Crónicas de perversidad. “El fascismo invisible” en EEUU. AQUI las tres partes, por Por *José R. Oro (III)

TOMADO DE PRENSA LATINA

EEUU

Crónicas de perversidad. “El fascismo invisible” en EE.UU. (I) Por José R. Oro

En este artículo se discute el tema del fascismo en los Estados Unidos, para demostrar que hay suficiente “masa crítica” acumulada desde hace más de un siglo, para que un líder de la vileza de Donald Trump trate de detonar una abolición de la democracia y el estado de derecho (por endebles que estos parezcan y sean) en ese gran país.

Utilizo el título de “El fascismo invisible”, en homenaje al famoso libro de David Wise y Thomas B. Ross, “El gobierno invisible” (1964), que expuso el papel de la CIA en la política exterior estadounidense. Incluyó los golpes de estado en Guatemala (Operación PBSUCCESS) e Irán (Operación Ajax) y la operación Pluto (Playa Girón). También los intentos de la CIA de derrocar al presidente Sukarno en Indonesia (lo lograron 12 meses después de publicado el libro) y las operaciones encubiertas en Laos y Vietnam. La CIA consideró comprar la edición completa del “Gobierno Invisible” lo que no fructificó cuando la casa editorial (Random House) dijo que en ese caso imprimirían una segunda.

El Fascismo y la Xenofobia. Las “Redadas Palmer” un ejemplo de represión anti comunista

Empezamos en hechos ocurridos hace más de un siglo, y hoy son vastamente ignorados. Las “redadas o incursiones Palmer” (“Palmer Raids” en inglés) fueron una serie de operativos policiales realizados entre noviembre de 1919 y enero de 1920 por el Departamento (Ministerio) de Justicia de los Estados Unidos bajo la administración del presidente Woodrow Wilson (“demócrata”) para capturar y arrestar a presuntos socialistas, anarquistas y comunistas y deportarlos de los Estados Unidos. Las redadas se dirigieron particularmente a inmigrantes italianos y a judíos de la Europa Central y Oriental con supuestos vínculos izquierdistas. Se persiguió con particular rigor a anarquistas y activistas sindicales italianos, pero en general a inmigrantes de izquierda. Las redadas y arrestos se produjeron bajo el liderazgo del Fiscal General A. Mitchell Palmer, con más de seis mil personas arrestadas en 36 ciudades. Aunque 556 ciudadanos extranjeros fueron deportados, incluidos varios líderes izquierdistas prominentes, los esfuerzos de Palmer se vieron frustrados en gran medida por funcionarios del Departamento del Trabajo de EEUU. que tenían autoridad para las deportaciones y se oponían a los métodos de Palmer.

Las redadas Palmer ocurrieron durante el Primer Terror Rojo (1), un período de miedo y reacción contra los comunistas en Estados Unidos en los años inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Mundial y a la Revolución Rusa. Hubo huelgas que atrajeron la atención de todos los EEUU. y disturbios en más de 30 ciudades, así como atentados con bombas en abril y junio de 1919, incluida una bomba enviada por correo a la casa de Palmer.

Antecedentes de las Redadas Palmer

Durante la Primera Guerra Mundial hubo una campaña nacional en los Estados Unidos contra las lealtades políticas divididas, reales e imaginarias de los inmigrantes y los grupos étnicos, de quienes se temía que tuvieran demasiada lealtad hacia sus naciones de origen. En 1915, el presidente W. Wilson (del Partido Demócrata) advirtió contra aquellos estadounidenses que, según él, habían «vertido el veneno de la deslealtad en las arterias mismas de nuestra vida nacional. Esas criaturas de pasión, deslealtad y anarquía, deben ser aplastadas». Las revoluciones rusas de 1917 agregaron fuerza especial al miedo de los agitadores obreros y partidarios de ideologías como el anarquismo y el comunismo. La huelga general de la ciudad de Seattle en febrero de 1919 representó una demostración del malestar laboral.

Las obcecaciones de Wilson y otros funcionarios del gobierno encontraron un pretexto y aparente confirmación cuando los galleanistas (inmigrantes italianos seguidores del anarquista Luigi Galleani) llevaron a cabo una serie de atentados con bombas entre abril y junio de 1919. El 2 de junio de 1919, se produjo la segunda ola de bombardeos, cuando galleanistas detonaron varios paquetes- bomba mucho más grandes en ocho ciudades estadounidenses, incluida una que dañó la casa del Fiscal General A. Mitchell Palmer en Washington, DC. Cada bomba estaba acompañada de folletos que declaraban la guerra a los capitalistas en nombre de los principios anarquistas. Nunca se ha encontrado prueba alguna de quienes en realidad enviaron las cartas- bombas

En junio de 1919, el fiscal general Palmer dijo al Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes que todas las pruebas prometían que los radicales «en cierto día… se levantarían y destruirían el gobierno de un solo golpe». Solicitó un aumento de su presupuesto de un millón 500 mil a dos millones de dólares para apoyar sus investigaciones sobre los radicales.

Una redada inicial en julio de 1919 contra un grupo anarquista en Buffalo, Nueva York, tuvo poco éxito cuando un juez federal desestimó el caso de Palmer al descubrir que los tres radicales detenidos, acusados en virtud de una ley que data de la Guerra Civil estadounidense, habían propuesto transformar el gobierno utilizando su derecho a la libertad de expresión y no mediante la violencia. Eso le enseñó a Palmer que necesitaba explotar los estatutos de inmigración más represivos que autorizaban la deportación de anarquistas extranjeros, fueran violentos o no. Para ello, necesitaba contar con la cooperación de funcionarios del Departamento de Trabajo. Sólo el Secretario de Trabajo podía emitir órdenes de arresto para extranjeros que violaran las Leyes de Inmigración, y sólo él podía firmar órdenes de deportación tras una audiencia con un inspector de inmigración. De esa manera la actividad anti– izquierdista derivó hacia el fascismo, también en los Estados Unidos.

El 1 de agosto de 1919, Palmer nombró a quien sería uno de los más notorios represores y asesinos fascistas en la historia de los EE.UU., J. Edgar de 24 años, para encabezar una nueva división de la Oficinas de Investigaciones del Departamento de Justicia, que se llamó inicialmente la División de Inteligencia General (GID), con la responsabilidad de investigar los programas de los grupos radicales e identificar sus miembros. Era parte del Buro de Investigaciones formado 11 años antes, y que en conjunto llegarían a ser el FBI (Buró Federal de Investigaciones) a partir de 1935.

