
Ciertamente que en Cuba, como país en vías de desarrollo y afectado por un bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos por más de 50 años, pese a los acuerdos firmados entre La Habana y Washington del 17 de siembre de 2014, existen problemas, objetivos y subjetivos que imponen a las autoridades de educación realizar ingentes esfuerzo para mantener esos logros.
En el nuevo curso escolar 2016-2017, iniciado el reciente cinco de septiembre, se han matriculado, oigan bien, más de un millón 700 mil estudiantes que recibirán clases en unas 10 600 escuelas y centros docentes en los distintos niveles de enseñanza.
Piensen ustedes, ¿en qué país en vías de desarrollo o hasta en muchos desarrollados se pueden alcanzar esas cifras?
El nuevo período lectivo contará en la isla con más de 10 600 instituciones educacionales las que han sido remozadas y mejoradas para el bienestar de los educandos y eso se ha realizado hasta en las escuelitas ubicadas en montañas y zonas más apartadas de las ciudades.
Además, todos los alumnos de la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria tienen derecho a que sus padres adquieran los uniformes escolares a precios subvencionados por el Estado.
Y todos, sin exclusión alguna, reciben al inicio del curso libretas, libros y otros útiles escolares sin mediar pago alguno.
El gasto estatal, innegablemente que resulta alto, sobre todo para un país con reducidos recursos económicos, pero como dijo el apóstol José Martí, “La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud”.
Problemas, como es lógico, existen y una de los principales es que la cobertura de la fuerza docente necesaria alcanza al 94,2 %, aunque es superior en 1,1 % respecto al curso anterior.
El déficit de profesores desde hace algunos años ha sido un tema de preocupación para las autoridades de Educación.
La ministra de Educación, Ana Elsa Velázquez, explicó días antes del inicio del curso que entre las soluciones se encuentran la reincorporación de maestros jubilados, la contratación de otros profesionales y la utilización de estudiantes universitarios en las aulas.
El problema persiste sobre todo en las provincias de Ciego de Ávila, La Habana, Matanzas, Artemisa y Mayabeque, aunque se ha disminuido en este curso.
Las autoridades reconocen que esa situación se debe fundamentalmente al éxodo de maestros a otros sectores, así como los que emigran hacia otro país.
No obstante, este año el sistema educacional cuenta con 14 200 nuevos maestros para los niveles de educación preescolar, primaria y especial. Entre ellos se encuentran la primera graduación de maestros de inglés que se incorporarán a trabajar en las escuelas primarias, como parte de la estrategia del Ministerio de Educación para perfeccionar desde la escuela primaria, la enseñanza y el aprendizaje del idioma inglés.
En cuanto a la Educación Superior, con unos 200 000 alumnos, a partir de este curso se reduce a cuatro años la duración de 29 carreras en 23 especialidades: Pedagógicas, Turismo, Cultura Física, Meteorología, Gestión Sociocultural, Diseño Industrial y de Comunicación Visual.
Se exigirá que para llegar a graduarse, los estudiantes universitarios deberán demostrar su dominio del idioma inglés.
Como escribió José Martí el 26 de marzo de 1892 en el periódico Patria, “quien dice educar ya dice querer”, eso y mucho más hace Cuba. Habló para Radio Miami, Hedelberto López Blanch.









