Ante periodistas, Trump indicó: “Creo que fue un motín. Creo que fue muy grave”, asimismo, cuando se le cuestionó si las movilizaciones fueron una insurrección (término utilizado por su personal y el vicepresidente, JD Vance), el magnate dijo que no.
Mas tarde, en su cuenta de Truth Social, manifestó que “una ciudad estadunidense que una vez fue una gran ciudad, Los Ángeles, ha sido invadida y ocupada por inmigrantes indocumentados y criminales. Ahora, turbas violentas e insurrectas acosan y atacan a nuestros agentes federales para intentar detener nuestras operaciones de deportación”.
El mandatario sentenció que “estos disturbios ilegales sólo refuerzan nuestra determinación. Instruyo a la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, al Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y a la Fiscal General, Pam Bondi, en coordinación con todos los demás departamentos y agencias pertinentes, a tomar todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión migratoria y poner fin a estos disturbios. Se restablecerá el orden, los inmigrantes indocumentados serán expulsados y Los Ángeles será libre. ¡Gracias por su atención a este asunto!”.
Caos y represión en Los Ángeles tras redadas migratorias de Trump
Fuser
S. Arias
La tensión en Los Ángeles continúa, luego de que el gobierno de Donald Trump ordenara el despliegue de 2000 efectivos de la Guardia Nacional en California, tras las manifestaciones masivas en contra de las violentas redadas migratorias ejecutadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, en inglés).
Las arbitrarias detenciones ya habían provocado enfrentamientos entre activistas, defensores de derechos humanos y agentes de la policía federal, que rechazan estas políticas inhumanas promovidas por la Casa Blanca. Según reportes preliminares de este sábado por la noche, al menos 44 personas habían sido detenidas a raíz de los enfrentamientos.
El gobierno federal justificó la militarización a través de un memorando presidencial. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, acusó sin pruebas a líderes demócratas de California de «abdicar de su responsabilidad» y tildó las protestas de «anárquicas».
Minutos más tarde, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, escaló las amenazas contra los manifestantes, e incluso advirtió que los marines intervendrían «si las protestas continúan».
El gobernador de California, Gavin Newsom, aseguró que la idea de Hegseth era «intencionadamente incendiaria» y fuera de lugar. «El Secretario de Defensa ahora amenaza con desplegar marines en servicio activo en territorio estadounidense contra sus propios ciudadanos. Esto es un comportamiento desquiciado», escribió en X.
Este domingo, la cadena de televisión local ABC7 transmitió un video donde se pueden ver los camiones militares y soldados portando rifles de asalto y distribuyendo escudos antidisturbios. Las tropas se detuvieron en el Ayuntamiento y recorrieron el barrio de Paramount, donde se habían producido las protestas.
¿Qué sucedió?
La represión federal se desató tras las brutales redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) en distritos laborales de Los Ángeles.
Agentes encubiertos, apoyados por vehículos blindados y fuerzas del FBI y la DEA, allanaron talleres en el distrito de la moda y otras zonas, deteniendo a cientos de migrantes, incluidos niños, según documentó la ACLU del Sur de California.
Durante las protestas contra estos operativos, la Patrulla Fronteriza y el ICE reprimieron a manifestantes con gas pimienta, porras y granadas aturdidoras. Testigos reportaron que hubo golpizas
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