Cuando Palmer respondió a las preguntas del Senado del 17 de octubre, informó que su departamento había reunido 60 mil nombres. Obligados por los estatutos a trabajar a través del Departamento de Trabajo, arrestaron a 250 “radicales peligrosos” en las redadas del 7 de noviembre (para insultar al segundo aniversario de la Revolución Rusa). Propuso una nueva Ley Anti- Sedición para fortalecer su autoridad (es decir para violar lo establecido por las leyes).

Mientras el Fiscal General Palmer dedicaba todas sus energías a agredir a los huelguistas de la Unión de Trabajadores de la Minería (casi todos de minas de carbón) en noviembre y diciembre de 1919, Hoover organizó más redadas. Logró persuadir al Departamento de Trabajo para que no alertaran a los arrestados sobre su derecho a tener un abogado. El genuflexo Partido “Laborista” emitió instrucciones de que sus representantes podían esperar hasta que se estableciera el caso contra el acusado, «para proteger los intereses del gobierno». De manera menos abierta, Hoover logró que la dirección del Partido Laborista actuara contra el Partido Comunista de los Estados Unidos e introducir una organización espuria anti- obrera, apodada el “Partido Laborista Comunista”. Hoover trabajó con los funcionarios laboristas “más complacientes”

El Departamento de Justicia lanzó una serie de redadas el 2 de enero de 1920. Redadas más pequeñas se extendieron durante las siguientes seis semanas. Al menos tres mil personas fueron arrestadas. Toda la empresa replicó la acción de noviembre a mayor escala, incluyendo arrestos e incautaciones sin órdenes de registro, así como encarcelamientos en instalaciones de detención super pobladas e insalubres. Hoover admitió más tarde «casos claros de brutalidad», como siempre sucede en los EEUU., cuando esos hechos no tienen posibilidad alguna de ser revertidos. Las redadas cubrieron más de 30 ciudades y pueblos en 23 estados, pero las del oeste del Mississippi y el sur del Ohio fueron «gestos publicitarios» diseñados para que el esfuerzo pareciera tener un alcance nacional.

En un momento dado, el Departamento de Justicia afirmó haber tomado posesión de varias bombas, pero después de que se mostraran a la prensa algunas bolas de hierro nunca más se mencionaron. En los allanamientos en todos los Estados Unidos fueron decomisadas un total de cuatro pistolas (¡!).

Críticas en publicaciones de izquierda como The Nation y The New Republic, un abogado planteó la primera protesta seria. Francis Fisher Kane, fiscal federal para el Distrito Este de Pennsylvania, renunció en señal de protesta. En su carta de dimisión al Presidente y al Fiscal General escribió: «Me parece que la política de redadas contra un gran número de personas es generalmente imprudente y muy propensa a dar lugar a injusticia. Es probable que se arreste a personas que no son realmente culpables» y presionadas durante sus audiencias… Parece que estamos intentando reprimir a un partido político… Con tales métodos, conducimos a la clandestinidad y hacemos peligroso lo que antes no lo era». Palmer respondió que no podía utilizar arrestos individuales para tratar una «epidemia» y afirmó su propia “fidelidad” a los principios constitucionales.

Consecuencias de las redadas Palmer a nivel nacional y de la Intervención estadounidense en la Rusia soviética.

En unas pocas semanas, después de cambios de personal en el Departamento de Trabajo, Palmer se enfrentó a un nuevo Subsecretario de Trabajo, Luois Freeland Post, de mentalidad muy independiente, quien canceló más de dos mil órdenes judiciales por considerarlas ilegales. De los 10 mil arrestados, Tres mil 500 fueron retenidos por las autoridades; 556 extranjeros residentes fueron finalmente deportados en virtud de la Ley de Inmigración de 1918.

El 28 de mayo de 1920, la naciente Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), fundada en respuesta a las redadas, publicó su Informe sobre las prácticas ilegales del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, en el que documentaba cuidadosamente las prácticas ilegales, actividades para arrestar a presuntos radicales, trampas ilegales por parte de agentes provocadores y detenciones ilegales en régimen de incomunicación. Lo firmaron destacados abogados y profesores de derecho, así como otros intelectuales y políticos.

Palmer, alguna vez visto como un probable candidato presidencial, perdió su intento de ganar la nominación del Partido Demócrata a la presidencia ese mismo año.

Mientras ocurría dentro de los Estados Unidos esa feroz represión contra los partidos de izquierda, las fuerzas militares de los Estados Unidos intervenían directamente en la Rusia soviética. La Fuerza Expedicionaria del Ejército Estadounidense que invadió Siberia (FEA en Siberia) fue una formación invasora involucrada en la Guerra Civil Rusa en Vladivostok, Lejano Oriente de Rusia, desde 1918 hasta 1920. Otra Fuerza Expedicionaria interventora estadounidense, la llamada Fuerza Expedicionaria Americana del Norte de Rusia (también conocida como Expedición Oso Polar) se desplegaba en las regiones de Arcángel y Múrmansk, en el norte de la Rusia Europea, con unos 13 mil militares estadounidenses. Es decir la histeria anti comunista en los Estados Unidos de aquella época no se limitó a la represión del movimiento de izquierda en su territorio nacional, sino también en la intervención militar abierta y manifiesta en la Rusia Soviética.

Otro ejemplo palmario del brote fascista en los Estados Unidos post Primera Guerra Mundial, lo constituyó el asesinato por vía Lawfare de Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti quienes eran inmigrantes italianos de filiación anarquista, condenados (después de sólo unas pocas horas de deliberación del jurado) por el supuesto asesinato de un guardia y un pagador, durante el robo a mano armada en 1920 a una empresa del estado de Massachussets, Estados Unidos. Fueron ejecutados en la silla eléctrica. Fue un acto brutal de anti- italianismo, anti- inmigrante y anti- izquierdista que obtuvo atención mundial. A medida que se conocieron los detalles del juicio y la presunta inocencia de los hombres, Sacco y Vanzetti se convirtieron en el centro de una de las causas celebres más importantes de la historia moderna. En 1927, se llevaron a cabo protestas en su nombre en todas las ciudades importantes de América del Norte y Europa, así como en Tokio, Sídney, Melbourne, São Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, Dubái, Montevideo, Johannesburgo y Auckland.

