Trump y la rebelión de los  blancos

Traducido del más allá por  Max Lesnik

 Los  más sesudos analistas políticos  de Estados Unidos  y  de todo el  mundo  se están rompiendo la cabeza tratando de descifrar el fenómeno “Trump” en el escenario electoral norteamericano. Ha sido algo que comenzó en lo que parecía  ser una aspiración presidencial en broma, por  parte de un  pintoresco millonario  con cara de payaso de circo  y de cerebro de ignorancia supina, para convertirse en una  peligrosa  realidad  que  ya tiene a todo  el país tan dividido,  que   gane quien  gane  las  elecciones presidenciales  del mes  de noviembre, más nunca el país de Washington, Lincoln y  Roosevelt será el  mismo.

En mi opinión  el tal  “fenómeno Trump” no es otra cosa  que una rebelión política de un sector  de la población  blanca y racista de Norteamérica- la misma que dio  vida  al Ku Klux Klan- la menos educada  de la sociedad, que  no quiere aceptar la realidad que constituye  los  Estados Unidos  actual,  con una población diversa y multicultural  en la  que  blancos, negros, hispanos, asiáticos, judíos y musulmanes   constituyen en la  actualidad la  mayoría  de la población de la  nación. No es extraño  que también  haya  cubanos de Miami envueltos  en la aventura del “Trompismo” porque cubanos, para bien o para mal  los hay en todas  partes. Es en lo  único  en que nos  parecemos a  Dios.

Pero lo grave  para  Estados Unidos  no es  Donald Trump, sino el “trompismo”. Es  decir  esa corriente política conformada  por blancos  racistas de poca  educación que  se  sienten frustrados  ante la  realidad de la nueva sociedad  que  les  rodea y que no tiene nada  que ver  con sus sueños  de grandeza hegemónica  imperial, cuyo mejor  símbolo  norteamericano  es el Superman de los  “muñeqScreen-Shot-2015-12-14-at-12.26.17-PMuitos”.

Lo cierto  es  que  el “Trompismo”  existía  antes de  que Donald Trump se lanzara al ruedo con su aspiración  presidencial  por el Partido Republicano. Él lo que ha hecho  es sacarlo  a flote. Y ahí está.  Ya  acabó con el Partido Republicano. Y va por  más. Vamos a ver  si la Norteamérica hoy divida  por  el fenómeno del  “Trompismo”  sale adelante y toda  esta  discordia  política se  disuelve  en la  nada  como una benigna  tormenta  tropical. Digo  como Silvio: ¡Ojalá!

Y hasta mañana jueves amigos de El  Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *