El sistema de trueque como pago por alguna mercancía o servicio data de centurias muy atrás así como más reciente en el siglo VII ANE se acuñan las primeras impresiones de moneda para pagos. Pero el caso viene a la forma de intercambio. Aristóteles ya aseguraba las dos formas con que se concebía la naturaleza del dinero. Los objetos tiene dos usos, el uno para lo cual fue concebido y el segundo por su posible venta o intercambio.
Aquí vemos como a través de la historia esta “cosa” nombrada dinero, ya sea en trueque o en moneda, es señor de los cielos y la tierra para el desarrollo del planeta. Desde las épocas de comunismo primitivo, existen los trueques entre los seres humanos extendidos mas tarde a naciones completas. Todo llega a tener precio.
De ahí que nos trae la atención en eras más modernas donde este objeto que compra por su valor las cosas llega hasta adquirir conciencias y hasta los sentimientos. Véase al caso del dinero para uso de la compra de influencias en el mundo actual y principalmente en las grandes sociedades de consumo.
Las costumbres se hacen leyes, esta es la historia de las verdades o mentiras a medias inculcadas a la humanidad. El caso concreto de Estados Unidos, que es el país maestro en estos fenómenos heredados de los países de historias mucho más lejanas, traspasando los siglos hasta llegar la Europa de hoy y exportándola a esta nación mucho más joven, que ha sabido moldear este instrumento de cambio de la manera más perfecta.
En la política no se conciben aciertos ni ganadores si no media el dinero, para comprar, repito, conciencias y voluntades sobre todo en cualquier proceso electorero y después en las creaciones de convenientes leyes que para los intereses especiales serían los objetivos finales de todo propósito de llegar al poder, en cualquiera de sus niveles. Una de las formas concretas es el intercambio sin llegar a comprometer el dueño de la mano que brinda esos billetes verdes.
Tenemos los casos de los candidatos a la más alta posición política de la nación, la presidencia del país. Hay más de dos decenas de aspirantes lograr la nominación por sus respectivos partidos y las arcas producto de donaciones de campañas, ya suman centenares de millones de dólares recolectados en conjunto y aún falta más de un año para el veredicto final.. Este sistema se ha vuelto tan común que es como aquello de decir una mentira tantas veces que se convertiría en la interpretación de la verdad absoluta.
Hay donaciones de personas muy pobres que solo aportan unos escasos dólares, otras que provienen de bolsillos más saludables y suman cientos y otros miles, lo que se ha puesto de moda indetenible son las donaciones fantasmas o secretas, o anónimas, como se les quiera bautizar. El asunto es que las campañas electoreras son cada vez más costosas en la medida de que la sociedad avanza en sus ansias de vender y comprar bienes y servicios en este sistema de capitalismo voraz y salvaje.
Las propagandas en los medios audiovisuales, en la mayoría con convenientes los falsos mensajes y cuestan cada vez más. Los productores y dueños de estos recursos saben que se les necesita para influir en la opinión pública y elevan sus precios altos, ya que no habrá quejas por ello. Los fondos no son precisamente de quienes les contratan sino de parte del pueblo de los medianos y grandes negociantes y bancas. Por lo que no les interesan los precios para pagar con lo que no sale de sus bolsillos personales.
Hoy tenemos un claro ejemplo de ese subterfugio llevado a la prensa. Marco Rubio, el cubanito joven que aspira a ser elegido candidato de la derecha para las próximas elecciones presidenciales, lo pone en la palestra con que ha recibido millones de dólares en pagos por publicidades, de fuentes anónimas. O sea una especie de trueque. Y eso no le preocupa pese a haber declarado con énfasis electorero, mentiras una tras otras como esta sobre el tema: “Creo que la gente tiene derecho a participar en nuestro proceso político siempre y cuando sea algo declarado…” respondiendo a periodistas inquisitivos que hurgaban en sus respuestas sobre el “poder de la influencia corruptora del dinero en la política”. ¡Qué descarado es este tipo…!
Ahora Rubio ha contado con unos ocho milloncitos producidos en pagos a los carísimos tiempos de propaganda televisiva, que usualmente cuestan miles por mensaje – manipuladores todos – de treinta segundos de duración en su mayoría varias veces al día. Esta institución de secretos donantes se llama “Conservative Solutions Proyect”. A Rubio no le interesa quedar bien con la ética y no le hace caso a esta campañita que denuncia este fenómeno que el joven politiquero atraviesa.
Finalmente para cerrar este comentario, el 75 % del electorado de la nación completa asegura que exige que se publiquen las fuentes de las donaciones que según las legislaciones vigentes y lo que se hace, están en flagrante violación de la ética política.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.
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