(De la gran Joan Báez, la “Balada por Sacco y Vanzetti”: https://www.youtube.com/watch?v=2SatFG3OEx0)

El fascismo y el racismo siempre están indisolublemente unidos

En la década de 1930, el Departamento de “Bienestar Social” de la ciudad de Los Ángeles, California, decidió comenzar a deportar pacientes de los hospitales de ascendencia mexicana. Este fue el inicio de las “campañas de repatriación”, una serie de redadas ilegales en Estados Unidos durante la Gran Depresión, en que fueron deportados un millón 800 mil personas. Joseph Dunn ex – senador por California, estimó que alrededor del 60 por ciento de estas personas eran en realidad ciudadanos estadounidenses, muchos de ellos nacidos en Estados Unidos. Para estos ciudadanos, la deportación no era una “repatriación”, sino un exilio forzoso de su propio país.
Las redadas destrozaron familias y comunidades, dejando un trauma duradero para los mexicano- estadounidenses que permanecieron en Estados Unidos

La deportación de ciudadanos estadounidenses siempre ha sido inconstitucional, pero las “repatriaciones forzadas” de los no ciudadanos también fue inconstitucional. «Uno de los problemas es que la ‘repatriación’ se llevó a cabo sin ninguna protección legal ni ningún tipo de debido proceso», expresó Kevin R. Johnson, decano y profesor de derecho en la Universidad de California. “Se podría argumentar que todos ellos eran ilegales porque no se siguió ningún mínimo proceso”.

En cambio, los gobiernos locales simplemente arrestaron a personas y las subieron a camiones, autobuses o trenes con destino a México, sin importar si eran inmigrantes documentados o incluso ciudadanos nativos. Los depuradores acorralaron a niños y adultos como pudieron, a menudo asaltando lugares públicos.

Aunque no había ninguna ley federal ni orden ejecutiva que autorizara las redadas de la década de 1930, la administración del presidente Herbert Hoover (republicano), que utilizó el lema codificado racialmente, “empleos estadounidenses para estadounidenses reales”, las aprobó, y empresas como Ford, US Steel y Southern Pacific Railroad acordaron despedir a miles de trabajadores mexicano- estadounidenses.

Hoover perdió las elecciones presidenciales de 1932. El siguiente presidente, Franklin Delano Roosevelt , no sancionó oficialmente las “campañas de repatriación”, pero tampoco las suprimió. Las redadas continuaron bajo su administración en gran escala y realmente sólo desaparecieron durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos comenzó a reclutar trabajadores mexicanos temporales a través del así llamado Programa Bracero, porque necesitaba mano de obra en tiempos de guerra total. (sigue)

rmh/jro

Notas
(1) El primer “terror, pánico o miedo rojo” (“red scare” en inglés), en los Estados Unidos se produjo como consecuencia de la avalancha de mentiras y propaganda contra la Revoluciones de Febrero y Octubre en Rusia, que derrocó a la dinastía Romanov, iniciando el ascenso del partido bolchevique. Esta masiva y maliciosa propaganda tenía como objetivo inspirar un miedo internacional hacia comunistas, socialistas, anarquistas e izquierdistas de cualquier otra denominación.

En Estados Unidos, las huelgas laborales iban en aumento y la prensa las catalogó de manera sensacionalista como causadas por inmigrantes empeñados en derribar el estilo de vida estadounidense. La Ley de Sedición o Ley de Espionaje de 1918 atacó a personas que criticaban al gobierno, acosando a los radicales y líderes sindicales con la amenaza de deportación. El primer Terror Rojo alcanzó su clímax en 1919 y 1920.

Crónicas de perversidad. “El fascismo invisible” en EEUU. (II)

Por José R. Oro

La situación actual en los Estados Unidos, con una abierta y clara amenaza fascista cerniéndose en el país, nos hace meditar sobre cuando estas situaciones existieron en el pasado y por qué ahora en 2024 esta amenaza es mucho más peligrosa.

El año 1917 vio decretar dos terribles leyes fascistas en EEUU.

La Ley de Comercio con el Enemigo (TWEA) de 1917 (40 Stat 411) es una ley federal de los EEUU., promulgada el 6 de octubre de 1917. Le otorga al Presidente el poder de supervisar o restringir todo el comercio entre los Estados Unidos y sus enemigos en tiempos de guerra. La TWEA fue modificada en 1933 por la Ley Bancaria de Emergencia para ampliar la autoridad del mandatario también en tiempos de paz. Fue enmendada nuevamente en 1977 por la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) para restringir nuevamente la aplicación de la TWEA solo a tiempos de guerra, mientras que la IEEPA estaba destinada a ser utilizada en tiempos de paz. La ley sentó las bases “jurídicas” para las indiscriminadas sanciones de Estados Unidos a otros estados. A partir de 2023, la República de Cuba es el único país agredido por la TWEA, legislación anacrónica, ilegal y asesina.

Antecedentes

Estados Unidos declaró la guerra a Alemania el 6 de abril de 1917. La TWEA se promulgó el 6 de octubre de 1917 y el 22 de octubre de ese año el presidente Woodrow Wilson (demócrata), mediante la Orden Ejecutiva 2729-A, creó la Oficina del Custodio de Propiedades Extranjeras (APC) – hoy llamada OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros)- bajo la TWEA con poder para confiscar propiedades de cualquier persona cuyas acciones puedan considerarse una posible amenaza al esfuerzo bélico. Al principio, el Custodio confiscó propiedades de ciudadanos alemanes y austro– húngaros internados y de empresas como, por ejemplo, la químico- farmacéutica Bayer.

En 1933, el recién elegido presidente Franklin D. Roosevelt (demócrata) emitió la Proclamación 2039, que declaró una emergencia nacional e impuso un feriado bancario. La proclamación citaba a la TWEA (referida indirectamente como la «Ley del 6 de octubre de 1917») como base de su autoridad para hacerlo. Consciente de que tal acción era legalmente dudosa, ya que Estados Unidos no estaba en guerra, Roosevelt pidió al Congreso que ratificara sus acciones. Estas restricciones continuaron hasta el 1 de enero de 1975.

