La verdadera  Historia entre Cuba y EE.UUCuba-EEUU-banderas

 

Este 20 de julio  de 2015 será un día histórico para la humanidad, gracias a la sapiencia de dos gobiernos y dos pueblos que consideran la paz como el mejor camino. Estados Unidos y Cuba, no solo abren una nueva era para las dos naciones, sientan además las bases, para que  paises que sufran  conflictos insostenibles, tengan un desenlace  feliz gracias a la diplomacia. Hay una verdadera historia muchas veces hasta silenciada en las aulas norteamericanas y no mucha difusión en Cuba, sobre aspectos que hoy abordamos en Mi Rincón de Radio Miami. Es hora de conocer detalles.

Recientemente la prensa cubana publicó   un amplio artículo de René González Barrios, presidente del Instituto Cubano de Historia, que deja constancia de un numeroso grupo de norteamericanos que pelearon junto a los cubanos contra el coloniaje español, algunos de ellos entregaron sus vidas,  lazos de sangre, incuestionables que  identifican y estrechan a ambos pueblos,  desde siglos pasados,  veamos.

«El grito de guerra en Cuba el 10 de octubre de 1868, repercutió en Estados Unidos. Decenas de sus hijos se enrolaron en las expediciones mambisas y viajaron a Cuba a pelear por la independencia y contra la esclavitud. El Mayor General Thomas Jordan, natural de Luray, Virginia, arribó a Cuba el 11 de mayo de 1869 comandando la expedición del Perrit. En diciembre era el jefe del Estado Mayor del Ejército Libertador.

Henry M. Reeve, de Brooklyn, New York, se convirtió en un héroe de leyenda para los patriotas cubanos y uno de los jefes más admirados y queridos por su disciplina, lealtad y valor. Murió en combate el 4 de agosto de 1876, cuando invadía el occidente del país. Había alcanzado el grado de General de Brigada.

Nueve norteamericanos pelearon como coroneles mambises, dos como tenientes coroneles, ocho fueron comandantes, diecisiete capitanes y ocho tenientes. Otros 83 combatientes alcanzaron diferentes rangos.

Del mambisado norteamericano murieron por la libertad de Cuba cinco coroneles: John Asby, de Kentucky y James Clancey, en 1870, en la provincia de Camagüey; Carlos Westreyo, en combate en Remedios, el 18 de junio de 1871; David Johnson, el 7 de mayo de 1880, al caer en emboscada junto al Brigadier cubano José Medina Prudentes; y Charles Gordon, compañero del Lugarteniente General Antonio Ma­ceo en la campaña de Pinar del Río, muerto en 1897 en la provincia de Las Villas.

El Comandante Winchester Dana Osgood, famoso como atleta (futbolista) en las universidades de Cornell y Pennsylvania, cayó en combate durante el sitio de Guáimaro, el 28 de octubre de 1896.

Un capitán de apellido Hawison, expedicionario del George W. Upton, a los pocos días del desembarco el 24 de mayo de 1870, fue hecho prisionero y fusilado en Nuevitas, Camagüey. Su compañero de expedición Humison H. Harrinson, capitán del ejército de Estados Unidos, murió en combate durante el desembarco. El capitán Edmond H. Fredericks murió en campaña en 1897.

El teniente artillero James Pennie, de Washington D. C. y expedicionario del vapor Bermuda a las órdenes del Mayor General Calixto García, perdió una pierna durante la guerra. Había desembarcado en Maraví, Baracoa, el 24 de marzo de 1896. George S. Newton Le Fuite, de Nueva York, también teniente, fue herido en combate y hecho prisionero el 9 de agosto de 1897. A los pocos días, murió en prisión. También murieron por Cuba los soldados Agustín W. Caballero, en la acción del Cerro, Sancti Spíritus, el 29 de septiembre de 1896; Francis H. Dover Star, por enfermedad, el 19 de noviembre de 1898 en Camagüey; y Loow Water, de Brooklyn, por la misma causa en Morón, el 15 de noviembre de 1898.

Otros estadounidenses cayeron por Cuba en las diferentes contiendas. Durante la guerra de los Diez Años, Carlos Speahman y Alberto Wyeth, de New York, expedicionarios del Grapeshot, fueron fusilados por los españoles el 18 y 21 de junio de 1869, respectivamente; el sargento del ejército norteamericano William Crosceland, expedicionario del Perrit, murió en campaña en 1869. Similar suerte corrió ese año, Harry Chave, secretario del General Thomas Jordan. A principios de 1870 moría asesinado en Santiago de Cuba, víctima del cuerpo de voluntarios, un norteamericano de apellido Damnery; Ws Ashly, ayudante del General Domingo Goicuría, caía en acción de guerra el 7 de marzo de 1870; el sargento Blake, del ejército norteamericano, expedicionario del Perrit, moría fusilado en Puerto Príncipe, el 10 de abril de 1870; Ed H. Hurt, hecho prisionero en un hospital mambí el 21 de octubre de 1870, fue conducido a Manzanillo y fusilado; el capitán de buque Joseph Fry, natural de Tampa Bay, y John C. Harris, de Massachussets; Frederic Williamson, de Albany; William Bainard, Eduard Day, Thomas Read y John Brown, expedicionarios del Virginius, fueron fusilados el 7 de noviembre de 1873 en Santiago de Cuba.

En la gesta de 1895 a 1898, el ingeniero mecánico Pearce Alkinson, expedicionario del Three Friends, fue abatido de un balazo en la frente en la primera acción de guerra en que tomaba parte, el 3 de agosto de 1896, durante el ataque a un tren cerca de Taco Taco, Pinar del Río; el General Antonio Maceo le había tomado afecto. Joseph C. Santee, expedicionario del Thre Freends con el general puertorriqueño Juan Rius Rivera, desembarcó en Cabo Corriente, Pinar del Río, el 8 de septiembre de 1896. A los pocos días murió de disentería. El médico Charles Dock murió en campaña en 1896 cerca de Placetas, provincia de Las Villas. Su cadáver, como escarmiento, fue expuesto en la plaza pública por los españoles. Charles E. Crosby, corresponsal del The Chicago Record, murió en el combate de Santa Teresa el 9 de marzo de 1897, cuando acompañaba al General en Jefe Máximo Gómez.

Otros norteamericanos ganaron celebridad en los campos de Cuba. Frederick Funston, Teniente Coronel artillero a las órdenes del Lugarteniente General Calixto García, fue años después mayor general del ejército de Estados Unidos. John O’Brien fue un lobo de mar que puso a disposición de la independencia de Cuba, su vida. Durante la guerra de 1895, condujo a la Isla buena parte de las expediciones. Sobre su experiencia revolucionaria dejó un libro: El Capitán Dinamita, sobrenombre con el que era conocido por los cubanos. Al terminar la contienda trabajó como jefe de prácticos en el puerto de La Habana.

El teniente Osmund Latrobe, Jr., natural de Baltimore, com­batió en la guerra del 95 como artillero a las órdenes de Ca­lixto García. Había llegado a playas cubanas en la expedición conducida por el Brigadier Rafael Portuondo Tamayo, el 30 de mayo de 1896. Durante la guerra formó parte del estado mayor del General Enrique Collazo. Llegó a coronel del ejército de Estados Unidos y ayudante del presidente Calvin Coolidge».

Es justo incluir en nuestro Rincón de Radio Miami,  que también en la segunda mitad del siglo XVIII, hispano-cubanos y batallones de pardos y morenos libres partieron desde La Habana Cuba, hacia el sur de Estados Unidos, donde combatieron en toda la cuenca del Mississippi hasta más allá de Baton Rouge y Mobile.

En el ensayo «Cuba y la Independencia de Estados Unidos: una ayuda olvidada», el doctor Eduardo Torres-Cuevas, Director de la Biblioteca Nacional de Cuba, se refirió desde la ciencia histórica a estos hechos.

«Durante los 215 años de independencia de los Estados Unidos (se cumplieron 240 años en 2015) fue desdibujándose, hasta caer en el olvido, el papel que la entonces colonia de Cuba jugó en la liberación de esa nación,» afirmó el historiador.

Aquellos estudiosos norteamericanos que con objetividad y amplias miras se han acercado a la voluminosa documentación existente sobre este tema, según Torres Cuevas, se ven obligados a reconocer que la contribución española, y con ella la cubana, a la Revolución Americana, fue decisiva para lograr la independencia. Cuba también  contribuyó con su sangre a esa libertad.

Bibliografía.

http://www.sierramaestra.cu/index.php/cuba/1406-estadounidenses-en-la-independencia-de-cuba.

http://www.prensa-latina.cu/index.php?opc=mostrar_noticia&option=com_content&task=view&id=3981511