Traducido del más allá por Max Lesna.
A la Casa Blanca
Hoy jueves por la noche ofrecerá un concierto de música cubana en la Casa Blanca la legendaria y popular orquesta de la isla “Buenavista Social Club” con su luminaria cantante Omara Portuondo, un acontecimiento inusual que demuestra cómo han cambiado las cosas en estos tiempos de hoy, después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Los Estados Unidos.
A propósito de tan feliz acontecimiento vamos a dar lectura a un artículo publicado en el diario español “ El País”- un periódico que nada tiene de amigo de Cuba- escrito por el periodista Mauricio Vicente, buen amigo de este Duende de Miami, quien fuera por muchos años corresponsal de publicación en La Habana..
“De presuntos terroristas a la Casa Blanca”, se titula el artículo de Mauricio Vicent y aquí va en directo para los amigos de El Duende. Dice así:
En la foto, Omara Portuondo y Compay Segundo junto a otros integrantes de “Buenavista Social Club”.
“Corría el año 2003 y el cantante Compay Segundo estaba de cuerpo presente en la funeraria Rivero, a escasos metros de la antigua Sección de Intereses de EE UU en La Habana, hoy la flamante embajada norteamericana. El legendario autor de Chan Chan había muerto a los 95 años y muchos dolientes recordaban que hasta el último suspiro fumó puros y bebió ron sin restricciones, además de tener una amante cincuenta años menor que él —“y con nada de viagra ¡eh!, sopón de carnero, con eso me basta”, alardeaba—. La escena era la siguiente: la cantante Omara Portuondo lloraba desconsoladamente en una mecedora, mientras otros ilustres músicos del Buena Vista Social Club recordaban sus anécdotas y comentaban con indignación la negativa reciente de las autoridades de EE UU de conceder el visado de entrada a varios artistas cubanos invitados a la gala de los premios Grammy. Al año siguiente el mismo veto se repitió y afectó al cantante Ibrahim Ferrer, pese a que había ganado tres Grammy y era uno de los nominados.
El único terror que conozco es cuando voy a tocar un piano y suena mal.
Cuba estaba todavía en la lista de países patrocinadores del terrorismo, y esa fue una de las razones para denegarles la entrada en 2004. Fue entonces cuando Omara y Ferrer se plantaron: “No entiendo por qué nos han negado esta visa, yo no me siento terrorista, no lo soy, no puedo serlo”, dijo el segundo. El pianista Guillermo Rubalcaba, otro damnificado, fue aún más agudo: “Estoy preocupado porque nos llamen terroristas pues el único terror que conozco es cuando voy a tocar un piano y suena mal”.
El jueves por la noche, Omara, Eliades Ochoa y otros artistas del famoso proyecto de Ry Cooder —millones de discos vendidos desde 1997— se presentarán ante el presidente Barack Obama en la Casa Blanca. Los difuntos Ferrer y Rubalcaba, igual que Compay Segundo, no llegarán a la cita y es una lástima. “Dejen la bobería y pónganse a bailar el son”, le soltó una vez Compay a un diplomático norteamericano tras actuar en el Hotel Nacional. Pero nada. Aunque tarde, al final EE UU dejó la bobería, sacó a Cuba de la lista de países terroristas y se puso a bailar el son del deshielo. Ahora que hasta los Rolling Stones y Julio Iglesias quieren tocar a la isla, conviene recordar el sinsentido de una política que consideró a Ibrahim y Omara terroristas y que ha perjudicado a los cubanos de a pie, no a los Gobiernos. Washington y La Habana negocian hoy el alcance de sus relaciones y pueden enmendar el error, y más que nunca vale una de las frases de guerra de Compay: “Caballeros, ya está bueno, muévanse ya”.
Hasta aquí el artículo de Mauricio Vicent publicado en la edición de hoy en el diario español “El País”.
Y hasta mañana viernes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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