Durante y después de ambas Guerras Mundiales, los bienes congelados por Estados Unidos, pertenecientes a naciones neutrales o aliadas, fueron devueltos y los bienes pertenecientes a naciones enemigas fueron confiscados continuamente hasta que cesaron las hostilidades. Algunas de las propiedades enemigas confiscadas no serían devueltas más tarde. Posteriormente se concluyeron acuerdos para devolver algunos o la mayoría de los activos a cambio de activos estadounidenses incautados y reparaciones por los intereses estadounidenses dañados por la guerra por parte de los nuevos gobiernos de las antiguas naciones enemigas. Las naciones u organizaciones que fueron consideradas menos responsables de iniciar las guerras reciben un trato mucho más favorable. Estados Unidos instituyó la Ley del Enemigo Italiano de 1947 para impedir que los ex miembros del régimen de Mussolini tuvieran una participación mayoritaria en las empresas estadounidenses en virtud de la Ley TWEA de 1917.

El 16 de diciembre de 1950, Estados Unidos impuso sanciones económicas contra Corea del Norte en virtud de la TWEA, que duraron hasta 2008.

El 15 de agosto de 1971, el presidente Richard M. Nixon (republicano) emitió la Proclamación 4074 , que declaró una emergencia nacional bajo la TWEA e impuso un arancel suplementario ad valorem del 10 por ciento sobre todos los artículos sujetos a derechos importados a los Estados Unidos. Esto ocurrió en el contexto de la Guerra de Vietnam.

Lista de países que han sido “sancionados” acorde con la Ley de Comercio con el Enemigo (TWEA):

• Albania 1941 – 1946

• Andorra 1941 – 1946

• Austria 1941 – 1946

• Imperio Austro – Húngaro 1917 – 1918 (como Imperio) – 1921 (los países que eran integrantes del Imperio por separado)

• Bélgica 1940 – 1946

• Bulgaria 1941 – 1946

• Cambodia 1975 – 1992

• República Popular China, en dos ocasiones 1941 – 1946 y 1950 – 1976

• Cuba es el principal ejemplo de la barbarie de una Ley que irónicamente fue establecida cuando la nación antillana era aliada de los Estados Unidos (en ambas Guerras Mundiales). Tras la nacionalización de propiedades estadounidenses, la agresión imperialista de Playa Girón y la Crisis de Octubre, Estados Unidos impuso más sanciones a Cuba en 1963, ahora basadas en TWEA, las que continuaron durante toda la Guerra Fría porque Estados Unidos y Cuba a menudo se encontraron en bandos opuestos. Cuba nunca aceptó la política imperialista y apoyó a los países agredidos, incluso militarmente (Argelia, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Yemen, Siria, Angola, Namibia, Mozambique, Nicaragua, Vietnam, etc.). Las sanciones a Cuba aumentaron después de que la fuerza aérea cubana derribara dos avionetas que se sabía sin el menor espacio para una duda que violaban el espacio aéreo cubano, aun cuando Cuba había anunciado en numerosas ocasiones que si eso pasaba serian derribadas, Cuba es actualmente el único estado que todavía está bajo sanciones bajo la TWEA. La razón de esto se puede enunciar solamente como “Odio químicamente puro”

• Checoeslovaquia, 1941 – 1967

• Danzig – Ciudad Libre (después de 1945 Gdansk integrada a Polonia socialista) 1941 – 1946

• Dinamarca 1940 – 1946

• República Democrática Alemana 1940 – 1967

• Estonia 1940 – 1946

• Finlandia 1941 – 1946

• Francia 1940 – 1946

• Alemania

o El Imperio Alemán 1917 – 1921

o La Alemania Nazi 1941 y la sanción fue levantada para las zonas de ocupación estadounidense, británica y francesa (que después formaron la República Federal Alemana (o Alemania Occidental) en 1946 y después por completo en 1948.

• Grecia 1941 – 1946

• Hong Kong 1941 – 1946

• Hungría. 1941 – 1945

• Italia 1941 – 1943

• Japón 1940 (incrementadas en 1941) hasta 1946 (y por completo en 1948)

• Letonia (vea Estonia)

• Liechtenstein 1941 – 1946

• Lituania (vea Estonia)

• Luxemburgo 1941 – 1946

• Mónaco 1941 – 1946

• Montenegro, fue invadido por las potencias centrales durante la Primera Guerra Mundial. Mientras las potencias centrales ocuparon Montenegro, sus activos de las áreas que ocuparon fueron congelados para evitar que las potencias centrales utilizaran los activos montenegrinos. Debido a esta política, una vez que terminó la ocupación de las potencias centrales, las sanciones se levantaron efectivamente.

• República Popular Democrática de Corea, fue sancionada en 1950 durante la Guerra de Corea. La guerra todavía está oficialmente en vigor, no se ha firmado ningún tratado de paz y las sanciones se mantuvieron Las sanciones de la Ley de Comercio con el Enemigo se levantaron en 2008 como respuesta estadounidense a los pasos de la RPDC hacia el desarme nuclear y sus compromisos de continuar desmantelando su programa de armas nucleares. Lo que no pudo funcionar debido a la continua agresividad por parte de los EE.UU., Corea del Sur y en menor medida Japón. Debido a que no existe una declaración de guerra entre Estados Unidos y Corea del Norte, las sanciones de la TWEA no pueden volver a aplicarse, pero sí fue re – sancionada por incumplir sus compromisos a través de la IEEPA, junto con otras leyes, y mediante resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

• Vietnam del Norte (y después de la unificación en 1975 República Socialista de Vietnam) 1964 – 1995

• Noruega 1940 – 1946

• Imperio Otomano 1917 – 1927

• Polonia 1941 – 1946

• Portugal 1941 – 1948

• Rumania 1940 – 1945

• Rusia

o Imperio Zarista

Las propiedades del Imperio Ruso fueron congeladas solo en caso de que la propiedad procediera de las áreas que las Potencias Centrales invasoras ocuparon durante la Primera Guerra Mundial para evitar que las Potencias Centrales utilizaran activos rusos. Si la zona no estaba ocupada, los activos no eran congelados. Debido a esta política, una vez que terminó la ocupación de las potencias centrales, las sanciones se levantaron efectivamente.

o Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

La Unión Soviética fue sancionada varias veces en virtud de esta ley, aunque por un período relativamente corto. Se incluyó por primera vez en 1941 para evitar que los activos fueran utilizados por la Alemania nazi invasora y otras potencias invasoras del eje La Unión Soviética fue excluida de la lista en 1946. Posteriormente fue sancionada durante cuatro breves períodos de 1972 a 1976, cuando otros decretos presidenciales caducaron debido a que no fueron renovados durante la Guerra Fría.

o República Federativa de Rusia. Muchísimas sanciones sobre todo después del inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania, febrero de 2022, pero no están “amparadas” bajo la TWEA

• San Marino 1941 – 1946

• Serbia 1917 – 1921 y 1941 – 1946

• España 1941 – 1946

• Suecia 1941 – 1946

• Suiza 1941 – 1946

• Tailandia 1941 – 1946

• Países Bajos 1940 – 1946

• Estados Unidos

Si, no es un error. Franklin D. Roosevelt utilizó la Ley de Comercio con el Enemigo para cerrar instituciones financieras y declarar un «feriado bancario» evitando corridas bancarias durante la Gran Depresión de 1933. También se utilizó para prohibir la mayor parte de la propiedad de oro en un intento de apuntalar el dólar respaldado por ese metal precioso. La prohibición de poseer oro fue levantada mediante una enmienda del Congreso y ya no se utilizó para garantizar la impresión de dólares.

En 1968, Lyndon B. Johnson utilizó la ley para restringir las exportaciones de capital. En 1971, Richard M. Nixon utilizó la TWEA para manipular el valor del USD en un intento de impulsar las exportaciones estadounidenses. En 1982, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos anunció la terminación de las Proclamaciones Presidenciales y las órdenes ejecutivas para las emergencias relacionadas con la Gran Depresión de 1933, poniendo fin a todos los programas relacionados con la TWEA de orientación nacional.

• Yugoslavia 1941- 1946

Como se observa, la TWEA concibe estas sanciones de manera temporal, solamente en el caso de Cuba entre 37 naciones sancionadas se ha hecho permanente en la práctica. No menos claro es que esta legislación está concebida para ser aplicada a países que están en estado de guerra con los Estados Unidos o que están ocupados militarmente por países en estado de guerra con los Estados Unidos. Por lo que no se aplica a Cuba de ninguna manera.

La Ley de Espionaje de 1917

La segunda legislación represiva y fascista a que nos referimos en esta segunda parte del artículo es la Ley de Espionaje de 1917, una ley federal de los Estados Unidos promulgada el 15 de junio de ese año. Ha sido modificada numerosas veces a lo largo de los años. Originalmente se encontraba en el Titulo 50 del Código de los EEUU. (Guerra y Defensa Nacional), pero ahora se encuentra en el Título 18 (Crimen y Procedimiento Penal). Su objetivo era prohibir la interferencia con las operaciones militares o el reclutamiento, prevenir la insubordinación en el ejército y evitar el apoyo de los enemigos de Estados Unidos durante tiempos de guerra. Entre la larga lista de los acusados de delitos en virtud de esta ley se encuentran los siguientes:

El congresista socialista austríaco-estadounidense y editor de periódico Víctor L. Berger; el líder sindical y cinco veces candidato del Partido Socialista de América Eugene V. Debs; los anarquistas Emma Goldman y Alexander Berkman; el líder de los Testigos de Jehová Joseph F. Rutherford; los comunistas Julius y Ethel Rosenberg; el denunciante de los “Papeles del Pentágono”, Daniel Ellsberg; la denunciante de Cablegate Chelsea Manning; el fundador de Wikileaks, Julián Assange, y muchos otros. Aunque las partes más represivas y cuestionables de la Ley de Espionaje (la conocida como Ley de Sedición) fueron eliminadas en 1920, el resto de la Ley de Espionaje quedó intacto. Entre 1921 y 1923 los presidentes Warren G. Harding y Calvin Coolidge (ambos republicanos) liberaron a todos los condenados hasta entonces por ambas leyes. Después se volvieron a utilizar de forma muy represiva y abusiva. La Ley de Espionaje ha sido enmendada en 36 ocasiones.

Los procesamientos en virtud de la ley fueron mucho menos numerosos durante la Segunda Guerra Mundial que durante la Primera Guerra Mundial. La razón probable no fue que Roosevelt fuera más tolerante con la disidencia que Wilson, sino más bien que la falta de oposición a la guerra después del ataque a Pearl Harbor presentaba muchos menos objetivos potenciales para los procesos conforme a la ley.

Mucho más tarde, se produjo el caso llamado Documentos del Pentágono. En junio de 1971, Daniel Ellsberg y Anthony Russo fueron acusados en virtud de la Ley de Espionaje de 1917 porque carecían de autoridad legal para publicar documentos clasificados. Ellsberg y Russo no fueron absueltos de violar la Ley de Espionaje, sino que quedaron liberados debido a que su juicio fue declarado nulo por tecnicismos e irregularidades por parte del gobierno.

Además de los casos arriba mencionados, entre los juicios más recientes de individuos acusados (y en muchos casos condenados dudosamente), por esta Ley de Espionaje, están:

• Ana Belén Montes en octubre de 2002, fue sentenciada a 25 años de prisión seguidos de cinco años de libertad condicional. Una heroína, consecuente con sus convicciones. Fue liberada el 6 de enero de 2023, después de haber estado prisionera durante 20 años.

• Jeffrey Alexander Sterling. En 2003

• Thomas Andrews Drake. Abril de 2010,

• Shamai Leibowitz. Mayo de 2010,

• Stephen Jin – Woo Kim. Agosto de 2010

• John Kiriaou. Enero de 2012

• Edward Snowden. En junio de 2013, fue acusado en virtud de la Ley de Espionaje después de publicar documentos que exponían el Programa de Vigilancia PRISM de la NSA.

• Reality Leigh Winner, en junio de 2017,

• Harold T. Martin ex contratista de la NSA, condenado a nueve años de prisión en 2017 por robar documentos clasificados y almacenarlos en su casa Mi comentario: Igualito que D. Trump, interesante precedente.

• Terry Albury En 2018,

• Nghia Pho: 2018

• Daniel Hale. en 2019,

• Jack Teixeira. Octubre de 2022.

