El resultado de las elecciones celebradas en Francia el pasado domingo constituyen sin lugar a dudas un rechazo a la amenaza del “Trumpismo” representado por la candidata de la extrema derecha Marine Le Pen, ella algo así como una Donald Trump a la francesa, con un discurso nacionalista y anti Unión Europea que por los resultados electorales de esos comicios apuntan que en las elecciones de segunda vuelta que se efectuarán en Francia dentro de dos semanas, el triunfador definitivo será el “centrista” Emmanuel Macrón, según dicen las encuestas y los más sagaces analistas de la política europea.
La noticia es mala para la nueva Casa Blanca y el proyecto “Trumpista” de debilitar a la Unión Europea, compensado así en parte lo que había ocurrido antes en Inglaterra cuando los británicos decidieron en las urnas salirse de esa comunidad de naciones con el llamado “Breixit”, que ahora no puede repetirse en Francia como hubiera querido Marine Le Pen.
En Francia no ganó el mejor pero se impuso la sensatez, al ponerle enfrente el pueblo francés una cruz al Diablo para pararlo. ¡Vade retro Satanás! Pero el Diablo sigue vivo, anda suelto y puede reaparecer en cualquier lugar. Es la lucha de nunca acabar.
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.











