Traducido del más allá por Max Lesnik

Prensa Sucia

La victoria electoral de la derecha en  Argentina se ha convertido en una especie de medidor  de la  posición ideológica de  los medios de comunicación tanto  impresos, televisivos o  de Internet  lo mismo en  el  continente americano como  en  el resto del  planeta, puesto que  en  el mundo globalizado  de hoy  todo  país,  por  muy alejado que esté del  nuestro geográficamente, prácticamente   está al doblar  de  la  esquina.

Basta con ver  lo que se publica sobre  Argentina  en los  medios  de comunicación  para saber  si un órgano de prensa  está alineado con la  derecha  mundial  defensora  del indefendible capitalismo salvaje.

Como botón de muestra  podemos  tomar  lo  mismo el diario La Nación de Buenos Aires  como  El  País  de  España  o  El Nuevo Herald  en Español de Miami , todos  ellos  cortados por  la  misma  tijera, como  hijos  de  una  madre,  si es  que  la tienen.

Ven en la derrota electoral  del  Peronismo como un punto  de partida para seguir avanzando  sobre Venezuela, Brasil, Ecuador, Uruguay y   Nicaragua, hasta  llegar  a Cuba que  es  la nación  que  ellos  ven  como  el origen de la ola de izquierda  que  les ha perturbado su sueño reaccionario  a lo largo  de  los  últimos  años.

Para nadie  es  un secreto  que  los  grandes intereses  del capitalismo mundial tienen el  control  de   los  grandes  medios  de comunicación en todos los países  del  mundo, concertados  estos  en la sucia tarea de  hacerle creer a los  electores que  con la derecha  en el  poder  todo irá mejor  para  los pueblos  y la nación.

Argentina nos sirve hoy  de barómetro  político  para medir  a  la prensa en cuanto a  su posición  ideológica. Los órganos  de prensa  que han  saludado  con  marcados aplausos de    entusiasmo,  la  llamada  “derrota”  del  Peronismo  en La  Argentina, están quitándose  la  careta. Son los  mismos.

Habría  que  decirles: Te conozco  mascarita.

Y hasta mañana miércoles  amigos  de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay

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“Conducir, no es como muchos creen, mandar. Conducir es distinto a mandar. Mandar es obligar; conducir es persuadir, y al hombre siempre es mejor persuadirlo que obligarlo” (Juan Domingo Perón)