El bueno de Carter
El ex presidente norteamericano Jimmy Carter está muy enfermo. El mismo se encargó de decirle al mundo que padecía de un terrible mal, un cáncer que después de una operación quirúrgica en el hígado le había hecho metástasis en el cerebro. Y lo dijo ante las cámaras de televisión sin cara de tristeza como la cosa más natural del mundo, como solo lo hacen los hombres de generoso corazón que pasan por la vida haciendo lo que creen que es bueno para los demás y sin llevar en su alma odios ni rencores, ni siquiera para aquellos que no le han querido bien.
A Jimmy Carter lo conocimos hace años en las oficinas de la revista Réplica en Miami, cuando el daba sus primeros pasos en sus aspiraciones presidenciales, allá por el año 1976, cuando apenas era un simple ex Gobernador del Estado sureño de Georgia, a quien en la prensa de entonces se le llamaba “Jimmy Who”, sin grandes posibilidades de éxito-decían- en sus aspiraciones a la Casa Blanca.
Estados Unidos atravesaba por una grave crisis política con motivo del escándalo de “Watergate” y la renuncia del ex mandatario Republicano Richard Nixon, quien con sus ambiciones desmedidas de “Presidente imperial”, había llevado a su país al más abismal desastre. Y fue así que para salir de las tinieblas, el pueblo norteamericano se encaminó a la luz que veía al final del túnel y eligió con gran sapiencia al hasta entonces “perfecto desconocido” Jimmy Carter para regir los destinos de la nación llevando con él la decencia a la Casa Blanca.
En la entrevista que se le hiciera a Jimmy Carter en Réplica* se le preguntó por su política hacia Cuba, en caso de ser electo Presidente de Estados Unidos. Su respuesta fue rápida aunque algo enigmática. “Buscaremos caminos”- Dijo. Y cuando llegó a la presidencia se establecieron las “Secciones de Intereses” tanto en Washington como en La Habana, dando así comienzo a una política de mejoramiento de relaciones que al final de cuentas, después de muchos años está llevando hoy a cabo el Presidente Barack Obama.
Para la extrema derecha de origen cubano el ex presidente Carter es poco menos que Satanás redivivo, tan odiado por ella como el Presidente Obama. Pero para el pueblo norteamericanos y el resto del mundo, incluyendo al pueblo cubano de la isla y su líder Fidel Castro, Jimmy Carter es la personificación de la decencia y el decoro en la vida política norteamericana. Para mí también, que siempre le he admirado.
De Jimmy Carter basta solo con decir que es un hombre bueno. Mis respetos para quien honor merece por su conducta honesta a su paso por las turbias aguas de la política norteamericana. Conocerlo personalmente fue para mí un gran privilegio. Que su sonrisa optimista le acompañe siempre, hasta el final de sus días. Que de los buenos en elmundo quedan pocos.
Y hasta el próximo lunes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
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