
Cuando se habla de la comunidad de cubanos residentes en Miami, no se pueden meter todos en el mismo saco. Existen cubanos que estaban aquí antes del triunfo revolucionario del 59, ya de esos quedan pocos. Existen los batistianos que llegaron al triunfo de la revolución, también de esos quedan muy pocos, aunque los odios que traían se los dejaron en herencia a sus hijos y nietos. Existen los cubanos que no estaban de acuerdo con lo que estaba haciendo el gobierno de Fidel Castro y de diferentes maneras carenaron en Miami. Existen los que llegaron desde Camarioca y los llamados vuelos de la libertad que duraron hasta el principio de la década de los setenta. Existen los que llegaron por el Puerto del Mariel en el ochenta y los balseros que llegaron en el noventa y cinco, y existen los recién llegados de los últimos dos años. Esa división es por la fecha en que llegaron, pero existen otras diferentes divisiones, como los que tienen dinero y los que no lo tienen, los que son chusmas y los que son personas decentes, los que se han americanizado y los que mantienen su cubanía, los que solo hablan de política y los que no les interesa, los que se pasan la vida tratando de hacerle daño a Cuba y los que se la pasan defendiéndola, los que estamos radicalmente en contra de la criminal política norteamericana contra Cuba y la morralla miamera que pide a gritos una invasión a Cuba de soldados de EEUU. No importando en qué lugar caes, lo peor de lo peor es esa morralla anticubana, que no son pocos pero sí escoria, vulgares y chusmas…
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