• Robert L. Birchum – 2022

• Donald Trump. El 8 /6/2023, el expresidente fue acusado formalmente de 31 cargos de retención intencional de información de defensa nacional y otros seis cargos relacionados con obstrucción y ocultación de documentos. El 11/5/2022 se emitió una orden para la devolución de los documentos. El 8/8/ 2022, el FBI allanó su casa en Mar – a – Lago y encontró documentos altamente clasificados, incluyendo relacionados con armas nucleares.

Mi opinión, por supuesto sin prueba alguna, es que Trump tenía esos documentos para ganar dinero, especulando en las Bolsas de Valores. Si uno sabe que compañías en concreto serían las más probables de tener multibillonarios contratos militares, se puede ganar enormes cifras de dinero Esta opinión que expreso aquí se basa en que, como decimos los cubanos, “se conoce al animal por la cagada”.

La abogada Jesselyn Radack señala que la ley fue promulgada «35 años antes de que la palabra ‘clasificación’ entrara en el léxico del gobierno» y cree que «según la Ley de Espionaje, ningún procesamiento contra alguien que no sea espía puede ser justo». Añadió que se estima que montar una defensa legal contra la Ley de Espionaje «cuesta entre uno y tres millones de dólares». En mayo de 2019, el consejo editorial del Pittsburgh Post- Gazette escribió que «desde entonces, la ley se ha convertido en una herramienta de represión, utilizada para castigar a los denunciantes que exponen irregularidades gubernamentales y criminalidad».

Algo que debe ser señalado es que una parte considerable de las víctimas de estas leyes han sido judíos, y nunca, jamás, se han mencionado que son “antisemitas”, este epíteto se reserva para los manifestantes de izquierda, no para el fascismo rampante.
Como se observa, ambas leyes, TWEA y la Ley de Espionaje son armas de Lawfare del imperialismo estadounidense en su afán de disponer para siempre de un imposible mundo unipolar. “Leyes” completamente fascistas, que se pueden usar indiscriminadamente y claramente en contra de las Leyes y el Estado de Derecho burgués.

Una nota al margen: no dejemos de observar el sorprendente hecho de que las acciones fascistas, no son privilegio del Partido Republicano, sino que para la sorpresa de muchos, los presidentes y altos funcionarios del Partido “Demócrata” son los que frecuentemente cuecen las habas. (continuará…).

Crónicas de perversidad. “El fascismo invisible” en EEUU. (III, final)

Por José R. Oro

Esta tercera parte (y final) pretende analizar la acumulación del odio social, característica importante del fascismo, sin la cual no es posible la erosión y destrucción de las bases “democráticas” de una sociedad. Sucedió en Alemania en el periodo 1919– 1932, y está sucediendo hoy día en los Estados Unidos (con altibajos) entre la mitad de la década de los 1950’s y la actualidad.

Desde el fin del McCarthismo al “renacer” fascista contemporáneo

Joseph Raymond McCarthy (14 de noviembre de 1908- 2 de mayo de 1957) fue un político estadounidense que se desempeñó como senador republicano por el estado de Wisconsin desde 1947 hasta su muerte a los 48 años en 1957.
A partir de 1950, McCarthy se convirtió en el personaje más visible del fascismo en los EEUU. La cara pública de un período en Estados Unidos en el que las tensiones de la Guerra Fría alimentaron pesadillas de una “subversión comunista” generalizada.

Alegó que numerosos comunistas y espías y simpatizantes soviéticos se habían infiltrado en el gobierno federal de los Estados Unidos, las universidades, la industria cinematográfica, y otros lugares. Al final, fue censurado por negarse a cooperar y abusar de los miembros del comité establecido para investigar si debía ser censurado o no. El término “macartismo”, acuñado en 1950 en referencia a las prácticas de McCarthy, pronto se aplicó a las actividades anticomunistas en general. Hoy en día, el término se utiliza de forma más amplia para referirse a acusaciones demagógicas, arteras y sin fundamento, así como a ataques públicos al carácter o al “patriotismo” de los oponentes políticos en los EEUU.

Sostuvo que el ejército estadounidense estaba involucrado en un encubrimiento de mala conducta judicial, pero nunca presentó prueba alguna para respaldar la acusación. Poco después de esto, una encuesta de 1950 entre el cuerpo de prensa del Senado votó a McCarthy como «el peor senador estadounidense» actualmente en el cargo. Su biógrafo, Larry Tye, ha escrito que el antisemitismo puede haber influido en las opiniones abiertas de McCarthy sobre Malmedy (1). Aunque contaba con un importante apoyo judío, en particular Lewis Rosenstiel, de Schenley Industries; el rabino Benjamin Schultz, de la Liga Judía Estadounidense contra el Comunismo, y el periodista George Sokolski, quien lo convenció de contratar a Roy Cohn y G. David Schine, McCarthy utilizó con frecuencia insultos antijudíos. Por esta y otras características recibió el apoyo entusiasta de políticos antisemitas como el dirigente del Ku Klux Klan Wesley Swift y exteriorizó su admiración a “Mein Kampf” del que afirmaba: «Esa es la manera de hacerlo».

Una de las bases más fuertes del sentimiento anticomunista en Estados Unidos fue la comunidad católica, que constituía más del 20 por ciento del voto nacional. McCarthy se identificó como católico, pero a medida que crecía su descrédito como notorio anticomunista, algunos católicos se le opusieron. Estableció un estrecho vínculo con la poderosa familia Kennedy, y se hizo amigo cercano de Joseph P. Kennedy Sr. Robert F. Kennedy era un caso inusual entre sus amigos de Harvard por defender a McCarthy, y éste lo eligió para ser abogado de su comité de investigación, pero renunció después de seis meses debido a desacuerdos con McCarthy y el abogado del comité Roy Cohn. Joseph Kennedy apoyó a McCarthy como un político católico nacional que podría allanar el camino para la candidatura presidencial de un Kennedy en el futuro. A diferencia de casi todos los demócratas, el futuro presidente John F. Kennedy, que sirvió en el Senado con McCarthy desde 1953 hasta la muerte de este último en 1957, nunca atacó a McCarthy y a sus brutales violaciones de la ley.

La carrera de relevos del fascismo estadounidense. Pase del batón de J. McCarthy hasta D. Trump

Después del descredito de McCarthy, permanecieron en puestos de gran poder político y económico numerosos fascistas. Uno de los más importantes y notorios fue el director del FBI, J. Edgar Hoover, quien siempre se apresuró a equiparar cualquier tipo de protesta con la subversión comunista, incluidas las manifestaciones por los derechos civiles encabezadas por Martin Luther King Jr.

Hoover calificó a King de comunista y trabajó encubiertamente para intimidar y desacreditar al líder de los derechos civiles. La información obtenida (o fabricada con más frecuencia) por el FBI resultó esencial en casos legales de alto perfil, incluida la condena en 1949 de 12 líderes prominentes del Partido Comunista Estadounidense acusados de haber “propugnado” el derrocamiento del gobierno. Además, los agentes de Hoover ayudaron al super fascista Roy Cohn (más tarde mentor de D. Trump) a construir el caso contra Julius Rosenberg (1918-53) y su esposa, Ethel Rosenberg (1915-53), quienes fueron condenados por espionaje (sin pruebas) en 1951. Los Rosenberg fueron asesinados en la silla eléctrica dos años después.

A medida que se intensificó el Terror Rojo, su clima político se volvió cada vez más conservador. Los funcionarios electos de los dos partidos principales intentaron presentarse como anticomunistas acérrimos, y pocas personas se atrevieron a criticar las tácticas cuestionables utilizadas para perseguir a los presuntos radicales. La membresía en grupos de izquierda disminuyó cuando quedó claro que tales asociaciones podrían tener consecuencias graves y las voces disidentes del lado izquierdo del espectro político guardaron silencio sobre una serie de cuestiones importantes. En asuntos judiciales, por ejemplo, el apoyo a la libertad de expresión y otras libertades civiles se erosionó significativamente. Esta tendencia quedó simbolizada por el fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos de 1951 en el caso Dennis v. Estados Unidos, que decía que los derechos de libertad de expresión de los comunistas acusados podían restringirse porque sus acciones presentaban un peligro claro y presente para el gobierno estadounidense.

Los ciudadanos estadounidenses en general sintieron los efectos del Terror Rojo a nivel personal, y miles de presuntos simpatizantes comunistas vieron sus vidas trastornadas. Fueron perseguidos por las fuerzas del orden, alejados de amigos y familiares y despedidos de sus trabajos. Si bien un pequeño número de los acusados puede haber sido aspirantes a revolucionarios, la mayoría de los demás fueron víctimas de acusaciones falsas o no habían hecho más que ejercer su derecho democrático a afiliarse a un partido político. Aunque el clima de miedo y represión comenzó a disminuir a finales de la década de 1950, el anti comunismo ha seguido influyendo en el debate político en las décadas posteriores. A menudo se cita como ejemplo de cómo los temores infundados pueden comprometer las libertades civiles.

La supervivencia y desarrollo del fascismo en los Estados Unidos está indisolublemente ligada a la Guerra Fría. Durante la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos y la Unión Soviética lucharon juntos como aliados contra la Alemania Nazi y sus cófrades del Eje.

Sin embargo, las relaciones entre EEUU. Y la URSS nunca fueron verdaderamente amistosas: los gobiernos estadounidenses habían desconfiado siempre del “comunismo” y del gobierno del líder soviético J. Stalin. A los soviéticos les molestaba el retraso de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y la larga dilación de la apertura del Segundo Frente en Europa, por lo que murieron millones de rusos innecesariamente. Estos agravios maduraron hasta convertirse en un sentimiento abrumador de desconfianza y enemistad mutuas que nunca se convirtió en una guerra abierta y total (de ahí el término “guerra fría”). La URSS empezó a resentirse por lo que percibían como retórica belicosa, amenazadora acumulación de armas, bases militares y enfoque estridente de las relaciones internacionales de los funcionarios estadounidenses. En una atmósfera tan hostil, fue inevitable la respuesta soviética.

¿Contención? o ¿Agresión?
La estrategia de contención también proporcionó la justificación para una acumulación de armas sin precedentes en Estados Unidos. En 1950, un informe del Consejo de Seguridad Nacional conocido como NSC-68 se hizo eco de la recomendación de Truman de que el país utilizara la fuerza militar para contener el expansionismo comunista en cualquier lugar donde pareciera estar ocurriendo. Para ello, el informe pide cuadriplicar el gasto en defensa. En particular, los funcionarios estadounidenses alentaron el desarrollo de armas atómicas como las que habían usado al fin de la Segunda Guerra Mundial. Así comenzó una mortífera “carrera armamentista”. En 1949, los soviéticos detonaron su bomba atómica. En respuesta, el presidente Truman anunció que Estados Unidos construiría un arma atómica aún más destructiva: la bomba de hidrógeno o “superbomba”. Stalin, nunca corto o perezoso, hizo lo mismo. En realidad no tenía otras opciones.

La exploración espacial sirvió como otro escenario dramático para la competencia de la Guerra Fría. El 4 de octubre de 1957, un misil balístico intercontinental soviético R-7 lanzó el Sputnik, el primer satélite artificial del mundo y el primer objeto creado por el hombre que se colocó en la órbita de la Tierra. El lanzamiento del Sputnik fue una sorpresa, y no agradable, para la mayoría de los estadounidenses.

En Estados Unidos, el espacio era visto como la próxima frontera, una extensión lógica de la gran tradición estadounidense de exploración, y era crucial no perder demasiado terreno frente a los soviéticos. Además, esta demostración del poder abrumador del misil R-7 capaz de lanzar una ojiva nuclear al espacio aéreo estadounidense, hizo que la recopilación de inteligencia sobre las actividades militares soviéticas fuera sentida como urgente y expresada así por los medios controlados por el imperialismo.

En 1958, Estados Unidos lanzó su propio satélite, el Explorer I, diseñado por el ejército estadounidense bajo la dirección del científico espacial nazi Wernher von Braun, y lo que se conoció como la carrera espacial estaba en marcha. Aun así, los soviéticos estaban un paso por delante y lanzaron al primer hombre al espacio en abril de 1961.

En mayo de ese año el presidente John F. Kennedy afirmó que Estados Unidos llevaría un hombre a la luna a finales de la década. Su predicción se hizo realidad el 20 de julio de 1969. Los astronautas estadounidenses fueron presentados como los máximos héroes. Los soviéticos, a su vez, fueron retratados por los medios como colosales villanos, con sus esfuerzos incansables de superar a Estados Unidos y demostrar el poder del “sistema comunista”.

