos primeros anuncios que apenas entendíamos en el canal de la traducción. Minutos antes nos parecían demasiado largas las conversaciones oficiales y, al menos yo, pensé que no se ponían de acuerdo.

Cuando ambos mandatarios tomaron los respectivos podios, respiré: Díaz-Canel sonreía.

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