El incongruente discurso de Trump en la ONU. (Solo para lectores)
Ojo al Dato:
💭Un análisis de sus contradicciones de un
discurso marcado por el malestar, les aseguramos que vale la pena leer y pensar este artículo.🤔
El 23 de septiembre de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a dirigirse a la Asamblea General de la ONU en un discurso ampliamente anticipado. Lo que podría haber sido una exposición de política exterior se convirtió en un monólogo de casi una hora que dejó entrever más sobre el estilo y la visión del mundo del mandatario que sobre soluciones concretas a los problemas globales.
El tono quedó establecido desde el inicio, quejas por problemas técnicos con una escalera mecánica y un teleprompter averiado, que utilizó para retratar a la organización como disfuncional. Este inicio anecdótico fue un presagio de lo que sería un discurso cargado de incongruencias, ataques y una alarmante frivolidad para un foro de tal envergadura.
Lleno de contradicciones y miopía estratégica, de ataques a la ONU y la jactancia personal.
Trump dedicó una parte significativa de su intervención a cuestionar la utilidad y eficacia de las Naciones Unidas. Afirmó que la organización solo escribe «cartas con palabras vacías» que no resuelven guerras. En contraste, se jactó de haber «puesto fin a siete guerras» en solo siete meses de gestión, conflictos que según él la ONU ni siquiera intentó ayudar a resolver.
Resulta paradójico que, tras afirmar que el organismo multilateral es inútil, anunciara que espera que la ONU «pueda desempeñar un papel constructivo» en una nueva iniciativa sobre armas biológicas. Esta postura de «desprecio y uso instrumental» debilita la base misma de la cooperación internacional.
Con su acostumbrada retórica antiinmigratoria como solución universal, siendo este uno de los ejes más destacados fue su feroz crítica a la inmigración. Afirmó que la ONU estaba «financiando una invasión» de migrantes hacia Estados Unidos y advirtió a los países europeos que «se están yendo al infierno» por sus políticas de fronteras abiertas.
Y la simplificación alarmante de reducir fenómenos migratorios complejos a una simple «invasión» que debe ser repelida ignora las causas profundas, como la pobreza y la violencia, y ofrece una solución única y confrontacional para realidades sociopolíticas diversas. Es una muestra de cómo su discurso se mantiene inalterable, independientemente del auditorio, como si viviera en una realidad paralela.
Con posturas volátiles sobre conflictos internacionales Trump demostró una notable incoherencia, desconocimiento e ignorancia en su posicionamiento sobre crisis globales.
El mandatario declaró que la situación en Ucrania «nunca habría comenzado» si él hubiera estado en el poder y se confesó estar «decepcionado» con Putin. Sin embargo, en un giro significativo y repentino, afirmó poco después en redes sociales que Ucrania podría estar en condiciones de recuperar todo su territorio, un mensaje más alineado con la postura de sus críticos. Esta incongruencia revela una falta de estrategia clara y coherente.
Con respecto al Oriente Medio, tildó el reconocimiento de un Estado palestino por parte de varios países europeos como una «recompensa para Hamás» por las atrocidades del 7 de octubre. Al mismo tiempo, pidió la liberación inmediata de los rehenes y un alto el fuego en Gaza, mezclando mensajes de condena y aparente búsqueda de paz sin una dirección diplomática definida, como si estuviera perdido en lo que decía, (seguro que era que no había teleprompter)
La negación climática y la defensa de los combustibles fósiles en un momento particularmente controvertido, calificó la lucha contra el cambio climático como «la mayor estafa jamás perpetrada en el mundo» y tildó las energías verdes de «patéticas» y camino a la bancarrota. Este desdén por las advertencias científicas consensuadas a nivel global, pronunciado en un foro dedicado precisamente a abordar desafíos comunes, evidencia un desprecio alarmante por el multilateralismo y el conocimiento experto.
¿Fue el teleprompter una trampa?
Un incidente revelador. La queja inicial de Trump por el teleprompter averiado plantea la pregunta de si fue víctima de un sabotaje. Sin embargo, los reportes de prensa indican que la explicación fue más mundana: el equipo de la Casa Blanca era el responsable de operar el aparato. Además, un portavoz de la ONU aclaró que la escalera mecánica se detuvo porque un camarógrafo de la delegación estadounidense activó inadvertidamente su mecanismo de seguridad. Mr.Trump evidentemente es más lo que especula en su discurso que lo que acierta.
Lejos de ser una «trampa», estos incidentes parecen haber sido fallos operativos menores que Trump magnificó para construir su narrativa de que la ONU es una institución disfuncional. Su reacción dice más sobre su necesidad de encontrar chivos expiatorios que sobre una conspiración en su contra.
Su discurso que erosiona la diplomacia, Trump en la ONU en 2025 fue un ejercicio de diplomacia disruptiva y autocomplaciente. Lejos de tender puentes o presentar una agenda constructiva, se caracterizó por la jactancia personal, el ataque a las instituciones multilaterales y la promoción de soluciones simplistas a problemas complejos.
La alarmante facilidad con la que mintió, ya sea sobre su rol de pacificador o sobre las causas de los fallos técnicos, y la volatilidad de sus posturas sobre conflictos cruciales muestran un desprecio por la coherencia y la verdad factual. En un foro donde la precisión y la seriedad son esenciales, su performance reforzó la percepción de un liderazgo impredecible y basado en la emocionalidad antes que en el análisis estratégico. Este discurso no solo profundiza la grieta entre Estados Unidos y sus aliados, sino que debilita el ya frágil sistema de cooperación global en un momento que demanda más que nunca unidad y acciones concertadas.
Hitman