A mi amigo Ricardo Alarcón de Quesada

RMT.
A mi amigo Ricardo Alarcón de Quesada.
Querido Ricardo:
Se que si existe otra vida más allá de la terrenal, tendrás oportunidad de leer estas líneas de un amigo que supo desde que te conoció en la Universidad, ver en ti la honestidad, el valor y la honradez que cuadra solo a los cubanos de patriotismo y dignidad, cualidades que heredaste de tu estirpe Mambisa como el Quesada que llevas por cubanisimo apellido.
La Revolución cubana mucho que le debe a hombres cómo tu, que fuistes actor en la insurrección y también después en la etapa de resistencia a las agresiones del poderoso coloso enemigo del “ Norte Revuelto y Brutal”, cómo calificará en su tiempo José Marti, a los Estados Unidos de America.
Se que en ti supo ver Fidel, desde temprana fecha, tu talento excepcional para la Diplomacia Internacional. Eso está bien escrito en la historia.
Nadie como tú pudo defender mejor el honor de la justa causa cubana en el Foro de as Naciones Unidas. Tu batalla ganó amigos y derrotó adversarios, que de por cierto estos te admiraban en silencio.
Me trae a la memoria lo que me contó mi ya fallecida hija Mirita, cuando era estudiante en la Universidad de Columbia y visitó la ONU con sus compañeros de estudios, guiados por la Profesora de Política Internacional de esa prestigiosa casa de Estudios de New York .
Dijo la profesora a sus alumnos al entrar a tus oficinas en la ONU : “ Van ahora a conocer al más brillante de todos los Delegados de Naciones Unidas, el ilustre representante de la Cuba Revolucionaria. La voz de Fidel Castro en el escenario mundial”.
Una merecida medalla más para quien cómo tu, nunca estuvistes por la vida en busca de honores y vanidosos reconocimientos.
Yo que te considero cómo el hermano que nunca tuve, te escribo estas líneas que han sido escritas con añoranza por un pasado glorioso en que compartimos sueños, alegrias y tristezas, que todo eso junto, resume la existencia humana.
Quedan junto a mi y a mi familia, que es la tuya, tu hija Margarita y tu nieto Ricardito. Todos unidos cómo uno solo, cómo han de estar los que siempre se han querido bien.
Te recuerda y quiere en la distancia, tu amigo y compañero de tantas batallas quijotescas, seguro de que no hemos arado en el mar.
Max Lesnik Menéndez.

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