En 1955, Estados Unidos y otros miembros de la OTAN convirtieron a Alemania Occidental en miembro de esa organización agresiva y le permitieron remilitarizarse. Los soviéticos y el campo socialista respondieron con el Pacto de Varsovia, una organización de defensa mutua entre la Unión Soviética, Albania, Polonia, Rumania, Hungría, República Democrática Alemana, Checoslovaquia y Bulgaria que estableció un comando militar unificado bajo el mando del mariscal Iván S. Konev de la Unión Soviética, ante la obvia amenaza que presentaba la remilitarización de Alemania Occidental.

A principios de la década del 1960, el presidente Kennedy realizó una serie de agresiones en su propio hemisferio. La invasión de Playa Girón en 1961, la Crisis de Octubre de 1962, y la invasión a la Republica Dominicana de abril de 1965 demostraron que Estados Unidos y sus aliados atacaron a los movimientos de liberación nacional- que ellos llamaban la “nueva amenaza comunista” en el “Tercer Mundo”. Vietnam fue el más espantoso ejemplo de agresión de los EEUU. y sus vasallos.

El fin de la Guerra Fría y sus efectos

Casi tan pronto como asumió el cargo, el presidente Richard M. Nixon comenzó a implementar un nuevo enfoque en las relaciones internacionales. En lugar de ver el mundo como un lugar hostil y “bipolar”, sugirió, ¿por qué no utilizar la diplomacia en lugar de la acción militar? Para ello animó a la ONU a reconocer a la República Popular China y, tras un viaje allí en 1972, comenzó a establecer relaciones diplomáticas con Pekín.

Al mismo tiempo, adoptó una política de “distensión” hacia la Unión Soviética. En 1972, él y el líder soviético Leonid Brezhnev firmaron el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT I), que fue un paso hacia la reducción de la amenaza de una guerra nuclear.
A pesar de la estrategia menos salvaje de Nixon, la Guerra Fría volvió a calentarse bajo el presidente Ronald Reagan. Su política agresiva, tal como se aplicó en Granada y El Salvador, se conoció como la Doctrina Reagan.

Sin embargo, mientras Reagan luchaba contra el “comunismo” en Centroamérica, la Unión Soviética se estaba desintegrando. En respuesta a los graves problemas económicos y al creciente fermento político en la URSS, Mijaíl S. Gorbachov asumió el cargo de secretario del PCUS, en 1985 e introdujo dos políticas que redefinieron la relación de Rusia con el resto del mundo: la “glasnost”, o apertura política, y “perestroika“ o reconstrucción económica. Ayudó mucho al fascismo, sin saberlo.

El prestigio e influencia soviética en Europa Central y del Este disminuyó. En 1989, todos los demás estados socialistas de la región reemplazaron su gobierno por uno orientado hacia el capitalismo y para decirlo claro anti- comunista. En 1991, la propia Unión Soviética se había desmoronado. La Guerra Fría había terminado, por abandono de la esquina “roja” diríamos en el lenguaje boxístico.
El efecto principal fue la emergencia de un mundo unipolar y la convicción de que se había llegado a un imposible “Fin de la Historia”. Concepto falso, tanto si lo vemos desde la izquierda o desde la derecha, el fascismo, que no acepta al estado “liberal” burgués.

Observaciones sobre el “fascismo” visible o no.

Roderick Stackelberg sitúa el fascismo en la extrema derecha política y lo explica así: «Cuanto más un individuo considera que la igualdad absoluta entre todas las personas es una condición deseable, más a la izquierda él o ella estará en el espectro ideológico. Cuanto más una persona considere que la desigualdad es inevitable o incluso deseable, más a la derecha estará”. El fascismo es la forma de mantener y agrandar la desigualdad social por todos los medios, incluidos los más bárbaros.

El fascismo es muy anterior a su nombre. Cuando Benito Mussolini y Giovanni Gentile le pusieron nombre, no fueron los padres, sino los “padrinos” que bautizaron (sin mediación de agua bendita) a un engendro social ya existente.

Se han rastreado las raíces ideológicas del fascismo hasta la década de 1880, como una revuelta o rechazo contra el materialismo “ateo” y todas las ideas liberales, socialistas y marxistas. Consideraban que la civilización estaba en crisis y requería una solución masiva y total. Su escuela intelectual calificaba al individuo como sólo una parte de la colectividad más grande. Incluso en Italia, el fascismo es anterior a Mussolini. En su obra La clase dominante (1896), Gaetano Mosca desarrolló la teoría que afirma que en todas las sociedades una «minoría organizada» dominaría y gobernaría a una «mayoría desorganizada», afirmando que sólo existen dos clases en la sociedad, «los gobernantes» (la minoría organizada) y «los gobernados» (la mayoría desorganizada). Con fuerte influencia del darwinismo de las Ciencias Naturales, lo introduce erróneamente en el Desarrollo Social, y afirma que la organización de la minoría preparada y dispuesta “a todo” la hace irresistible para la mayoría caótica.

¡Es imprescindible detener al fascismo, o la alternativa es el fin de la Humanidad!

rmh/jro

Notas
1. La masacre de Malmedy fue un crimen de guerra cometido el 17 de diciembre de 1944 cerca de la ciudad de Malmedy, Belgica. Los soldados del Kampfgruppe Peiper asesinaron a 84 prisioneros de guerra del ejército estadounidense que se habían rendido después de una breve batalla. Los soldados de las Waffen-SS habían agrupado a los prisioneros de guerra estadounidenses en un campo de agricultores, donde utilizaron ametralladoras para disparar y matarlos. Muchos de quienes sobrevivieron a las ráfagas fueron ultimados con un tiro de gracia en la cabeza.

 

José R. Oro

AUTOR José R. Oro

*José R. Oro Nació en Cuba en 1952. Geólogo de profesión, es autor de cuatro libros y más de 100 artículos especializados en minería, geología, ingeniería y medio ambiente y muchos otros de temas sociales, política y economía. Habla español, inglés, ruso y portugués. Experiencia en el desarrollo de grandes proyectos mineros y de infraestructura en Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Finlandia, Estados Unidos y Canadá. Vive en Connecticut, Estados Unidos. Casado. Es analista de RadioMiamiToday

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