COMENTARIOS DESDE MIAMI
EL PRESIDENTE QUE SE MUEVE
En verdad, verdad, veo con simpatía al presidente cubano Miguel Díaz Canel, me gusta su forma de gobernar, su dinámica incansable. El hombre es un reguilete, aparece en cualquier lugar a cualquier hora. Creo haber oído que cuando era Secretario del Partido en Santa Clara lo llamaban «día y noche», precisamente por esas apariciones intempestivas.
Sé que muchos dentro de Cuba lo culpan por la pésima situación actual, pero qué culpa tiene este hombre de haber heredado problemas sin resolver, qué culpa de los fenómenos naturales que han ocurrido en el país, qué culpa de haber recibido la presidencia cuando el gobierno de los EEUU arreció su criminal política hacia Cuba hasta hacerla casi imposible de enfrentar, qué culpa de haber tenido que hacerle frente a la terrible epidemia del COVID, la cual arrasó con los pocos recursos económicos que tenía el Estado Cubano, qué culpa de la caída del flujo turístico, qué culpa de la falta de recursos para enfrentar los problemas con la energía y la electricidad, qué culpa del avión caído o de la explosión del Hotel Saratoga, etc. etc.?
Creo que no todo lo que hace es perfecto -aunque no hay nada totalmente perfecto-, pero la mayor parte de las decisiones que se toman en Cuba se toman de manera colegiada. El Presidente cubano no puede gobernar de ordeno y mando, existen muchos organismos que son los encargados de decidir qué medida tomar o no, pero esa forma de mandar a su ministro a enfrentar los problemas en los territorios se debe a su forma de gobernar, eso es lo que es encomiable de este hombre.