Israel y Hamas. Nuevos escenarios


Al menos en principio, el presidente Donald Trump se ha impuesto a la intransigencia de los actores políticos en Oriente Medio y, mal que bien, tiene un Plan de Paz para Gaza aceptado por Israel y Hamás a los cuales se suman, entre multitud de factores internacionales, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Nunca hubo tanta unanimidad.
Los 20 puntos del Plan de Paz de Trump para Gaza son esenciales, aunque para Israel y Estados Unidos son nodales la liberación de los rehenes, en total 48, de ellos 20 vivos y 28 cadáveres. El otro, que puede constituirse en un nudo gordiano es la entrega, desarme y evacuación fuera de Gaza de los efectivos de Hamas que son varios miles.
Una cosa es aceptar el plan como ya ha hecho el alto mando de la organización islámica, y otra es revelar el número de efectivos y su ubicación, identificarlos, proveerlos de salvoconductos y verificar su salida de la Franja de Gaza: ¿Hacia dónde?
Tomando como referencia el 7 de octubre de 2023 cuando Hamas se sintió suficientemente fuerte como para desafiar a Israel, sus efectivos entrenados y armados (no sus simpatizantes) se estimaban entre 25 y 30 mil. En los dos años de confrontación directa con sus fuerzas, sin aportar ninguna prueba, Israel afirma haber liquidado entre 17 y 20.000 de ellos. Según esta versión pueden quedar activos hasta 10.000.
De acuerdo con estimados de Leila Seurat, investigadora del Centro Árabe de Estudios e Investigaciones Políticas de París que consideró que: “Hay indicios de que un número cada vez mayor de jóvenes palestinos se han unido a las Brigadas Al-Qasam, brazo armado de Hamás.
La agencia Onda Alemana (DW), citando Marina Miron, investigadora del Departamento de Estudios Bélicos del Kings College de Londres, “Hamás ha sufrido muchos reveses militares, pero aún tiene la capacidad de reagruparse y conserva el mando y el control”. Según Israel, la ciudad de Gaza, la mayor y más poblada de Palestina, puede haberse convertido en un reducto donde operan unos 3000 efectivos de Hamás.
Debido a que, excepto los perentorios plazos fijados por Trump para la aceptación del plan que, respecto a Hamás operó como un ultimátum, la entrega de los rehenes y los cadáveres, así como el cese de los bombardeos que obligó a Israel a detener el ataque contra la ciudad de Gaza, no existe un cronograma, por lo cual, es difícil imaginar cómo será el proceso para implementar la enorme cantidad de pasos que son necesarios.
De hecho, ni siquiera la cuenta regresiva para la liberación de los rehenes en 72 horas ha comenzado
Aunque Hamás ha dicho sí, e Israel se ha comprometido con el plan en su conjunto, ello no basta, sino que se necesita negociar el alto al fuego, la asistencia de emergencia a los miles de heridos y enfermos, atender a decenas de miles de desplazados, lo cual supone la apertura del paso terrestres de Rafah, así como el acceso por mar para la entrada de cientos de miles de toneladas de ayuda, todo lo cual plantea enormes problemas logísticos y de seguridad.
De los negociadores palestinos es poco lo que se conoce, mientras el equipo negociador israelí en El Cairo está encabezado por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, así como por Gal Hirsch, coordinador de Israel para los cautivos y desaparecidos, el mayor general Nitzan Alon, jefe de la unidad de rehenes del ejército y Shin Bet, del servicio de seguridad.
Un tema de enorme complejidad es el tratamiento y la inmunidad que se dará a los combatientes y oficiales de Hamas cuando depongan las armas, a lo cual se une su evacuación que, dados los antecedentes de la presencia palestina en Jordania, Líbano, Siria, Egipto y otros países, puede ser extremadamente complicado. No conozco ningún estado islámico de Oriente Medio, África del Norte o Asia Central, con capacidad y disposición para acoger a miles de ex combatientes de Hamás.
A ello se suma el sabotaje a los esfuerzos de paz provenientes de la extrema derecha israelí y los extremistas de una y otra parte. De hecho, el  ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, calificó de “grave error” llevar a cabo negociaciones con Hamas sin estar bajo presión, mientras el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, amenazó con renunciar si Hamas sigue existiendo.
Entre tanto el líder de la oposición israelí, Yair Lapid afirma que la mayoría del pueblo y los legisladores apoyan el plan de Trump para Gaza
Un hecho que llama la atención es que, si bien Hamas ha aceptado el alto al fuego, la liberación de los rehenes, la entrega del poder (el que conserva) en Gaza a una “administración local tecnocrática”, se ha abstenido de pronunciamientos claros acerca del desarme y otros asuntos principales.
Simultáneamente, según un funcionario de Hamás, se anunció que en Egipto se organiza una conferencia para que las facciones palestinas decidan sobre el futuro de Gaza, lo cual puede servir para liberar el genio de la lámpara sin tener resuelto como volver a meterlo en ella.
“Nunca habíamos estado tan cerca de recuperar a Matan y a todos los rehenes, dijo Einav Zangauker, madre de uno de los cautivos. Pero sé que cuanto más cerca estemos, más se hará para sabotear mi oportunidad para  abrazar a mi hijo…” No le falta razón. Ha ocurrido otras veces. Allá nos vemos.

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