Gaza y Hamas el día después

Para Israel, suprimir la presencia de Hamas en Gaza, la destrucción de sus infraestructuras y bases de apoyo, ya sea mediante la eliminación física o la salida hacia otros países (no hacia Cisjordania) de sus efectivos y directivos, parece ser un cometido para cuya consecución el estado judío está dispuesto masacrar la población de la franja. El rescate de los más de 200 rehenes es otra prioridad.

Estados Unidos, los estados árabes moderados (así le llaman), incluso algunos activos palestinos que procuran negociar un alto al fuego, una tregua o alguna otra fórmula que detenga la guerra de “tierras arrasada” que lleva a cabo Israel, sacrificar a Hamas no sería un problema y parece ser que eso y lo que ocurrirá el día después de que Gaza sea declarada “territorio libre de Hamas”.

La pregunta del momento es: ¿Qué ocurrirá con Gaza y cómo será gobernada lo que quede de ella?

 De hecho, descontada la ocupación prolongada parte de Israel (que no descarto) circulan algunas ideas: (1) Una fuerza de paz con cobertura de Naciones Unidas integrada, preferiblemente por efectivos y mandos aportados por países la región, combinando con una especie de gobernador palestino, designado por la Autoridad Nacional Palestina.

Probablemente se trate de una analogía con el modelo de “ocupación blanda” aplicado por Estados Unidos durante la ocupación militar de Cuba (1898-1901) donde el gobernador estadounidense ejerció sus funciones asistido por un gabinete de notables nativos. Más tarde, durante la ocupación de Alemania y de Japón al concluir la II Guerra Mundial con ligeros cambios, la experiencia fue aplicada, por cierto, exitosamente.

A propósito, el pasado 4 de noviembre, en Ammán, Jordania, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el canciller egipcio Sameh Shoukry y el viceprimer ministro de Jordania, Ayman Safadi, comparecieron ante la prensa. Ese día el jefe de la diplomacia estadounidense declaró que: que “…Tanto Washington como los estados árabes creen que el statu quo de una Gaza controlada por Hamás no puede continuar…” En esa gira, Blinken también tuvo contactos con los ministros de Exteriores de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Qatar, así como con el secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina, así como con el primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati.

Preguntado sobre sus apreciaciones sobre el reciente discurso pronunciado por el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, Blinken señaló: “Con respecto al Líbano, Hezbollah, e Irán», hemos sido claros en que estamos decididos a que no se abra un segundo o tercer frente en este conflicto”.

En fecha tan reciente como el domingo 5 de noviembre, el secretario de estado Blinken, que antes había estado en Israel, llegó a Ramala, sede de la a Autoridad Nacional Palestina donde se reunió con Mahmoud Abbas quien demandó “El fin inmediato de la guerra destructiva de Israel contra Gaza” a sabiendas que es algo que Blinken no puede otorgarle, y que difícilmente Israel conceda por ahora.

No obstante, en Ramala se conversó: ¿De qué?

Obviamente debe haberse hablado de lo que interesaba a ambos: Un alto al fuego o pausa humanitaria para el acceso de ayuda en una escala que alivie el sufrimiento de la población civil. Probablemente se conversó sobre el futuro político de Gaza que tanto Israel como Estados Unidos y otros actores árabes e internacionales perciben sin Hamas.

Según la agencia palestina WAFA, al referirse a un hipotético control de Gaza por parte de la Autoridad Nacional Palestina, una vez finalizada la guerra, Abbas afirmó que la ANP asumirá plenamente sus «responsabilidades en el marco de una solución política integral que incluya toda Cisjordania, Jerusalén este, y la Franja de Gaza”.

Hago constar mi incapacidad para imaginar una Gaza ocupada por Israel o controlada por una fuerza de paz de árabes con cascos azules y bandera de la ONU, como tampoco a un gobernador designado de dedo. Algo es cierto, el tramo por andar será largo y sufrido. Sentirse acompañado por la solidaridad internacional es para el pueblo de Gaza un consuelo, no un escudo. Allá nos vemos.

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