Traducido desde el más allá por Max Lesnik
Desde que el empresario multimillonario Donald Trump llegó a la Casa Blanca el mundo más convulso y revuelto no podría estar. Corea del Norte amenaza con lanzar cohetes atómicos contra Estados Unidos mientras Trump dice que se le ha agotado la paciencia y de paso enfila sus diatribas contra China y Rusia porque estas naciones no le ponen freno a las amenazas del díscolo “coreanito” que ha salido respondón . Las relaciones con los aliados europeos son peores cada día y estos dicen que no es culpa de ellos sino de Washington que se empeña en ponerlo todo al revés.
A todas estas el Presidente Trump sigue abriendo frentes de confrontación por todas partes más allá de su muralla insultante para los mejicanos y su guerra contra los inmigrantes, a lo que se añade su fracaso en el Senado por sepultar al ObamaCare y sus dificultades para poner orden en su equipo de gobierno que a más de medio año de inauguración se encuentra sumido en un caos fuera de control.
Y en medio de todo este aquelarre el Senador cubanoamericano Republicano Marco Rubio movido por cálculos politiqueros con vista a ganar los votos de los venezolanos que viven en Florida- toca a la puerta de la Casa Blanca para pedirle al Presidente Trump que le acabe de declarar la guerra a Venezuela porque allí el gobierno bolivariano ha celebrado unas elecciones con la cuales no está de acuerdo la oposición derechista venezolana- con su cabeza puesta en Miami- empeñada a toda costa en llevar al caos a ese país latinoamericano.
Ayer domingo los venezolanos votaron por la paz rechazando la violencia, mientras en un mundo patas arriba los enemigos del chavismo bolivariano acaban de tener su derrota a lo “Playa Girón”. Tropezar siempre con la misma piedra es el destino de los brutos. Y es que ellos lo son. “Consummatum Est”
Y hasta la próxima entrega de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.










