Hay momentos en la historia en los que tal pareciera que la nave terráquea en que vivimos navega por un mar desconocido en medio de extraños vientos que presagian catastróficas tormentas que como en los años treinta del pasado siglo XX desembocara aquello en lo que fuera una de las guerras más sangrientas en la historia de la humanidad. Con el Holocausto judío perpetrado por los nazis y las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki lanzadas por los norteamericanas contra Japón, todo incluido en dantesca reproducción del Infierno.
El siguiente escenario bipolar que sucedió a la Segunda guerra Mundial a pesar de la llamada ”Guerra Fría” en que Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética se disputaban la hegemonía del globo terraqueo, a pesar de los peligros latentes, era sin duda un mundo mucho más seguro. Hoy vivimos tiempos más intranquilos en los que una chispa encendida en cualquier lugar oscuro del planeta pudiera dar inicio a una reacción guerrera en cadena que arrastraría a todas las naciones, grandes y pequeñas al abismo de una definitiva catástrofe nuclear que acabaría con la civilización en que vi vivimos. Terminarían – los pocos que queden viviendo en el planeta de los simios.
A todas estas con un Presidente en Estados Unidos que gobierna su país en conflicto verbal permanente contra Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Mexico, Centro América y hasta la Organización de Naciones Unidas, a lo que se añade su fobia insultante anti-inmigrante de manifiesta connotación racista hace pensar que el planeta está al borde del desastre, pendiente de un “Tuit” en la Internet de un hombre que no está hecho para gobernar a la nación más poderosa militarmente del planeta.
El mundo está a la expectativa. El llamado “sueño americano” se convierte en pesadilla.
Les habló para Réplica de Radio-Miami su director Max Lesnik.











