Vamos, Cuba, Vamos saliendo de la pandemia. Vamos saliendo de los malos pronósticos. El reto es aún enorme, pero lo peor va quedando atrás. Enviemos juntos un tierno mensaje de condolencia a aquellos que han visto fenecer sus viles esperanzas de sembrar el caos en Cuba.
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Porque ni en los momentos más difíciles hubo caos en Cuba. Y mucho menos hay CAOS EN CUBA ahora: la situación en nuestra querida Isla sigue siendo compleja, está «dura la cosa«, como solemos decir los cubanos. Un problema conlleva a otro y los efectos de la pandemia, la post-pandemia y el desabastecimiento afectan no sólo la salud y el estómago, sino también, a veces y en no pocas personas, el entendimiento.
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Esos mismos medios, tan manipuladores y tan manipulados, que evitan hablar del éxito que representan las soluciones isleñas (Abdala, Soberana, etc), de las respuestas novedosas que se han ido encontrando a algunos problemas y otras aperturas que se vienen dando incluso en tiempos de pandemia, enfatizaron siempre la escasez de alimentos y medicinas, que sin duda alguna fue y sigue siendo grave, pero trataron de pintar las cosas como un «caos«, como que la situación «se había salido de control«.
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Quienes se hicieron eco de tal interpretación parcializada de la realidad, la repitieron y la amplificaron, sólo lograron hacerle el juego a los enemigos del pueblo cubano, a los que apoyaron las 243 medidas de Trump, quirúrjicamente planificadas para cerrar e impedir la mínima capacidad de maniobra del Gobierno cubano, incrementar las penurias de nuestra nación, exacerbar los ánimos y llevar el descontento a niveles nunca antes vistos. Así operan los que odian para lograr sus objetivos: los que caigan en el camino no son su preocupación.
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Son tantos los factores que inciden en lo que está pasando que cada uno de ellos podría llevar a interminables debates y eso no es lo que ayuda a la causa de ese pueblo bonito, además de que en situaciones así, las cosas han de reducirse a la más importante de las variantes, a tomar posición respecto a aquello que inevitablemente define todo lo demás: LA SUPERVIVENCIA DE LA NACIÓN CUBANA.
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Suena feo, pero no hay TERCERA OPCIÓN. O todos los cubanos de buena voluntad que vivimos fuera y dentro de la Isla nos unimos en este enorme empeño de resistencia y defensa de la esencia del proyecto social cubano; o le entregamos el país a odiadores, mercenarios y representantes de lo más retrógrado de la ultra derecha cubana, a los mismos que pretenden provocar CAOS para poder lograr su propósito en una ecuación donde sólo cuentan el poder y los intereses económicos. Ni tú ni yo contamos. Ni nuestros padres, ni nuestros hijos.
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Por difíciles que estén las cosas, no nos podemos dar el lujo de caer en la trampa de la «deblacle» porque no hay tal, ni en la frustración de que nada va a cambiar, porque tras esta tempestad, sin duda alguna, mejorará el tiempo. De hecho, ya se están despejando muchas nubes. YA ESTÁ MEJORANDO EL TIEMPO.
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No seamos víctimas ni de apologías baratas, ni queramos «tapar el sol con un dedo«: claro que hay que mejorar muchas cosas en Cuba, arreglar viejos caminos y construir nuevas autopistas, pero pongamos el énfasis en lo positivo.
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En esos médicos y personal de la salud que fueron los grandes héroes en la solución de la situación que llegó a haber en Matanzas con el Covid; en los avances de la vacunación en Ciudad Habana y las provincias; en los valientes cubanos que no dejaron de ir al trabajo un día, así fuera caminando, para mantener la producción de los bienes imprescindibles; en los que viviendo fuera de Cuba, decidieron no abandonar a sus hermanos y enviaron jeringuillas, alimentos y todo lo que pudieron.
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En lugar de superlativizar los problemas o criticar lo que otros están haciendo o no haciendo, la actitud adecuada parece ser mirar hacia dentro de nosotros mismos, preguntarnos cada día qué más puedo hacer YO, cada uno de NOSOTROS, por Cuba… POR CUBA… POR CUBA, en esta hora crucial para nuestra Patria y nuestra familia.
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Sobre todo en estos momentos en que hay que levantarse alto de nuevo, para crecer más, para lograr más.
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El caos y la debacle es de los que odian, de esos que ni siquiera con 243 medidas adicionales y un presidente demócrata que se plegó a las vilezas de quienes jamás lo apoyarán, pudieron doblegar a Cuba.
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La esperanza, los caminos y soluciones están en el lado de los que aman y luchan sin términos medios y sin querer estar a bien con Dios y el Diablo; de los que sean cuales sean las condiciones, se repiten a cada momento «yo puedo hacer más«, porque si cada uno hace su parte y un poquito más, entre todos saldremos de esta, más fortalecidos que nunca… Ya ESTAMOS SALIENDO DE ESTA, más fortalecidos que nunca.
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Podemos demostrar que nuestro tronco es sólido y nuestras raíces fuertes y profundas. Y cuando los pájaros de mal aguero intenten desanimarnos. Cuando el cansancio intente vencernos. Cuando la frustración pretenda ocupar el espacio del optimismo y el avance, lancemos con más fuerza que nunca ese grito que nos une: ¡Es por Cuba, caray, es por Cuba!
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Un comentario
«FELICITACIONES» ESTIMADOS,TEJEDA Y DIEGUEZ, POR REALIZAR UN REPORTAJE DE PRINCIPIOS, DANDO UNA VEZ MAS A CONOCER EL SENTIR DE LOS CUBANOS DIGNOS EN EL EXTEROOR Y LA VALENTIA DE NUESTRO HEROICO PUEBLO.
SOLO HAY UNA OPCION, RATIFICAMOS QUE CUBA VIVE, Y VENCEREMOS.