Estados Unidos se prepara para atacar a Venezuela

 

Estado Unidos se prepara para atacar a Venezuela.

Por Arthur González.

A pesar de que Donald Trump, presidente del régimen de Estados Unidos y su secretario de Estado, Marco Rubio, negaron la semana pasada que Washington se estuviera preparando para atacar a Venezuela, la realidad dice lo contrario.

Ambos tienen una larga lista de mentiras dichas ante la prensa y por tanto no se les puede creer ni una sola palabra.

No hay que ser un erudito para darse cuenta que el despliegue militar del Departamento de Guerra yanqui, no es para impedir que casi dos decenas de pequeñas lanchas trasladen drogas del Caribe sur a Estados Unidos, porque para eso no se necesita ubicar a ocho buques de guerra, seis de ellos destructores, tres buques anfibios y un submarino, a lo que en pocos días se les unirá el mayor y más moderno portaviones nuclear de la flota yanqui, el Gerald R. Ford, que acaba de cruzar por el Estrecho de Gibraltar en dirección al Caribe.

¿Tanta fuerza militar para evitar que unas lanchas, supuestamente vinculadas al narcotráfico, lleguen a las costas de Estados Unidos?
Qué los compre quien no conozca a los yanquis.

En su amplia historia de falsedades, en las últimas décadas han ejecutado invasiones a varios países, siempre con el empleo de la mentira como base para que el mundo apruebe sus crímenes de lesa humanidad.

Recordar las inventadas armas químicas de Irak y el caso de las Torres Gemelas, destruidas de forma similar a las demoliciones de grandes edificaciones, sin afectar a los aledaños, historia preparada como pretexto para invadir a Afganistán, entre muchas más.

¿Cómo justificar la presencia de tal agrupación de guerra, sino es para un ataque letal contra un país que solo defiende su soberanía, frente al imperio más poderoso del planeta?

Informes publicados por el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), aseguran que Estados Unidos no ejecutaba una movilización tan numerosa de sus fuerzas navales de guerra desde la primera Guerra del Golfo Pérsico, entre 1990 y 1991, lo que indica que se preparan para derrocar a las fuerzas militares de Venezuela, a sabiendas que no les será fácil la contienda contra un pueblo que defiende su patria por principios y poseedor de una amplia tradición de luchas por su independencia.

¿Volverá a equivocarse Estados Unidos como les sucedió con Cuba en 1961, cuando fueron derrocados en Bahía de Cochinos?

Seguramente que sí y ya veremos quien cargará con la responsabilidad.

Donald Trump tendrá que responder por ese crimen, acompañado por el miembro de la mafia terrorista de Miami, su secretario de Estado Marco Rubio, tal como sucedió con John F. Kennedy.

Si Trump sueña con merecer el Premio Nobel por la Paz, puede ir buscando otro deseo, porque ese no lo logrará si se deja arrastrar a una contienda que no será nada fácil y costará mucho dinero a Estados Unidos, en momentos que atraviesa por una situación económica complicada y además tendrá que responder ante sus ciudadanos, por los muertos y heridos causados en una guerra totalmente injustificada.

A pesar de contar ahora con el apoyo de varios gobiernos de derecha en Latinoamérica, los pueblos y gobiernos dignos del mundo, defensores del derecho internacional, condenarán esa vil operación militar y pudiera traerle consecuencias más negativas que beneficios, tanto a lo interno como a lo externo.

No se equivocó José Martí cuando afirmó:

“Es criminal quien ve ir al país a un conflicto que la provocación fomenta y la desesperación favorece”

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