Un carnaval con Cuba

 

lorenzo

Oviedo, capital de Asturias, está de carnavales, hasta el 20 de setiembre. Quienes hemos vivido fiestas de esa naturaleza en las pequeñas ciudades de Cuba, podemos hacernos una idea del bullicio, la música y la alegría que se impregna de las zonas donde tienen lugar las celebraciones.

Es todo un evento festivo para honrar a San Mateo. Por lo general todas las localidades de España y muchas regiones de Europa, celebran fiestas anuales para recordar a sus santos patrones.

Recorriendo la ciudad con un médico cubano amigo, domiciliado en Oviedo desde hace muchos años, nos comunicó a mí y a mi señora que nuestro viaje coincidía con estos carnavales que anualmente se celebran. Tomándonos a ambos del brazo nos dijo que quería mostrarnos la zona donde el encuentro festivo tiene lugar. Se trata de una plaza próxima a la catedral y al museo de la ciudad. Allí, según nos comentó concurren artistas y personalidades destacadas de España que de forma gratuita entregan su arte a todo el público presente.

Pero mi alegría fue mayor, cuando nos dijo que nos llevaría a los quioscos donde diversas instituciones venden bebidas, chucherías alimenticias y ofrecen música típica a los jóvenes y mayores que se congregan en la zona o que transitan por el sitio, como nosotros, para disfrutar un rato de esparcimiento.

Al llegar a la zona de los quioscos, nos sorprendió uno muy grande, desbordante de juventudes, que decía RINCÓN CUBANO. Aquello no era en sí nada extraordinario para mí puesto que ya había visto cosas semejantes en otras localidades españolas, como Pamplona, años antes, pero me sorprendió que estaba adornado con fotos de la Revolución cubana que mostraban a Fidel, el Che y momentos diversos de ese proceso.

En ningún lugar del planeta, salvo Miami, la Revolución cubana es un pecado y nadie se ofende de ver una celebración donde se hable de ella o se muestren momentos significativos de sus orígenes y desarrollo.

Decir Cuba en cualquier lugar del mundo es decir Revolución, ansia de justicia, propuesta de vida y también es símbolo de país agredido por un vecino que debía ser su mejor aliado.

Ahí les dejo una foto mía y de mi señora con un fondo donde se muestran a Fidel y el Che compartiendo en una tribuna, en aquellos días dinámicos y esperanzados, en que no pensábamos que Estados Unidos recurriría a la fuerza, la agresión y el chantaje para descarrilar un proyecto que nació de las mejores intenciones humanas que abrigan los pueblos.

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