“Has América (E.U.) un gran país”
Así reza un cartelito en una gorra que usa en una de sus apariciones públicas el multibillonario aspirante a ser candidato de la derecha, Donald Trump, para las próximas elecciones del Partido Republicano, camino a la presidencia de Estados Unidos.
Esta payasada de hacer ver y creer, una vez más, que todo un continente es un país, ya se ha convertido en parte de la educación concienzuda del amaestrado pueblo estadounidense. Inclusive extra mares esta sola nación se ve, por no pocos, como América.
Pero claro que un tipo con la prepotencia de este señor que tanto ha cacareado una posición xenofóbica y extremista buscando, y no con pocos riesgos, una aceptación y apoyo que le mueve a probar de nuevo, que una parte importante de esta sociedad sigue siendo la misma que cuando se comenzó el exterminio de las primeras sociedades indígenas, poniendo en alto el estandarte del predominio de la súper nación y hasta su ascenso a la posición de imperio.
Pero lo más significativo no es precisamente el “slogan” sino quien lo porta. Es como cuando uno ve a una hermosa dama bien ataviada con un vestido y adornos acordes, siempre viene a la mente que no se siempre se deben y pueden elogiar los atuendos sino la percha. En este caso increíblemente la percha – Mr. Trump – ha hecho que corriera los riesgos y lograra retar con sus cifras – 24 % en las últimas encuestas – que lo que él representa, tiene grave aceptación y que podrá contar con ese fuerte apoyo de las fuerzas más representativas de lo más terrible de esta sociedad, el Ku Klux Klan y el Tea Party, los Minute Men – las milicias vigilantes de fronteras – así como todo el lado del mal de esta sociedad. Le siguen Jeb Bush con solo el 12 % y los otros restantes con números de un solo digito, incluyendo al señorito, descendiente de cubanos y de cara de buena gente, Marco Rubio.
A muchos nos ha parecido increíble pero cierto el caso de Trump toda vez que nunca, habíamos podido imaginar que semejante posición pudiera destapar esa Caja de Pandoras mostrando el otro lado horrible de la sociedad estadounidense. Menos mal que este descubrimiento ha sucedido con suficiente tiempo antes de las elecciones generales y dará tiempo a muchas cosas y hasta medir fuerzas con este ejemplar de mal, cuyos millones se pudieran poner al servicio, como siempre sucede, de una campaña muy definitoria.
Muchos hoy rezan para que este sujeto decida postularse por el Partido Independiente, no vaya a suceder un espantoso milagro y llegue a ser finalista real en las primarias de los republicanos en la lista con los otros 13 candidatos de la derecha y la ultraderecha.
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