Lecciones de geografía política

Ningún elemento es más recurrente en la historia europea que los ajustes territoriales. Hitler, por ejemplo, borró prácticamente todas fronteras, entre ellas las de Ucrania. Con la victoria, aliados y soviéticos restablecieron los límites estatales y acordaron la intangibilidad de las fronteras europeas, pasando a operar según las nuevas reglas, sustituyeron las conquistas territoriales por las esferas de influencia, tal como ocurrió en la Conferencia de Yalta.
Un botón de muestra del espíritu de aquellos días es lo que, con exquisita frivolidad acordaron Stalin y Churchill durante un almuerzo, anécdota que el premier británico cuenta en sus memorias:
. “…Le dije a Stalin: “arreglemos nuestros asuntos en los Balcanes…te damos el 90% de influencia en Rumania, nos dejas el 90% de Grecia y vamos 50/50 en Yugoslavia?” … Mientras traducían, escribí en una servilleta los porcentajes…, Stalin…Tomó un lápiz azul y escribió: “Correcto” …Luego de un largo silencio, le dije: Quedaríamos como unos verdaderos cínicos si alguien viera esta servilleta… ¿Por qué no la quemamos? Pero Stalin dijo: “Por favor Winston, quédate con ella”.
En breve, como creo que ocurrirá, los presidentes Donald Trump de Estados Unidos y Vladimir Putin de Rusia, de algún modo, negociarán sobre la guerra en Ucrania. En ese momento dispondrán sobre el destino de millones de personas, ejecutarán los cambios territoriales que les parezcan pertinentes y trazarán nuevas fronteras, exactamente como hicieron Roosevelt, Stalin y Churchill en Yalta en 1945.
El ejemplo más reciente de la volatilidad de las decisiones políticas asociadas a los territorios fue la Unión Soviética que parecía labrada en piedra y, al colapsar dio lugar a la aparición de 20 nuevos estados, entre ellos el renacer de Ucrania y Rusia. Esta última, según refiere el presidente Putin, además de algunas áreas, perdió 25 millones de ciudadanos.
Como parte de esos mismos procesos, en cuestión de meses, todos los países ex socialistas de Europa Oriental y Mongolia cambiaron de régimen y restablecieron el capitalismo. En total se trata de unos 30 estados cuya transición puso patas arriba la geografía política del mundo.
Se trata de cambios territoriales que aún no han terminado como prueba el propio conflicto ucraniano y otros que, con diferentes grados de intensidad, operan en varios países, incluida Rusia y que, en conjunto se comparan con el ajuste geopolítico que significó la conquista de América por las metrópolis europeas.
Puede ocurrir que, bajo enormes presiones, Ucrania adopte una posición pragmática y acate la leonina fórmula propuesta por Kissinger de paz por territorios, arreglo de una naturaleza en la cual, Ucrania cuenta con vastas experiencias.
En el siglo XVIII, parte de los territorios que forman Ucrania fueron absorbidos por Rusia que emergía de diversas combinaciones territoriales y alianzas europeas, integrando el Imperio Ruso, según Lenin: “Una cárcel de pueblos”.
Debido al compromiso de poner fin a la participación de Rusia, en la Primera Guerra Mundial, Lenin firmó con Alemania y sus aliados el Tratado de Brest-Litovsk, en virtud del cual cedió a Alemania inmensos territorios que habían pertenecido al Imperio Ruso, entre ellos, Ucrania.
La derrota de Alemania, invalidó aquellos acuerdos, aunque no significaron la libertad para Ucrania que, bajo protesta fue incorporada a la Unión Soviética a la cual perteneció hasta que, como parte de la desintegración de la URSS obtuvo la independencia.
Hoy de alguna manera algunos capítulos de aquellas historias se repiten cuando Rusia, por la fuerza primero y luego avalada por votaciones locales, se dispone a incorporar nuevamente, territorios que, en el momento de la independencia formaban parte de Ucrania.
Actuando de modo pragmático, para poner fin a una guerra que no puede ganar, Ucrania acceda a la fórmula leonina de paz por territorios, mediante la cual Rusia incorporará nuevos territorios a su inmensa geografía.
No obstante, quienes, con infinita fe en los cursos políticos afines, creen que las mutaciones territoriales son eternas e inamovibles, no tienen en cuenta las lecciones de la historia. Suerte con eso. Allá nos vemos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *