La última visita de un papa al Ecuador fue hace 30 años, con el viaje de Juan Pablo II.
«Bienvenido al país que ama la vida, bienvenido al país de los cuatro mundos para el mundo», dijo el presidente Correa en su discurso de bienvenida.
Correa agregó: «somos geografía multicolor y tierra germinadora de pensamientos y acciones revolucionarias de quienes como usted, nos exasperamos por la injusticia y la exclusión».
En su primer mensaje en tierras sudamericanas, Francisco dijo que tenía «ilusión y esperanza por los días que tenemos por delante».
«Le agradezco, presidente por sus palabras, le agradezco su consonancia con mi pensamiento», añadió el pontífice con voz pausada.
La agenda del papa incluye actividades tanto en Quito como en Guayaquil.
El lunes hará una visita de cortesía al presidente Correa, en el Palacio de Carondelet.
El miércoles partirá a Bolivia y después viajará Paraguay. Es la primera gira que realiza por tres países en un mismo viaje.
También, es la primera vez que un pontífice de habla española se dirige a la población en su propio idioma.
El papa, de 78 años, tiene programadas varias actividades y su viaje implica numerosos cambios de temperatura.
En Bolivia, por ejemplo, ascenderá a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Por eso ha pedido que recen por él.
Será un viaje en el que podrá sentir ese abrazo de multitudes que desean verlo, escucharlo, palpitarlo, expresarle con su presencia ese lugar entrañable que Francisco ocupa ya en sus almas, en sus propias esencias.
Anoche, cortó su descanso en la Nunciatura para salir a bendecir a los peregrinos que reclamaban su presencia en la puerta del establecimiento y hasta bromeó con ellos para que «dejen dormir a los vecinos»
«Nos vamos a ver mañana y pasado mañana también estaré en Quito, así que nos vamos a seguir viendo», les dijo el Papa, en una aparición de unos 3 minutos, en los que además pidió, como siempre, que recen por él.
Francisco llegó ayer por la tarde a Ecuador, donde fue recibido por el presidente, Rafael Correa -a quien llamó a «fomentar el diálogo»- y miles de fieles.
Las tres noches que Francisco pernoctará en Ecuador lo hará en Quito, en la sede de la Nunciatura Apostólica, ubicada en una zona comercial del norte de la capital ecuatoriana.
Jorge Bergoglio ya hizo gala de su humildad al trasladarse desde el aeropuerto de Quito, en la zona de Tababela, hacia las puertas de la ciudad, en la avenida Simón Bolívar, en un modesto Fiat, para luego abordar el «papamóvil», una 4×4 descubierta y protegida por láminas de vidrio, desde el que saludó a la multitud que le recibió en las calles de Quito.
Francisco permanecerá en Ecuador hasta el próximo miércoles y luego se trasladará a Bolivia y Paraguay, donde concluirá su primera gira de siete días por países de habla hispana de América del Sur.
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