Cuba: En una coyuntura histórica, por Max Lesnik

Yo te invito a que busques por el mundo
Otro cielo tan azul como tu cielo
Una luna tan brillante como aquella
Que se filtra en la dulzura de la caña

 

Nunca mas oscura la noche que cuando va a salir el sol, dice un viejo y sabio refrán español. A lo que yo añadiría que si el mundo es de los optimistas, y yo soy uno de ellos, Cuba vive en estos momentos una coyuntura histórica que hay que aprovechar-No hay mal que por bien no venga- porque  a pesar del criminal Bloqueo genocida que Estados Unidos  impuesto a la isla por arrogancia imperial, así como  la mortal Pandemia de Coronavirus que azota al pueblo cubano, esta es una oportunidad  excepcional para profundizar en las reformas  económicas y sociales  de la Revolución, para llevar  hacia adelante a nuestro país al verdadero socialismo cubano,  que fue el sueño idealista , de la que se ha dado en llamar “La Generación del Centenario Martiano”, cuyo líder más lucido, audaz e indiscutido fuera Fidel Castro Ruz.

Cuando se abre la economía cubana para dar paso a la pequeña y mediana empresa,  que pueden ser privadas- algo que no se había hecho hasta ahora- debe paralelamente incentivarse a mayor escala  la creación de “Cooperativas de Trabajadores Campesinos”, así como también  de “Cooperativas Obreras Urbanas”, de manera y forma que el Estado cubano mantenga el control y dominio  de las  industrias y empresas básicas del país, dejando en manos de particulares por una parte y por la otra, cooperativas de Pequeñas y Medianas Empresas integradas por trabajadores, estimulando así una competencia saludable por prestar servicios a toda  la población, generando ganancias licitas para estos, con el concebido pago de impuestos al Estado benefactor de la Sociedad Socialista cubana.

Claro que el desarrollo de las Cooperativas, tanto las agrarias de campesinos como las de Obreros Urbanos, tienen que ser al principio auxiliadas en su desarrollo por un organismo estatal que las organice y después capitalizarlas con otorgamiento de préstamos a muy bajo interés por un Banco del gobierno Revolucionario Socialista.

De esta manera, sin prohibir la existencia de empresas privadas, el Estado Revolucionario debe propender al desarrollo del cooperativismo socialista de manera que los trabajadores del campo o las ciudades de la isla se sientan dueños de su destino.

Si dejamos atrás el “Capitalismo de Estado”-que en su momento fue necesario- `y ahora se deposita en manos de los obreros cubanos el dominio de pequeñas y medianas empresas, estaremos haciendo de Cuba un verdadero Estado Socialista.

 Ese ha sido siempre el objetivo final de la Revolución Cubana. Siempre siempre idealista, siempre Martiana ,siempre Fidelista, siempre soberana.

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