Traducido del más allá por Max Lesnik

 ¡Ojo con Bush!

Aunque Donald Trump sigue subiendo en las encuestas, eso no significa que a final de cuentas este sea el escogido para representar  al Partido  del elefante en las  elecciones presidenciales  norteamericanas. Es que  todavía hay mucho que andar  de aquí a los  comicios del año 2016 y hay que tener  mucho en cuenta que la estructura partidista Republicana no está en las manos de  Trump, sino que quien  la controla  es Jeb Bush y por lo tanto es el hermano de su hermano y el hijo  de su papá, heredero de la dinastía de su apellido, el que sigue  siendo el   favorito  de casi todos  los  expertos electorales como el  más  lógico candidato Republicano para enfrentarse  a Hillary Clinton o cualquier otro que sea el escogido  por  los Demócratas como aspirante  a la presidencia  de Estados Unidos. Jeb-Bush-AP

No creo que Jeb Bush sea una mala persona y que no tenga capacidad para ser Presidente de su país, sobre  todo  cuando la historia ha demostrado  que se puede  ser un perfecto  incapaz y estar  por   ocho años  en la Casa Blanca,  como  lo estuvo  su hermano George,  quien a su paso por  el gobierno de Estados Unidos  casi acaba  con la quinta y con los mangos  dejando  al mundo  y a  su país a punto  del  desastre.

Tuvo que surgir un Presidente  negro para  que se levantara  el  prestigio internacional  de  Estados Unidos y se enderezara  la maltrecha economía   heredada de los Republicanos, aunque no es menos cierto que   ninguna de ambas cosas se le sea reconocida  al Presidente Obama, quizás entre  otras  cosas  porque  es  negro  el color de piel, puesto que  el racismo  no ha muerto del todo  en  lo profundo del alma  de los   blancos  de la extrema derecha norteamericana.

Y ahora  que los  Demócratas enderezaron  los  entuertos  dejados por   un Bush, la estructura Republicana  se aparece con otro Bush para darnos  más  de lo  mismo. En su caso  no  es  que Jeb Bush sea el “malo de la película”  sino  quienes son los pésimos que   le acompañan en su aventura presidencial. Dime con quién andas  y  te diré quien eres, dicen  un viejo  refrán.

Y aquí viene al caso el tema de Cuba y  los  cubanos, porque quienes integran el equipo  más íntimo de la campaña presidencial  de Jeb Bush,  según  se  acaba  de  anunciar  en la mañana  de hoy viernes 4  de septiembre,  son además de  uno  de  sus  hijos, los tres Congresistas  cubano-americanos  del  sur de La Florida, Carlos Curbelo, Ileana Ros  y Mario Díaz  Balart.

¿Qué significa  eso sino  es  un  compromiso  político de Jeb Bush  de restablecer  desde  la Casa Blanca  la política  de agresiones  a Cuba por  parte de Washington como la mantenida por  George Bush  en sus 8 años  de mandato presidencial?

De ser electo  Jeb Bush presidente de Estados  Unidos  el gobierno  norteamericano  volverá   romper relaciones diplomáticas  con Cuba. Se implantarían  de nuevo  las  restricciones  de  viajes  a la isla por  los cubanos  que viven en Estados  Unidos, así  como  las  restricciones  de dinero  de  remesas  familiares y las facilidades de entrada  de cubanos de visita  a territorio  norteamericano dividiendo  de nuevo  a la  familia  cubana. Y al Bloqueo,  tres tuercas  más  para que Cuba  se hunda  de nuevo en la miseria  del  llamado “Periodo Especial”  Eso  y no  otra  cosa  sería  para  los cubanos  otro Bush en la Casa Blanca. La política  de  odio de los  Carlos Curbelo, Ileana Ros  y  los Díaz Balart.

No lo digo  yo, lo dicen  mismos  a  voz  en cuello,  de manera  que nadie  puede llamarse  a engaño. Que el  sueño cubano puede  convertirse  de nuevo  en  una pesadilla atroz.  El peligro para Cuba   no es Donald Trump sino Bush. ¡Ojo con Bush! Que tiene  el  buche  cargado. Digo yo.

Y hasta el próximo lunes  amigos  de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.