Hace solo unos días se escenificó el paso del terrible huracán Matthew, por la zona de Maisí en extremo Este del Oriente cubano. La hermosa e histórica ciudad de Baracoa fue literalmente arrasada, las calles se quedaron cubiertas de escombros de las edificaciones, tiene el aspecto de una zona de guerra después de bombardeada. Pero gracias a las prevenciones de evacuación de las autoridades, no hubo que lamentar pérdidas humanas. Fatalmente con Haití no corrió con la misma suerte y hubo mil muertes y muchos heridos ocasionados de este mismo meteoro, en su recorrido por El Paso de los Vientos, que golpeó ambas naciones. Esa zona de Haití supera en mucho los terribles daños de Baracoa.
Por ese preciso lugar, las playas de Baracoa, desembarcó Cristóbal Colón un 27 de noviembre del 1,492, – hace ya 524 años – dando por descubierta Cuba, “La tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, sentenció así el almirante entonces al ver la impresionante belleza de sus playas y flora.
La desgracia y la tragedia se apoderan ahora de sus habitantes, al verse inmersos en un mundo irreal lleno de destrucción.
Pero caramba, yendo un poco detrás y conociendo el arte del fraude con que se goza en esta región americana de Miami y sus vecindarios politicos, recorrimos situaciones similares en otras ocasiones de ciclones que no pasan por el área pero dejan unas tremendas estelas ganancias tanto materiales como políticas.
Como era de esperarse tan pronto se dio la voz de alarma que una perturbación de este tipo estaba rondando la zona, se empezaron a suprimir alguno programas de la televisión y la radio y fueron sustituidos por descargas verbales de advertencia de los viejos (jóvenes) politiqueros. Las llamadas de «vayan urgente a Home Depot y a Walmart» (así por sus nombre propios) a avituallares de todo lo que se necesita para pasar varios días de desgracia ciclonera, el listado de lo que se debe tener incluían gastos de centenares de dólares por familia, por lo que más pronto que tarde se acabaron las existencias de muchas cosas, maderas, tablas, paneles, baterías, linternas, lámparas, clavos, y algunas comidas enlatadas, aguas y herramientas, así como después de interminables colas en las gasolineras se acaba el combustible y mucha gente se queda sin poder llenar sus tanques…etc…etc…
El meteoro ni siquiera pasó a suficiente distancia de Miami Dade y Broward, como para no salir a las calles, a pie o en autos. Pasó y nada se sintió y ahora a tragarse todo lo comprado que no fuera comida. ¡Ah! pero a esos politiqueros de siempre, se les deben los anuncios no pagados que más pronto que tarde se comenzará la recogida de la colecta por haberlos realizados, para su campañas electoreras y algo más.
Precisamente sufriendo este tremendo daño a nuestra tierra cubana, nos une el respetuoso e indignante recuerdo de que el día 6 de octubre de 1,976, a las 5 y 24 de la tarde, cuando se hizo volar en pedazos un avión de Cubana de Aviación en el vuelo 455 procedente de Venezuela. Considerado hasta hoy el acto terrorista más criminal que recuerde la historia del Continente.
Es el dolor de aquel hecho de terror perpetuado por agentes del imperio armados de explosivos C4, usados solo por la inteligencia y el militarismo yanqui, que en dos ocasiones hizo explotar en pedazos esa nave llena de civiles. Setenta y tres muertos entre tripulantes y pasajeros fue el saldo y entre ellos, veinte adolescentes campeones de Equipo Juvenil de Esgrima, que regresaban de ser vencedores con sus medallas de oro del Campeonato Centroamericano y del Caribe.
Este caso no está serrado aún, pues la justicia no se implementado. Por lo tanto seguirá abierto mientras no se juzguen con todo su rigor, todos los terroristas participantes todavía vivos.
Hoy se llora, como días después del horroroso atentado, cuando centenares de miles de cubanos desfilaban en la Plaza de la Revolución ante los pocos restos que pudieron rescatarse de partes humanas flotando en la luctuosas aguas de la zona de muerte. Se recuerda con horror entre los restos recuperados de una niña despedazada por el bombazo.
Hoy se llora a esos inocentes asesinados bajo la dirección y manipulación de un reconocido terrorista ya fallecido en Miami, Orlando Bosch, y otro que se arrastra como una serpiente libremente por este gueto, el deforme anciano y villano, Luis Posada Carriles, ambos y otyro dos esbireros del imperio, fueron y este último ser despreciable L.P.C. aun es, protegido de las autoridades del imperio yanqui, para bochorno de mundo entero.
Les habló, “Desde Miami”, Roberto Solís.










